domingo, 17 de março de 2013

La Vida Práctica


¿Qué han hecho por la vida práctica de su hijo? La vida práctica también debe ser enseñada, siempre con mucho cuidado. Ellos no saben nada de lo que sucede a su alrededor en sus casas. Quién arregla la casa, lava la ropa, va a las compras, cocina, plancha, entre tantas otras cosas. Observo siempre, con preocupación, que los niños normalmente no tienen obligaciones en sus casas, viviendo como visitas. Eso no es correcto. Los niños forman parte de la comunidad y deben colaborar en todo lo que ya puedan hacer. ¿Y cómo saber de qué actividades pueden participar? Dejando que se ejerciten con nuestra supervisión haciendo las correcciones necesarias. Vean cuáles son todas las tareas domésticas y dividan entre todos los miembros de la familia, incorporando a los niños.
Los niños, en general, son tratados como bibelots de la casa y, en determinado momento, ven que sus padres se irritan “con sus bebes inactivos”, criados por ellos mismos y queriendo que sepan hacer lo que nunca les enseñaron. Los niños no pueden permanecer fuera de la sociedad, debiendo participar como seres actuantes. Ir al mercado es una forma interesante de participación. Deje que sepan qué la familia come y los precios de los alimentos, cuáles son los productos de limpieza, higiene, etc. ¡Ellos no saben cuál es el jabón de tocador que usan! Reciben todo pronto sin tener que tomar ninguna decisión. Los niños tienen como única función elegir los juguetes que quieren y no tienen noción si la familia puede o no comprarlos, ya que todo se resuelve sin que ellos sepan cómo.
A cada etapa del desarrollo los niños ya pueden tener una participación efectiva en la vida familiar. A los 3 /4 años ya pueden guardar sus juguetes, organizar sus cosas a su modo, aunque después un adulto haga la organización final. Pero con más o menos 7 años, el niño ya comprende casi todo de su casa y, lo que no se le solicite, no va a ser aprendido y ciertamente no será realizado. Dar tareas y educar para la vida es la única forma de obtener resultados en esa área, y tiene que ser en familia, porque la escuela no trabaja esas situaciones prácticamente nunca. Relacione todas las tareas de casa y vea que sus hijos, después de los 7 años, pueden ayudar en casi todo. Organizar las cosas, colocar la ropa en la máquina de lavar, recoger la ropa sucia, lavar los platos entre otras tareas. Cuando eso no sucede, los padres reclaman que los niños dejan la ropa sucia tirada en el baño, la toalla mojada sobre la cama, etc. ¿Saben por qué eso sucede? Estos niños son los "pequeños reyes" de la casa y, no hacen nada, no saben el trabajo que están dando a otros. ¿Sabían que los niños pueden hacer su cama de mañana? Pueden ayudar a organizar el desayuno. No subestime a su hijo, y a él le va a gustar saber que usted cree en su capacidad.
Muéstreles cuánto gastan todos juntos: luz, gas, agua y que todo tiene que ser pagado para la sobrevivencia de la familia. ¿Sabía que los niños no tienen noción cómo se paga la gasolina que el automóvil consume? ¿Y qué cuando se desplaza para llevarle a algún lugar, gasta dinero?
No les dé mesada sin alguna responsabilidad. Los niños desde la más tierna edad deben aprender que es una remuneración. Aunque sea poco, debe recibir y aprender cómo gastar. No reponga la mesada si la gastó todo sin planificar.
Ayude a su hijo a conocer el mundo en que vive, porque ese será su mundo.

¿¿¿ Genio ??? Es mejor buscarlo en la botella.



