segunda-feira, 28 de novembro de 2011

Escuela Fuerte Escuela Frágil



Llegó aquella época del año que provoca un estrés tradicional entre padres e hijos: el período de los exámenes. Hay, actualmente, una convención de que existen escuelas “fuertes” y escuelas que no lo son, pero nadie hasta hoy estableció la significación de esta convención. Está en el imaginario pero no tiene consistencia. Para los padres, en general, son las escuelas que buscan que los niños y adolescentes “sepan” varios contenidos a través de la memorización, que serán olvidados más adelante (se cree también que esos contenidos permanecen... lo que es un despropósito). Lo que existe durante el período de realización de los exámenes se pierde, pero nadie consigue medirlo porque en aquel momento existía por la necesidad de pasar en el examen. Si hoy, usted papá, hiciera una de estas pruebas seguramente sería reprobado, aunque haya pasado por el mismo 20 ó 30 años atrás. El hecho es que el contenido no se sustenta, porque la gran mayoría es totalmente desnecesaria.
El gran problema es que, después de haber sido masacrado por preguntas sin sentido, ese adolescente, que “pasa” en los exámenes es expuesto a lo que realmente interesa, o sea, a cursos superiores en los cuales no van bien. El abandono en la enseñanza superior es muy grande, creando un foso entre lo que se convino en llamar de “enseñanza de calidad” (montañas de información sin conexión entre sí) y la enseñanza superior. ¿Cuántas universidades o facultades dedican los primeros dos semestres a enseñar, nuevamente, portugués, matemática, biología y otras materias que deberían haber sido mejor estudiadas en la Enseñanza Fundamental o en los preparatorios? Prácticamente un año del período en que el alumno debería estar lanzándose al entrenamiento esencial para la profesión que escoge, se gasta con un reciclaje de conocimientos que fueron dejados de lado en el ambiente y en el momento adecuado.
Frente a todos estos obstáculos, gran parte de los adolescentes desisten del curso superior, en un momento en que éste es fundamental para su jornada por la vida con posibilidades de éxito. Habrían abandonado la escuela aún en los preparatorios o en la enseñanza Fundamental, se pudiesen, pero son impedidos por la presión de sus padres y tutores, que ven en el modelo vigente una forma de amorosamente contribuir para el su éxito en la vida. ¿Y quién no querría escapar de escuelas terribles, que nada enseñan y privilegian el masacre diario cuando deberían promover la felicidad de aprender?
Y las escuelas conocidas por su fragilidad, ¿cuáles son? En primer lugar, las “alternativas”, que entran en el juego de los padres cuyos hijos tuvieron dificultades en las escuelas “más fuertes”. Normalmente, son escuelas que tienen un programa sin mucha consistencia para atender a la clientela que las busca.
Pero, tenemos que definir cuál es la verdadera alternativa que debería servir para atender las necesidades de la sociedad para el Siglo XXI, pero eso no sucede porque el cliente (los padres) buscan, cuando se trata de escuela, cualquier modelo que haya sido creado en el Siglo XIX, ya que consideran que lo “tradicional” funcionó bien. No hay un punto de referencia de dónde surgió esa creencia ni en lo se basa – varias ilaciones pueden realizarse, es claro – pero el hecho es que el mercado siempre va a ofrecerles lo que lo que es demandado, por este motivo permanece el error que va siendo más grave a medida que el individuo formado tradicionalmente no tiene posibilidades en un mundo completamente diferente en relación a las competencias exigidas.
Nótese que las escuelas modernas son siempre para los pequeñitos, donde los papás se sienten cómodos porque piensan que no hay, en esa edad, ningún contenido para ser trabajado. Pero, a medida que el niño crece, salen los papás a buscar aquella escuela que ofrezca condiciones para preparar a su hijo para los exámenes de admisión a la facultad. Es una decisión amorosa, sin duda, porque qué papá no quiere lo “mejor” para su hijo. La gran pregunta es: ¿qué es lo mejor?
Para poder establecer un estándar de elección más ajustado al mundo en que vivimos, sugiero que los papás verifiquen cuál es la filosofía que orienta la estructura pedagógica de la escuela donde van realizar la matrícula. No se olvide que las primeras etapas del desarrollo, o sea, cuando su hijo es pequeñito, son esenciales para la vida en su totalidad. Es en esa escuela y en esa edad que permanecerá por más tiempo, y va a ser necesario que establezca un acompañamiento riguroso para no tener sorpresas desagradables más adelante. No considere que “sólo es gente” después de una cierta edad. Sería lo mismo que dejar la construcción de un edificio totalmente en las manos de persona no preparadas, para preocuparse después con la decoración. La casa así construida, se caerá.
Por lo tanto,  me gustaría concluir diciendo que no existe una escuela fuerte u otra que no los sea. Existen escuelas con programación diferenciada y que presentan los contenidos de otra forma, llevando en consideración la época adecuada en que los niños tienen las estructuras adecuadas para recibirlos, y no con base pura y  simplemente en la edad indicada en tablas frías y generalmente ineficientes. Aprender no debe ser sinónimo de “dolor”, sino de “felicidad”. Desarrolle esa capacidad de entender la escuela antes de matricular a su hijo.

