terça-feira, 11 de outubro de 2011

¿Nosocomio o manicomio?



      La palabra hospital viene del latín "hospes", que significa huésped, dando origen a "hospitalis" y a "hospitium" que designaban el lugar donde se hospedaban en la Antigüedad, además de enfermos, viajantes y peregrinos. Cuando el estabelecimiento se ocupaba de los pobres, incurables e insanos, la designación era de "hospitium", o sea, hospicio, que durante mucho tiempo fue usado para designar hospital de psiquiatría.
Estar en un hospital, actualmente, no tienen prácticamente nada del glamour de sentirse un huésped – y en algunos casos, son más “hospitium”  que para local de cura. Estoy acompañando a mi padre, Lauro de Oliveira Lima, en una internación y veo que actualmente, cuando un anciano es internado, el cuerpo de atendimiento piensa que, además de debilitado por la enfermedad, el paciente está demente y no va a entender nada de lo que está sucediendo. ¡El abandono es impresionante! Por definición, para médicos y enfermeros, anciano tiene Alzheimer, y entonces es fácil tratar de quien no está, en principio, entendiendo nada.
Estando en una clínica particular, me impresionó con la similitud entre el sistema de salud y el sistema educacional, en la medida que tanto el público como el privado padecen de una falta enorme de estructura, entrenamiento, vínculos y compromiso. Se creó un modelo en el cual los funcionarios cumplen guardias en establecimientos diversos y así llegan, muchas veces, cansados para comenzar una jornada de seis o veinticuatro horas. Mal humor, expresiones como “estoy haciendo lo mejor que puedo”, falta de entrenamiento, negligencia, fallas básicas, todo eso es común en el cotidiano de un paciente internado. Para no decir lo peor, que siempre puede suceder y el acompañante precisa estar atento. Eso sucede con profesores que dan clases de la mañana a la noche, diariamente, para componer su salario y con profesionales de salud, en la misma medida.  El modelo está errado, ciertamente, en ambos ambientes.
Algo fácil de observar es que falta calidad en la preparación de esos profesionales y eso llama la atención para las fallas en la formación de los mismos. Además de las clases del curso de medicina, por ejemplo, médicos debían conocer más sobre psicología, porque fue probado que una relación positiva entre cuidador y cuidado aumenta y  mucho las posibilidades de cura. Dentistas deberían estar atentos a eso, para disminuir los casos de odontofobia tan comunes actualmente, debido a la falta de sensibilidad de esos profesionales al tratar de los niños, generando traumas irreversibles y consecuencias previsibles en el ámbito de la salud bucal.
La impresión que da es que el médico precisa ser apenas un burócrata con una especialidad. Tuve la experiencia negativa de ver un médico preguntándole a una acompañante de paciente del CTI si ya estaba mejor, para poder darle alta. ¿Ésta no es la función del médico?
Algunas personas intentan explicar lo que sucede de forma simplista, diciendo que el médico, de tanto trabajar con la enfermedad, banaliza las ocurrencias que asiste diariamente, pero esto no justifica el comportamiento. En una escuela, por ejemplo, cuando recibimos un niño, actuamos como si fuese la primera y única porque sabemos que es única, que es un ser humano bajo nuestra responsabilidad. Lo mismo debería suceder en la medicina: respetar al enfermo como único... pero no es lo que sucede.
Y estoy hablando de un hospital en la Barra da Tijuca, Río de Janeiro, del cual se espera excelencia de atendimiento. ¿¡Qué imaginar de un atendimiento en la Amazonia o en el agreste nordestino!?  ¡Hospitales sin un gerente de proyecto, con una administración fría, personal sin empatía, todos tratados como números de un registro sin vida! ¿Será que no perciben la necesidad de entrenamiento, de desarrollo de la inteligencia emocional?
Es desesperador necesitar de este servicio, que más se parece una parodia tragicómica. Nada funciona. La alimentación no es controlada y la limpieza tampoco. Falta todo porque no hay control de calidad. Vean que no estoy hablando del SUS (Sistema Único de Salud). Esta es la red privada. No entiendo la falta de control de los planes de salud.
Curioso es que los médicos estén sabiendo sobre los pacientes a través de una tabla anotada por los auxiliares de enfermería (técnicos). Será que los médicos no deberían observar, ellos mismos, estos pacientes.
Del problema de la educación vamos al de la salud. ¿Será que nuestro país tiene solución? El ministro de salud pide más 40 y tantos millones, pero no dice cuál son las providencias para interrumpir la sangría del robo en su área. ¿Será que piensa que somos bobos y no vemos todo lo que es robado en su ministerio? Si interrumpe la sangría del robo tendremos mucho dinero para trabajar. El gran problema es la corrupción. Si la red privada está así...
El pueblo tiene derecho a la salud. No es gratuito porque son nuestros impuestos que pagan el sistema. Estos señores son todos nuestros funcionarios, aunque piensen que son “funcionarios públicos”. ¿Públicos de quién?

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