La humanidad siempre se impresiona con personas marcadamente diferentes del punto de vista intelectual, rotulándolas como genios. En nuestros tiempos, la media está buscando ejemplos de estos casos y haciendo gran alarde siempre que encuentra alguien con estas características. ¿Genios existen en la vida real o son apenas encontrados en botellas? Un modelo que llama la atención es el hecho de que, en las Olimpíadas de Matemática, los observadores están atentos a algunos de los jóvenes que participan y dan el título de genios a aquellos que resuelven algunos de los problemas propuestos por la institución organizadora – que tiene la misión de proponerlos durante el evento. ¿Alguien piensa que estos jóvenes tienen algún diferencial? La respuesta es sí, millares ... y eso es lamentable.
Piaget, gran epistemólogo suizo (estudioso del conocimiento) siempre dijo que genios no existen. Estos jóvenes tienen el mismo desarrollo de millares de otros, pero fueron entrenados para presentar resultados. Les dejo la pregunta: ¿qué queremos realmente del desarrollo humano? ¿Cómo es la vida de esos jóvenes? Es la vida que consideramos integral o apenas el resultado de la aplicación del lema “practique, practique, practique”. El resultado final es el de un entrenamiento masacrante y no el de un desarrollo completo. Los problemas que resuelven no exigen creatividad, sino apenas memoria.
Los grandes campeones de esos maratones han sido los orientales, especialistas en entrenamientos, que trabajan reforzando la disciplina, el foco, la repetición que lleve a la “perfección” al ejecutar un modelo de trabajo.  ¿Pero será que expuestos a todo eso, estos jóvenes son capaces de resolver problemas de la vida diaria? Es un test decisivo verificar cómo se comportan en sociedad, si salen en busca de experiencias, si tienen amigos. No sé cómo viven, pero puedo suponer que viven en función de presentar los resultados esperados por sus entrenadores.
Es importante tener en cuenta, cuando analizamos la situación cómo un todo, que la matemática y la vida no son “fórmulas” o “problemas cerrados”, y eso es una verdad cada vez más reconocida, en un mundo en transformación. Hubo un tiempo en que el contexto permitía excelencia en la repetición de un problema, de tal forma que experiencia era el resultado de veinte años de repetición. Pero en una sociedad que se despierta por la mañana y ya no sabe si lo que valía ayer por la noche aún es válido... sin creatividad, flexibilidad, capacidad de adaptación es muy difícil ir enfrente. Clasificar, seriar y ordenar son fundamentos de la matemática que van a reflejarse en la vida de los niños y jóvenes. ¿Cómo será que esos jóvenes entienden la Ética y la Moral? Eso sería una investigación muy interesante porque tendríamos una dimensión del desarrollo global de estos jóvenes. No existen genios “compartimentalizados”, y creo que TODOS los niños pueden ser rotulados como “genios”.
En el caso de la media, permanece la necesidad de crear un hecho “especial” en una materia, cuando le solicitan demostraciones de habilidad matemática a uno de esos niños. Pienso que se sienten confortables, mostrando una educación antigua, en la cual saber cosas era más importante que saber utilizar los conocimientos aprendidos. Tenemos que enseñarles a los niños a aprender siempre. Enseñarles a vivir en sociedad. Y dejar claro que tener un gran conocimiento sobre algo y no compartirlo con los otros es totalmente irrelevante del punto de vista del desarrollo del mundo en el que vivimos. Si todo este esfuerzo se hace solamente para conquistar una medalla, les dejo una pregunta: ¿cuál es la importancia de este hecho?