segunda-feira, 21 de novembro de 2011

La "noche del Piyama"



Hacer algo diferente para crear entretenimiento saludable es la meta que tenemos. Con la diversidad de posibilidades que un niño o adolescente tiene hoy a su disposición, el foco pasa a ser la socialización, el intercambio y los juegos. En la “Noche del Piyama” hay de todo porque las actividades son planificadas para permitir la máxima diversión, siendo que el punto alto es el hecho de que sólo duermen cuando llegan al límite de sus fuerzas – lo que no es posible realizar en el día a día. En general, los papás están en el límite de sus fueras y los jóvenes aún están muy animados.

En esta noche, los niños aprenden a dormir fuera de sus casas y a alimentarse junto a sus amigos. Todo es organizado. Colchonetas en el piso, cubiertas, ropas. Lo principal es jugar y hacer cosas fuera de los horarios tradicionales.  Uno de los puntos altos es la piscina por la noche. Pero varias otras actividades se destacan, como la búsqueda del tesoro con linternas, caminar por la calle por la noche, jugar en la plaza con la luna en el cielo. Todo debe ser diferente. Millares de neuronas se unen en una sola noche. Son muchas situaciones problema que se les ofrecen.

Los profesores y la administración actúan en total sintonía. Todos ayudan en la organización general de la alimentación. Músicas, películas, juegos de mesa y computadoras son ofrecidos para todos. Las edades se mezclan y todos se ayudan.
Los más pequeños aún quieren saber si los papás volverán y las mamaderas se dejan de lado. Quieren utilizar los vasos y piden que los papás los dejen quedarse toda la noche. Se sienten bien y felices. Miren las fotos.







¿Para qué sirven las Escuelas?



Utilizando el título de un libro de mi padre, el Prof. Lauro de Oliveira Lima, me gustaría reflexionar con los padres que van a realizar una toma de decisión para escoger bien la escuela dónde sus hijos pasarán muchas y muchas horas de sus vidas.
Lo que quiere para usted debe quererlo también para sus hijos. ¿Le gusta su trabajo? O ¿le gustaría ser feliz en él? Piense que lo mismo debe suceder con su hijo en la escuela. Jamás la escuela debe despertar angustia o tristeza. Ser muy feliz es lo que realmente importa.
¿Qué debemos esperar de la escuela?
1 Un trabajo pedagógico interesante, donde el niño sienta placer al realizar las tareas;
2 Un ambiente tranquilo y entre amigos donde pueda socializarse con seguridad;
3 Un equipo de pedagogos que estén realmente unidos para promover el desarrollo infantil o juvenil;
4 Material pedagógico que lleve hasta el niño situaciones problema cuya resolución promoverá la introducción de los contenidos;
5 Trabajos con las artes y principalmente con la música (la música es una actividad abstracta);
6 El ambiente debe ser alegre, pero no lo confunda con un club; la escuela tiene características diferentes;
7 No se olvide que la biblioteca es muy importante, como todo el aparato tecnológico;
8- La Escuela deberá estar preocupada con su relación con la Comunidad; vea el calendario para saber si los niños salen de los muros de la escuela;
9 Y finalmente, ¿cómo se evalúan los alumnos? Nunca se dé por satisfecho si se hacen evaluaciones solamente a través de  pruebas, debe haber observaciones diarias para que  realmente se acompañe el desarrollo de los niños y de los jóvenes.
10 Certifíquese de que existe una Dirección presente y realmente participativa. Conózcala para saber quién es el líder del sistema donde está dejando a su hijo.

