segunda-feira, 17 de outubro de 2011

El modelo de los padres y sus implicaciones para los hijos


Durante mucho tiempo los padres fueron el modelo para sus hijos. Esto continúa sucediendo hasta que llegan al período de las operaciones concretas 6/7/8 años.  Después de este período surge, en la pre-adolescencia y en la adolescencia la desconfianza  de que los padres no sean, realmente, un modelo. No sabemos cuál es el porcentaje de los padres que están preocupados en ser modelos para sus hijos o si están simplemente viviendo y dejando el tiempo pasar.

Leyendo recientemente material sobre hijos de personas famosas y billonarias, vemos modelos bien diferenciados entre nuestros billonarios  e los billonarios de América del Norte. Los nuestros cuidan de sus hijos mostrando que ellos tienen dinero y no les enseñan a tener el suyo. Permiten que gasten sin la noción de que un día ese dinero puede y va a acabar. Casi siempre están preocupados en estar en la media, causando sensación con sus gastos. ¿Cuál será el problema? Tenemos varios factores. En primer lugar, nuestra legislación de herencia. Después, nuestra legislación sobre la filantropía. No tenemos esta cultura y los hijos piensan que es obligación de sus padres dejarles lo que acumularon. El capitalismo llevado al extremo. En otros países, en los que las personas pueden disponer libremente de su dinero acumulado, los hijos no esperan por sus herencias porque estas pueden no llegar y, caso existan,  pueden ser mucho menores que lo esperado.
Vemos que muchos billonarios, en el mundo, crean fundaciones e instituciones de filantropía para desarrollar proyectos. En Brasil aún no tenemos esta cultura. No vemos en nuestro pueblo la idea de que sus hijos deben estudiar y construir su carrera independientemente de la fortuna de sus padres.
Los padres no transmiten a sus hijos la idea de trabajo y cultura. Vemos a los niños recibiendo mesadas sin el menor esfuerzo y sin desempeñar ninguna función. ¿Será que la familia piensa que un día van a aprender a ganar dinero con esfuerzo? Sólo se aprende haciendo. No tenemos que remunerar el ocio de los niños. Ellos deben “recibir” por las tareas que les sean designadas. Podremos remunerar un juego, una lectura, una tarea (colocar la mesa, arreglar la cama, guardar los juguetes, etc...), pero esa remuneración deberá siempre estar vinculada a “hacer algo”.
No le dé a sus hijos muchos objetos  (juguetes, juegos electrónicos) aleatoriamente: todo debe ser una conquista. En la vida es así, y sólo cuando el niño tiene esta vivencia aprende. Siempre que le dé un juguete, done uno de los que estaban en uso. El niño debe aprender a donar a otros niños que no tienen las mismas oportunidades. Es importante, para el desarrollo de la moral, aprender a donar. Cuando no tiene que hacer esfuerzo para conseguir algo, no aprende a dar valor a lo que consiguió. Cuando reclama que el niño rompe todos sus juguetes, siempre  se olvida de observar que él tiene muchos y no les da valor  ni espera por algo que le gustaría tener. No transforme los objetos (juguetes) en su afecto. Los regalos deben tener un motivo fuerte, siendo dados en fechas determinadas. Son los rituales que los niños esperan y van a sentirse felices con la espera. Si les da regalos por todo, el regalo pierde el valor. De la misma forma, no castigue sacándoles los regalos, computadora o televisión. Son elementos o recursos finales para quien no consiguió que sus órdenes fuesen obedecidas. Los niños deben obedecer porque la orden vino de los padres. O de  autoridades (profesores, tíos, padrinos, abuelos). El desarrollo de la moral se caracteriza por la obediencia de las reglas a lo largo del período de la heteronomía (reglas externas),  siendo que sólo a los 10/11/12 años, los niños van a comenzar a discutirlas y a intentar modificarlas, pero nunca vivir sin reglas.
Si desea ser un modelo para sus hijos, examine rigurosamente sus comportamientos para que después no tenga que preguntarse: “¿¿¿dónde erré???”.

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