Reforma Educativa


En Brasil continuamos sin darle atención a la EDUCACIÓN. Estamos viendo que nada cambió y que no tenemos esperanza de cambio. ¿Será que entre las autoridades de la educación hay alguien que sepa, realmente, qué es educación? Saben cambiar los nombres y piensan que así se hacen las reformas necesarias. No sabemos más cómo son los nombres de los cursos. Primario, secundario, fundamental, preparatorios. Juntan separan y nada cambia. Hasta las asignaturas tienen nombres diferentes. ¿Pero y la metodología?  ¿Alguien sabe que existen formas diferentes del hacer?... ¿No saben o no quieren saber? Los niños continúan sin aprender y perdiendo horas y horas en clases que no tienen ninguna novedad ni causan interés. ¿Será que nadie nunca reparó que a los niños no les gustan las escuelas? ¿Y por qué les gustan los parques, el cine, y otras actividades?  Porque son lúdicas como la Escuela debería ser. El hombre es un animal que juega, entonces estas deberían ser las características de la Escuela.
En Brasil, lo que siempre la prensa valoró es la idea de que una escuela en un Estado distante de los grandes centros, está haciendo algo interesante. Pero eso no es un sistema educativo, ya que no contamina el hacer general. No quiero saber si un profesor hace algo interesante un día. Mi papá, el educador Lauro de Oliveira Lima, siempre dijo que educación es aquello que se hace todos los años, el mismo día, que sucederá en aquella clase de cualquier forma, sea cual sea el profesor. No precisamos fiestas educativas sectorizadas, precisamos planificación para todos, todos los días. No es haciendo una linda pintura un día en la clase que tendremos un sistema educativo moderno.
El conocimiento tiene que ser llevado a los niños y adolescentes. Sus profesores tienen que ser capacitados. La prensa destaca los índices irrelevantes del IDEB. Pasamos de 3,6 para 4,4 y qué significa eso si los países en desarrollo ya están en 6,0 puntos. ¿Cuándo alcancemos esos índices, dónde estos otros países estarán? Nuestra meta debe ser 10,0; ya que es esto lo que exigimos de nuestros alumnos en las escuelas ¿Por qué el gobierno es un privilegiado que teniendo una meta de 4,4 (puntos) es considerado bueno? ¿Vamos a estar siempre atrás? Tenemos que hacer una planificación audaz, para alcanzar metas fantásticas. No podemos olvidar que solo se miden asignaturas como matemática y portugués, pero, ¿será que saben historia, geografía y ciencias?
Supimos que el municipio atiende los primeros niveles y el estado a los preparatorios. ¿Y las series intermedias? ¿Son abandonadas? Tenemos que cuidar del proceso en su totalidad. Lo peor es no enseñar y dar cuotas en la Universidad. Vamos a resolver el problema y permitir que los jóvenes compitan ya que establecieron que es esta la guerra.
Nuestros gestores aún no tienen conciencia de que lo que falta en las escuelas es una metodología que desarrolle la inteligencia de los niños. Niños inteligentes aprenden. ¡No podemos continuar diciendo o pensando que los niños nacen inteligentes porque eso no es verdad! Serán inteligentes de acuerdo con las experiencias a que sean expuestos. Vamos a trabajar con seriedad sin pensar apenas en los votos en época de elección.

Homenaje de Maria


Queridos amigos,
Comparto con ustedes esta carta. Emocionante relato de una mamá inteligente, física y que tuvo 3 hijos en la “Chave”.
Besos
Beta


Beta,
Lia me contó sobre la muerte de Lauro y quería decirte que tengo la sensación de que estamos un poco más solos. Me gustaría compartir un poco contigo la tristeza de este momento.

Lauro modificó mi visión de educación desde los primeros meses de convivencia con el método psicopedagógico en la “Chave do Tamanho”. Acompañé el desarrollo de mis hijos con profundo interés no solo como madre sino también de profesora. Veía el modo como aprendían a enfrentar los problemas, tranquilos y con autoconfianza, no porque el colegio era fácil sino porque a cada etapa sabían dónde estaban pisando. Resultado del trabajo continuado y casi intransigente de ustedes para poner en práctica los estudios de Piaget.

Lauro mostraba que enseñar a pensar es saber oír, más que saber hablar. Las respuestas que los niños nos dan dicen si lo que decimos tiene sentido para ellos. Recuerdo a Lauro, con su forma de ser irónica y provocativa, diciéndonos, a nosotros aturdidos padres, que cada cosa tiene su tiempo; a los padres ansiosos les decía calmamente que los niños precisan contar palitos y frijoles antes de sumar números en el papel. Queriendo decir que de nada vale saltar etapas, porque es inútil.

Esta fue la mayor enseñanza que Lauro me transmitió. Fue tan importante que durante años intenté usar estas ideas en las clases de física, lo que, por diversas circunstancias de la vida académica, solo hace poco tiempo pude realizar, como saben. En la enseñanza de la física, aún en la universidad, pasa algo muy semejante que con la educación de los niños sucede. Es inútil “explicar”. Nuestro lenguaje no se hizo para los conceptos científicos. Hoy llevo a los alumnos al laboratorio antes que nada. La experiencia es la actividad concreta de la física, los “palitos y frijoles” del aprendizaje de la física; los alumnos construyen lo formal después, con mucha más seguridad. No fue fácil al principio, como no debe haber sido fácil al principio en la “Chave do Tamanho”, porque no existe un camino discernible cuando comenzamos, se construye con el tiempo.

La triste noticia de que Lauro nos dejó es aún más triste cuando vemos que todavía existen pocos seguidores para sus ideas - imagino que eso no le incomodaba mucho, por causa de su personalidad fuerte y porque creía en lo que hacía. Nosotros perdemos. Tengo la esperanza de que un día el método psicopedagógico que fundó sea más conocido y aceptado. Porque el vacío educativo de Brasil no deja de ser también un espacio abierto para cambios.