Estas son algunas orientaciones para que los padres estén atentos al observar la Escuela donde dejarán a sus hijos y piensen, también, que son estos profesionales que formarán la ética y la moral de sus hijos conjuntamente con la familia.
La Escuela debe servir para acompañar al niño y al joven junto con la familia y para promover su desarrollo. Verifique si estos profesionales conocen el desarrollo infantil.

terça-feira, 15 de novembro de 2011

El verdadero EXAMEN de consciencia



Los examnes escolares son los grandes causantes de atritos entre padres e hijos. Tal vez porque los padres elijan las escuelas, los profesores y el ritmo que los niños deben seguir olvidándose, totalmente, de verificar si es eso que sus hijos precisan, quieren o están aptos para realizar. Y cuando llega el momento del examen – aquella verificación tradicional que intenta reproducir otros check-points que la vida va a establecer en la vida de los niños – los mismos no consiguen buenos resultados. ¡Y el mundo se cae sobre nuestras cabezas! Cada examen es visto como si fuese una evaluación de lo que el niño va ser en el futuro lo que no corresponde a la realidad.
                Voy a analizar la pregunta bajo la óptica de dos líneas bien claras, aunque varias preguntas puedan ser levantadas a partir del análisis anterior. La primera es identificar si los niños y adolescentes “quieren” el ritmo que se les impone, o sea, “fuerte” o “muy lento”, de acuerdo con la visión de la sociedad sobre lo que es la formación. La pregunta es: “¿será que esos exámenes miden algo realmente importante?”. O sea, ¿los niños son solicitados a demostrar lo que realmente saben o son obligados a cumplir un ritual impuesto por sus responsables (sean estos sus padres, educadores, u órganos públicos vinculados con la Educación)? Prácticamente nunca evaluamos la situación del punto de vista de quien está sufriendo la presión, porque el análisis que prevalece es el realizado por el dominador. Es necesario entender que la vida de un niño o de un adolescente no se resume solamente a “dar exámenes”, porque eso no se traduce en felicidad. Si huimos del dolor y corremos para el placer... esta es una situación en la cual, claramente, el ser humano se ve compelido a huir. Como muchas cosas en la vida, entendemos que el argumento de “lo hice por amor” es utilizado, con consecuencias menos útiles.  Muchos padres utilizan el presupuesto de que “van a darle a sus hijos todo lo que no tuvieron”, y eso no necesariamente se consigue a través de ese camino, o sea, presionando a sus hijos a para que tengan éxito a cualquier costo, en evaluaciones espurias. Y más aún: ¿le preguntó, sinceramente, a su hijo, lo que él realmente quiere? O ¿por lo menos intentó entenderlo cuando le dijo, con los ojos brillando, lo que realmente quería? Aunque usted, padre, pueda estar haciendo lo que le parezca mejor, donándose integralmente para que su hijo tenga un futuro maravilloso, puede estar pensando equivocadamente cuando piensa que eso se dará tan solamente por el éxito financiero. Si el niño sólo tiene como referencia de valor cosas materiales, sólo tendrá eso en el futuro para ofrecer o aspirar, y eso va a ser insuficiente para enfrentar todas las demandas de una vida integral.
                El otro abordaje que me gustaría hacer es que los padres analizasen el examen que su hijo está rindiendo. Siempre que su hijo haga una prueba, solicite una copia de la misma y vea como haría las pruebas en las disciplinas en las que usted exige que él sea un expert, aun siendo tan joven. Si usted, tiene nivel universitario, vea cómo haría la prueba de un área fuera de su especialización. Haga la prueba sin compromiso, lo que es totalmente posible ya que su hijo está en la Enseñanza Fundamental o en los Preparatorios. Como ya pasó por esta etapa, debe preguntarse cómo es posible no hacerla bien ahora. Algo está errado. Intente hacer la prueba del ENEM* (el examen está online) y observe lo que estamos queriendo que los jóvenes sepan en todas las áreas, cuando a veces ni especialistas lo saben. ¿Por qué creamos este clima de tragedia, cuando los niños no pasan en esos exámenes sin sentido? ¿Qué se evalúa? ¿Se verifica la inteligencia o la estrategia mental del individuo? No, se usa apenas aquella parte del cerebro usada para almacenar datos y alguna cosa de la habilidad de repetir modelos, siendo eso el punto alto de ese momento y una inutilidad absoluta para el futuro. Intente, con más de 30 años, recitar (y el término recitar se aplica) todos los afluentes do Río Amazonas. Estoy segura de que no aprendió eso, y no fue evaluado con este asunto. Pero por la falta de uso de la información, la misma fue descartada por su memoria. Hoy, lo más fácil es “googlar” la pregunta y en pocos nanosegundos, obtener a la respuesta completa. El asunto principal es qué hacer para mantener a la Amazonia y a sus ríos preservados, en una perspectiva sostenible.
                Deberíamos proponer algo vinculado con la inteligencia. Problemas que todas las personas inteligentes  consiguiesen resolver para después estudiar contenidos de áreas en las que se especializarán. En este tipo de exámenes, muchos padres pasarían.  Estamos presos a ideas antiguas, como por ejemplo la de que los jóvenes tienen que “saber cosas”. Contrariamente, ellos deben saber pensar.

