quinta-feira, 16 de junho de 2011
Nuestro tiempo y nuestros hijos
En toda la historia de la humanidad educar a los hijos nunca fue una tarea fácil. Pero educar, es educar en el cabal sentido de la palabra y no fantasías que...
Y en los días actuales, la experiencia ha mostrado que, la gran mayoría de las veces, vamos reduciendo el tiempo dedicado a esa actividad tan importante, que podrá generar frutos maravillosos o terriblemente amargos. Veamos.
Cuando los niños están en el Período Senso Motor (de 1 a 2 años y seis meses de edad), los papás se dedican, tienen tiempo y quieren saber todo lo que sus hijos hacen. El gasto con esos cuidados es casi ilimitado. Vi en Facebook, recientemente, comentarios sobre canguros* y enfermeras ganando R$ 5.000,00 (cinco mil reales), lo que significa que los papás están pagando eso para una persona que va a cuidar de sus hijos, en esa etapa en que son bebes. Pero el tiempo pasa.
Y a medida que pasa, los papás tienen, curiosamente, cada vez menos tiempo para esa importante actividad. Van a elegir una escuela que no exija mucho su presencia, que tenga un precio más barato, o sea, que sirva apenas para la permanencia del niño durante un período del día, porque piensan que ellos no precisan aprender nada desde los dos años y medio hasta, aproximadamente, los cinco años (del Período Senso Motor hasta el inicio del Período Intuitivo).
Seguidamente, los papás se preocupan con la Alfabetización y por este motivo la escuela es, nuevamente, muy importante en el proceso. Es un modelo seguido frecuentemente y preocupa porque los papás, por no saber exactamente qué es el desarrollo mental, dejan de trabajarlo durante el período más importante, lo que lleva a que el niño no desarrolle sus potencialidades plenamente. Por ejemplo, el Período Senso Motor y el Simbólico son esenciales en el proceso, porque el primero va a ser reciclado en las operaciones concretas, y el segundo, de 2 años hasta 5 años, va a ser muy importante para las operaciones abstractas. Todo el desarrollo estará basado en el Senso Motor (acción) y todos los otros períodos van a precisar de esta base para continuar su trayectoria. Y los padres, comúnmente, deciden por la escuela en que el niño va a estudiar con base en parámetros totalmente aleatorios, lo que los lleva a muchos errores y engaños que cobrarán su precio más adelante. Papás y Mamás deberían trabajar en conjunto en ese momento, para poder analizar todas las variables – o por lo menos un número grande de las mismas. Está bajo la responsabilidad de la mamá esa decisión, lo que es por lo menos una crueldad con uno de los pares, que cargará para toda a vida la gloria o la culpa por esta elección. Y en el momento de escoger, no va a ser una “cocina bonita” que garantizará cómo será el desarrollo de su hijo y, por lo tanto, sus posibilidades en el futuro.
Siguen el camino y entran en la enseñanza fundamental (primaria). No sabiendo lo que es o no importante, los papás buscan descubrir, ahora, cuántos contenidos su hijo está “aprendiendo” a cada bimestre. Todo se mide por bimestres (cuando se aplican las pruebas). No quieren más saber si la escuela es del agrado del niño, o si es adecuada para él. Lo que más quieren es una escuela considerada “fuerte”, aquélla que dice que el niño con 7 años, por ejemplo, va a aprender la división, operación abstracta que sólo será entendida realmente a los 10/11 años, si el desarrollo se realizó exitosamente.
Continuamos, en la 2ª etapa de la enseñanza fundamental (secundaria) el papá es quien escoge la escuela, generalmente basado en el desempeño de la escuela en los futuros exámenes (de ingreso a la universidad o el ENEM**). Pero no sabe que esas escuelas no son modelos internacionales. Nuestra enseñanza, en general, está por debajo de lo que se considera adecuado. Aún aquellas escuelas consideradas como escuelas de elite. Por eso no formamos científicos. ¿Dónde están nuestros premios Nobel? ¡Pero los papás están preguntando si sus hijos pasarán en el examen de ingreso! ¿Será que todos tienen que ir a la Universidad? Y ¿la Universidad es realmente Universal? ¿Y los que no consiguen, estarán fuera del contexto y de la sociedad?
Pero, finalmente, llegan a los Preparatorios. La clase media y alta, porque las clases populares ya abandonaron la escuela por absoluta falta de utilidad de lo que aprenden en esos cursos, que no lleva a nada.
Los que llegan siguen adelante por su propia cuenta, porque los papás no tienen más tiempo para ellos, prefiriendo apenas verificar las notas, como si eso fuese una base de diagnóstico confiable. No tienen la mínima idea sobre el comportamiento de sus hijos en la clase, si están durmiendo la mayor parte del tiempo, o conversando o aún si faltan a las clases. No saben que desafían a los profesores, que pasan gran parte del tiempo combinando la salida de la noche o el asado de fin de semana. Y algunos, ni siquiera ven las notas. Al finalizar el año, si el hijo no pasó de año, recurren a una escuela “más fácil”, donde, finalmente, su hijo pasará – de cualquier forma.
Lo que se observa, con mucha frecuencia, son adolescentes abandonados, ya que las escuelas dejan de promover reuniones de padres para que los profesores puedan intercambiar ideas con la familia. Los adolescentes van percibiendo que nadie cobra nada de ellos. Y cuando cobran, parten para la copia. Normalmente, en su cotidiano, los adolescentes no están llevando ni siquiera el material escolar básico (libros y cuadernos) para la escuela, ya que son totalmente inútiles e innecesarios para ellos. Los libros didácticos solicitados por la escuela al iniciar el año llegan totalmente sin uso al final del mismo, y casi ningún padre ve, por qué no está preocupado con eso o con prácticamente nada de lo que está sucediendo. Parece, que por el hecho de haber “cumplido con su obligación de padres”, comprando el material determinado por la escuela, liquida todas las otras obligaciones.
El profesor, con 30 ó 40 alumnos dentro de la clase, no tiene idea de lo que allí sucede, porque está escribiendo en el pizarrón (verde, negro, digital) mientras los alumnos están allí, dejados a su propia suerte.
Hay gran cantidad de padres que no saben que sus hijos beben, fuman, usan drogas o roban. Por increíble que parezca, no tienen noción de la opción sexual de sus hijos. Son padres que piensan que, a esa altura de la vida, ya hicieron todo lo que podían o deberían hacer por sus hijos, y este es el mayor problema: ¡nuestros hijos son para toda la vida! Y precisan ser atendidos en todas las fases.
Y todo eso que relaté no sucede sólo en la escuela pública. No, son acontecimientos rutinarios de escuelas particulares, que se dicen de excelencia, y que prestan servicio a padres que se dicen responsables y atentos a sus hijos.
No permitan que la vida de sus hijos se desarrolle así, porque llegará, inevitablemente, un día en que la pregunta va a surgir: ¿¿¿Cuál fue mi error???
Beta
* Persona, generalmente joven, que se encarga de atender a niños pequeños en ausencia corta de los padres. (Diccionario de la Real Academia Española)
** Examen Nacional de la Enseñanza Media. (Preparatorios)
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