Un gran abrazo para ti y tu familia,
Maria.

El buen papel del intelectual: agitador social•


Roberto Amaral

De la personalidad riquísima, multifacética --y muchas veces desconcertante de Lauro Oliveira Lima-- destaco aquella característica que más me marcó y fascinó: la del pionero. Empleo el término queriendo destacar su carácter más esencial. Designo a aquel explorador que está fuera del tiempo, de su tiempo, anticipándolo (como los poetas, los científicos y los visionarios), y, por lo tanto, chocándose, porque lo nuevo incomoda, la duda incomoda y los cambios son siempre peligrosos para los inseguros.
Además, es un carácter distintivo del intelectual militante el comprometimiento con el cambio, la intervención en la realidad, el desprecio por la tradición, el inconformismo con el statu quo. El intelectual pionero -– y estamos frente a una casi redundancia— no teme ser temerario, pero jamás es omiso.
Así, el pionero, cualquier pionero es, por definición una incomodidad, porque su efervescencia, por sí sola, denuncia la indolencia, la renovación denuncia el egoísmo, el revolucionario denuncia el conservadorismo. Encuentro ahora el punto más distintivo de Lauro: sin ser necesariamente un hombre de izquierda ---y yo le conocí udenista*--- fue siempre y es –- como educador, como escritor, como intelectual-- un anti conservador por excelencia, un demoledor de la paz, del 'orden natural de las cosas', de lo que 'estaba-constituido', del
statu quo. Una ráfaga de viento esparciendo la papelada bien organizada de la burocracia, un remolino en el orden prestablecido. Incomodando, por lo tanto. Este papel de casi iconoclasta no deriva de algo espiritoso. Sucede que lo asentado necesita de la inmovilidad y Lauro jamás desistió delante de las resistencias. Siempre lo vi abriendo caminos, forzando pasajes, peleando, discutiendo, reclamando, pero, sobre todo, confiando en el otro, estimulándolo, sinceramente convencido de su misión de constructor. Constructor de hombres. Este es el gran mérito de su pedagogía.
A partir de una formación educacional-formal conservadora ---el Seminario, como casi todos los de su clase en Limoeiro do Norte de su tiempo--- Lauro, se transformó en un intelectual en los embates de la vida. Pero se armó desde temprano de aquella característica que separa lo simplemente erudito de lo verdaderamente culto: en él la duda, más que un método de estudio es análisis, es el camino del conocimiento que lleva a la intervención. Conocer para modificar. O sea, en la mejor tradición de aquellos intelectuales que fueron a beber agua en la fuente del Iluminismo: nada de verdades acabadas; relativizar siempre las certezas, ejercer siempre la contradicción, buscar lo desconocido, poner en jaque nuestro conocimiento y nuestras ideas confrontándolas con las ideas y los conocimientos que los niegan y contradicen.
Después de profesor, fue instructor; después de instructor fue pedagogo, después de pedagogo fue pensador, repensando la educación de su país. Comenzando por la cátedra (o sea, la experiencia práctica, factual objetiva), para terminar en la formulación. No habrá sido mero acaso, por todo eso, que el hoy doctrinador consagrado, el autor del ya clásico “Escola secundária moderna” haya comenzado con el proyecto concreto de reformulación de la enseñanza pública en Ceará y el montaje de una escuela particular. Sin ninguna contradicción. Tal vez incida en una herejía al afirmar como afirmo ahora que este profesor jamás tuvo la clase, en el sentido de la cátedra y de las cuatro paredes, como su espacio preferido de trabajo. Al contrario, siempre privilegió estar atrás del que estaba atrás de la sala, sin ocupar el proscenio: la discusión de los métodos, la discusión de los contenidos, la discusión en torno del que qué decir y cómo decirlo, transformando la clase no apenas en una máquina retransmisora de conocimientos, sino en un instrumento dialéctico-vivencial formador de hombres y opiniones. Repito de memoria -- ahí se van tantos años que ni vale la pena contar-- lo que, me acuerdo bien, era su lema y el lema que imprimía en su “Ginásio** Agapito dos Santos”, donde intentó poner a prueba, como el científico que se dedica a la demostración experimental, sus teorías educativas:
Non scholae sed vita discimus. “No aprendemos para la escuela, sino para la vida” (Séneca, Epístola 106,12)
Esa inquietud transformó al educador también en un periodista --otro magisterio-- de combate, un cronista de su tiempo, apuntando con el arma de la palabra permanentemente para lo tradicional y lo convencional. Fueron famosas para el público cearense*** --aunque muchas veces provocando malestar en la cúpula del periódico-- las crónicas de Kleber Santos en el “O Povo”, de Fortaleza (y ¿cuándo las mismas serán reunidas en volumen, para salvarse de la dispersión y de la vida efímera de las hojas sueltas?). El cronista trajo a luz al crítico fino, irónico, de razonamiento perspicaz enguantado por una prosa leve, sabrosa pero contundente cuando se trataba de profundizar la cuestión. En las manos de este anatomista el bisturí alcanzaba las profundidades de la crítica.
Jamás conoció el término medio, haciendo, diciendo, actuando, o pensando. Nunca se preocupó con el consenso, nunca se preocupó en permanecer exento. Si no le atraía provocar la malquerencia, puedo decir, jamás cultivó las amistades fáciles. Optando siempre, escogiendo siempre, definiéndose siempre, exige la definición de los que lo cercan; al distanciamiento falsamente científico, responde como un apasionado por las cosas que hace, irradiando enemistades y pasiones por donde ha pasado. Por eso es un hombre de pocos amigos, pero de amigos fieles.