Serão* de la Escuela “A Chave do Tamanho” - Noviembre 2011





   Noche en la “Chave do Tamanho” y día de reunión de padres. Para nosotros este es un momento de encuentro festivo. Recibimos a los padres para conversar sobre el nivel de desarrollo de sus hijos y presentarles las evaluaciones realizadas en el período.
   No dejamos de ejercitar con los padres algunas de las tareas que hacemos con los niños.  En este “serão”, trabajamos en dinámica de grupo a través de mini grupos y panel integrado. El asunto de esta dinámica fue: enigmas. Los padres los resolvían en mini grupo después presentaban el resultado en el panel integrado.
Hubo, también, un momento para las noticias generales, que son comunicadas a los padres. Fiesta de final de año que tendrá como tema los “Saltimbancos”, y la noche del piyama, solicitando a los padres que incentivasen a los niños que aún no consiguen dormir fuera de casa a participar.  Paseo General también fue tema de las conversaciones. Vamos a pasar un día en una hacienda para ver las relaciones generales de los niños.
    Dentro de la orientación general, el tema principal fueron los “límites”, detallando las reales ventajas para el desarrollo de los niños cuando los padres saben colocarlos. Hablamos sobre la Heteronomía, mostrando que las órdenes deben ser externas hasta los 11/12 años y sólo después de este período deben iniciarse las discusiones sobre cómo van a ser formuladas las reglas. Fue muy productivo hablar sobre los niveles del lenguaje de los niños. Los padres deben entender que el diálogo, que les es tan importante, sólo aparecerá después del período concreto que se inicia alrededor de los7/8 anos. Conversar con los niños es de fundamental importancia.

*La Escuela “A Chave do Tamanho” le dio el nombre de “serão” a las reuniones de padres gestores y profesores que se realizan a cada bimestre al caer de la tarde. El nombre también está relacionado con la obra del gran autor brasileño Monteiro Lobato que escribió el libro “Serões de Dona Benta”. En este, los “serões” son reuniones en las que Dona Benta conversa sobre diversos asuntos con sus nietos y otros personajes, después de la cena.