Esta inquietud transformó a Lauro ---y es eso lo que estoy queriendo decir—en un político, sin jamás institucionalizarse, o ceder a la tentación de sentarse en la silla del figurón, al contrario de tantos y cuantos colegas de generación menos dotados de ingenio y arte. En la sala de clase no solo hizo política. Su obra es la búsqueda de una política de enseñanza. Director o jefe de la Seccional del Ministerio de Educación en Ceará, la dirigió persiguiendo políticas. Su lucha como Director de Enseñanza Secundaria, en el MEC****, al tiempo de Paulo de Tarso y Darcy Ribeiro, fue dotar nuestro país, de la enseñanza particular a la enseñanza pública de una política de enseñanza cuyo objetivo no era solo la excelencia de la formación, sino también la democratización, vía universalización, del acceso de todo brasileño a esta nueva enseñanza. Recuerdo la unidad universalización-excelencia para garantizar la democratización. 
Cuando había hecho casi todo, cuando casi todo había escrito, decidió hacer política de cuerpo entero, candidateándose a diputado federal por el PSB (Partido Socialista Brasileño) de Ceará.
¿Puede haber sido esta experiencia un hecho aislado, inconsecuente? Me parece que no. Destaca, al contrario, en la teoría de la educación, el objetivo que siempre persiguió, en la cátedra, en el cargo público, en la formulación como escritor y periodista: intervenir en la realidad para transformarla. Ciertamente sin conciencia de ese papel --desconfío de que jamás leyó un texto de Marx--, su vida toda ha sido responder afirmativamente a la 11ª tesis contra Feuerbach: "Los filósofos se limitaron a interpretar el mundo diferentemente, cabe transformarlo".
¿Cuál es el objetivo de su pedagogía? Cambiar el mundo. ¿Cómo? Transformando al hombre a través del conocimiento activo, enfocando el cambio. La técnica, la información, el conocimiento destinados a transformar la realidad, haciéndola menos inicua. Por lo tanto, tenía toda razón la derecha cearense cuando, decía en el Sur, que era un agitador social. No sé si le gustará esta afirmación, pero estoy convencido de que este fue el papel más importante de los papeles que desempeñó, agitando la provincia indolente, dirigiéndose a una élite perversa, retrógrada, atrasada, fútil, incompetente, una clase media amedrentada, conservadora, un clero inculto y reaccionario, un proletariado incipiente controlado por las organizaciones burocráticas, un mundo agrario sin vida, dominado por coroneles decadentes, poblado de campesinos hambrientos derrotados sin lucha, porque antes del latifundio ya los mata la sequía. Vida intelectual activa casi ninguna. Vida política presa a los partidos políticos vencidos. Prensa provinciana presa a las tetas del gobierno, cualquier gobierno, enseñanza pública primaria y secundaria envilecida, universidad provinciana en formación y ya siguiendo los caminos errados que la llevarían nacionalmente al colapso actual.
Volvamos al tema ‘modificar al hombre’. Tengo la impresión de que todo educador alimenta este objetivo, aunque no tenga, necesariamente, conciencia. No se trata simplemente de pasar y repasar conocimientos destinados a la breve caducidad en la sociedad tecnológica. Se trata de enseñar la vida. Busco ahí una explicación para que el
schollar de la escuela secundaria moderna se haya vuelto, piagetianamente, para la enseñanza de niños, del prescolar, con un ojo en los pequeños estudiantes y otros en los padres, en las familias recalcitrantes delante de cualquier infracción a la rutina, a lo tradicional, al tradicionalismo. Y la escuela tradicional – y ella impera en Brasil, principalmente la pública, la única que atiende a los pobres y puede así contribuir para la democratización— es incompetente, insatisfactoria y reaccionaria, en un proceso que empeora notablemente, que más se agudiza cuanto más los últimos representantes de la clase media corren para la escuela privada. Es así que la sociedad de clases profundiza la desigualdad de clases.
Conocí y conviví con Lauro en diversificados momentos de nuestras vidas. Muy pequeño, en el “Ginásio Farias Brito”, donde cursaba la escuela primaria, y Lauro asumió la dirección pedagógica del establecimiento. En su “Agapito dos Santos”, donde cursé el liceo, como su alumno de latín y portugués. Más tarde, en la universidad, yo siendo líder estudiantil de izquierda y Lauro educador/intelectual progresista en un Ceará atrasadísimo y, después, director del MEC, donde intentamos un libro en común cuyos originales, que jamás lograron conocer la gráfica, terminaron engrosando los
dossiers de las muchas averiguaciones que cada uno de nosotros por su lado respondió después de marzo de 1964. En el MEC fue alcanzado por la represión que lo homenajeó con un recurso de casación de los derechos políticos y lo punió con la jubilación obligatoria y proporcional. ¿Qué mejor reconocimiento querría él que el acierto de su obra? La tercera o segunda etapa de nuestra convivencia se dio en los años de plomo. Casi clandestino y casi exilado dentro de mi país, a camino de un exilio en el exterior que el destino decidió frustrar, fui a reencontrarlo en Río, salida obligatoria, en la dura tarea de asegurar la su propia sobrevivencia y la de su familia. Entones emergió el otro lado de su carácter personalísimo: el amigo generoso. 
Mi reconocimiento por su significado intenté, con lucro, demostrarlo de la única forma que me pareció objetiva. Entregándole, en la Escuela piagetiana que montaría en Río, la educación (formación) de mis tres hijos. Que me lo agradecen.
(1996)

*Perteneciente o simpatizante al antiguo partido político, UDN (Unión Democrática Nacional) de orientación conservadora.
** Institución educativa
***Natural o habitante del Estado de Ceará, Brasil
****MEC Ministerio de Educación y Cultura

Fallecimiento del Prof. Lauro de Oliveira Lima


El miércoles, día 29 de enero, murió el Profesor Lauro de Oliveira Lima, mi papá, mi amigo, mi Maestro, mi guía durante toda la vida...


  Un hombre de ideas, acciones y convicciones fervorosas. Y al mismo tiempo un hombre flexible y abierto a las posibilidades de su tiempo y del tiempo que vendrá. Lauro de Oliveira Lima sabía, desde el comienzo de la vida, que su misión no sería fácil, y estaba preparado para enfrentar los retos. Ser visionario, es tener visión. No apenas la visión de su tiempo, sino aquella que permite ver más allá de la cortina de humo que el día a día nos impone a la mayoría. Y Lauro de Oliveira Lima vio más allá.
   Nunca fue de pequeñas causas o cosas. Todo lo que hizo fue superlativo, desde el comienzo de una situación de miseria extrema en el agreste nordestino para el reconocimiento internacional de su obra, pasando por vasta prole que vio crecer con su amada Maria Elisabeth, la añorada Beinha. Desde la salida de una profunda depresión causada por su prisión en la cárcel de la dictadura militar para producir una obra fundamental para la Educación Brasileña. Enfrentó de todo en esta vida, siempre hacia adelante, siempre con la mirada de quien busca las grandes soluciones, mayor que su tiempo, mayor que sus detractores, mayor que la mediocridad. Siempre mayor.
   Más de treinta libros sobre Educación. Creador del Método Psicogenético y autoridad en el asunto reconocido por las innumerables condecoraciones, títulos, homenajes de todos los tipos. Amado por sus ideas vanguardistas y por eso también odiado por aquellos que temen el cambio. Inspirador de generaciones y agente de transformación de innumerables e incontables vidas a lo largo de su trayectoria. Hombre de familia, papá, abuelo, bisabuelo y amigo, siempre interesado en el desarrollo de toda su descendencia. Amoroso y cariñoso a su modo. Recorrió la vida haciendo valer sus ideas luchando siempre, aunque contra ejércitos extraordinariamente más fuertes.
   Lauro de Oliveira Lima fue, y siempre será una necesidad. Sin hombres como él, el mundo sería de una apatía absoluta. Lauro de Oliveira Lima fue, es y siempre será un “motor de la historia”. Y como la humanidad no es generosa con aquellos que tienen la capacidad de cambiar su modo de ser, veremos aún su nombre brillar cuando, finalmente, esta misma humanidad esté preparada para entender que la inteligencia es algo mayor, que puede ser desarrollada y que es la única herramienta posible para el mundo que ya estamos viviendo y que será, en formato extremo, el mundo de nuestros hijos.
   Estamos de luto. Pero volveremos a publicar en breve, divulgando su obra y propagando su legado.
Beta

Los padres y las pruebas



   Una amiga mía, escribiendo para una revista, mandó una serie de preguntas sobre el tema ¿“Los papás deben ayudar a los niños a estudiar para las pruebas? “. Me pidió que respondiera aisladamente cada cuestión, pero me pareció mejor colocar mi opinión en forma de un texto que reflejara lo que pienso sobre el asunto. Pienso que así puedo contribuir más y mejor para que esta cuestión sea discutida y sobre ella se reflexione.
   En primer lugar, soy totalmente contra de que los padres ayuden a los hijos a estudiar, y menos aún para las pruebas. Esta es una situación absurda, que corrompe por completo el acto de estudiar. Estudiar “apenas” para las pruebas, es un acto que va a tener un mal reflejo en la vida de los niños. Estudiar debería ser una acción continua, promovida por la escuela de tal forma que, al final de un determinado período de tiempo, podría verificarse qué es lo que el niño sabe de determinado asunto. Colocar un punto de evaluación y permitir que el niño estudie apenas para superarlo, no contribuye para la formación de nadie. Estudiar es más que apenas “saltar obstáculos” (pruebas).
   Considero correcto que los padres pongan a su disposición materiales (enciclopedias, libros, revistas, computadoras, etc.) y un local agradable y permanente para que los niños estudien. Promover encuentros con los amigos para un estudio en grupo es muy provechoso. Lo que no se debe es colocar al niño bajo el yugo de los padres ni de los profesores particulares para que, en aquel período corto de tiempo que antecede las pruebas, hagan un maratón con el único objetivo de superarlas. Eso es dar una muleta al niño, lo que no le ayuda a caminar por la vida. Y denuncia la falta de eficiencia de las escuelas.
   La “semana de pruebas” se transformó en un desgaste enorme porque la sociedad convino que así sería creando un “valor social” para el momento. Niños no nacen pensando en pruebas, y la escuela debería ser la primera a desmitificar este momento burocrático que no agrega nada. A los papás, les incumbe la función de ser papás. Conversar, jugar, pasear, estimular la inteligencia a través de libros y suscripciones de revistas... nunca enseñar. Esta función es de la Escuela y de los profesores que allí están para realizar esa función. Si las cosas no son así, puede haber una inversión de valores, con el niño jugando durante las clases porque saben que en casa, la mamá o una explicadora les enseñarán lo que deberían estar aprendiendo en la escuela.
   A los papás, les incumbe también la función de determinar los horarios en que los niños van a estudiar, porque estos tienen enorme dificultad para adquirir la noción del tiempo. Y aun sabiendo las horas, los niños difícilmente hacen una planificación. El estudio sólo es placentero si el hábito de estudiar se crea desde la más tierna edad. Desde muy pequeño, el niño debe tener acceso y ser invitada a ojear libros y revistas, recortando figuras y haciendo collages. Y el ambiente de estudio en casa debe ser bastante valorado y agradable, con horarios determinados. Padres que trabajen o no, deben tener un tiempo para conversar sobre la escuela y sobre las tareas de casa, pero nunca deben enseñarles nada a sus hijos. Papás no están habilitados para estas tareas y, en ciertos casos, son totalmente incapaces para la actividad pedagógica.
   “Estudiar para la prueba” es aburrido, Es algo artificial. No tiene sentido para los niños, que deberían estudiar, diariamente, por lo menos durante dos horas, con satisfacción y alegría, usando sus materiales en un ambiente agradable. Y refuerzo este ítem: ambiente agradable. Muchas veces, los padres quieren que sus hijos estudien en la mesa de la sala, local que a cada momento debe ser desocupado para uso de la familia. Al contrario, providencie una pequeña mesa para el cuarto del niño, o en algún lugar que debe ser dedicado a quien tiene una tarea principal, estudiar. Cuidado para el hábito de colocar en el cuarto del niño una televisión y la computadora, olvidándose de colocar una mesa y un estante para sus libros, cuadernos y materiales diversos.
   Y para completar, los padres deben cuidar no de la cantidad, sino de la calidad de la atención que les dan a sus hijos.

¡Crecer es doloroso, pero vale la pena!




   Su hijo tiene que crecer. No importa que sea su “baby”, porque es el más joven o el único. No hay otra solución: o crece o crece. El crecimiento no está solamente relacionado con la estatura, sino principalmente con el aspecto psicológico. En cada etapa del desarrollo, debemos ir exigiendo progresivamente comportamientos diferenciados y, dependiendo de las dificultades que tengan para realizar la tarea solicitada, ir dosificándola cuidadosamente, pero sin pena.
   A los 3-4 años sus hijos ya comprenden una serie de reglas y no precisan que hagamos todo por ellos. La alimentación debe estar en el dominio de ellos. Deben vestir las ropas, algunas con alguna dificultad, pero deben siempre intentarlo. Acostarse, levantarse ya está a cargo del proprio niño. No mantenga a su hijo dependiente de usted. Aunque sea bueno hacer todo para ellos, es importante que caminen siempre en dirección a la independencia. Ya que no somos eternos y aunque lo fuésemos, la regla de la vida es prepararlos para volar y no tener que cargarlos eternamente.
   A los 7 años, cuando inician las operaciones concretas, el mundo ya está en sus manos. Recuerde que la mayoría de los adultos con quien convivimos, tienen este tipo de pensamiento y por ser grandes (adultos físicamente) les damos muchas misiones que no les damos a nuestros hijos por pensar que son incompetentes para hacerlo. Ya pueden hacer todo lo que se refiere al mundo concreto. Arreglar, lavar, utilizar muchas cosas en la cocina, atender el teléfono, hacer anotaciones y otras tareas posibles.
   ¿Por qué, entonces los papás van atrás de sus hijos para que estudien, para que no se queden o en la computadora todo el día o hablando por teléfono? Los niños, no teniendo tareas y obligaciones, son dependientes de las órdenes de sus padres y acompañen su desempeño. Las tareas de casa (deber de casa) son un martirio para los padres que piensan que es obligación suya y que, si no se dedican, los niños y adolescentes no van a conseguir realizarlas. Estas tareas son de los niños y adolescentes y sólo a ellos les incumbe la responsabilidad. ¿Por qué los niños y adolescentes no tienen en casa un cronograma con las tareas que deben realizar? Parece que son mascotas. Son seres inteligentes y deben participar activamente de sus casas. Sentirán que forman parte de la comunidad familiar sólo si tienen obligaciones.
   Los papás consiguen aguantar que sus niños no hagan nada en casa, pensando que es normal e interesante que la madre o la auxiliar de la familia realicen todas las tareas vinculadas con los niños, pero cuando se transforman en adolescentes comienzan las discusiones para que hagan las tareas que nunca aprendieron. No se aprende sin hacer. Para Piaget “en el principio está la acción.” El adolescente se enoja por no entender el motivo de que ahora quieran que tengan obligaciones y realicen tareas.
   Todo que vemos en nuestros hijos adultos es resultado de lo que realizamos desde la primera infancia. Todo lo social deberá ser aprendido, entonces vamos a enseñárselo. Organice una tabla con las tareas de rutina. Los adultos organizados tienen esta lista interiorizada. Los niños no consiguen hacerlas sin visualizarlas y todo el tiempo precisan un feedback de cómo las realizó.
   Permita que sus niños aprendan a despertarse solos, a desayunar solos y a hacer solos los preparativos para la escuela. Si no hacen las tareas solos dejan de tener una enorme experiencia de vida. Es muy bueno tener un bebé en casa, pero ellos tienen que llegar a la edad adulta cueste lo que cueste. Vamos a dejarlos crecer.