domingo, 18 de outubro de 2015

2021

Hasta el año 2021 40 % de los profesores de la red pública se jubilarán. De acuerdo con estudios realizados, las personas que entrarán no serán suficientes porque la búsqueda por lugares en esa carrera es cada vez menor. ¿Será que nadie más quiere ser profesor? ¿Será que el desinterés político llegó a los jóvenes que buscan carreras más glamurosas que traen mejores resultados financieros? Puede ser, pero Brasil ya pasó por situaciones mucho más críticas y vive una realidad donde muchos profesores no tienen la formación necesaria para las disciplinas que enseñan.
Aquí tenemos que usar la opinión del Prof. Lauro de Oliveira Lima y utilizar un método a prueba de profesor. El profesor será apenas un animador y los jóvenes van a aprender a través de investigaciones e intercambios (dinámica de grupo) entre ellos. No podemos esperar que la formación de los profesores mejore porque no es un proceso rápido y podemos perder generaciones esperando. En los años 50 / 60 mi padre recorría todo el Brasil dando cursos de CADES para formar profesores en poco tiempo y poder mantener vivo el sistema. ¿No sería este el momento de retomarlos para encender la llama de nuestra educación?
Los profesores que se van a jubilar tienen coraje de decir que «están dejando el sistema peor que cuando entraron». ¿Será que no entienden que ellos fueron la causa? ¿Qué dejaron de hacer? Si cada uno hiciera su parte el cambio sería estructural. Nada disculpa que un profesional diga que no hizo nada porque no pudo. ¿Quién lo vigiló tan bien? No es verdad. No hizo nada porque no sabía, no quería y pensó que nadie iba a culparlo. Yo los culpo, sí. Cada profesor tiene su culpa dentro de un sistema fallido en el cual podríamos estar formando grandes hombres y estamos dejando salir una masa de analfabetos funcionales y mediocres que no le agregan nada al país.

¿El único culpado es el gobierno? No. Todos tenemos una participación efectiva. Fui al CIEP (Centro Integrado de Educación Pública) que hoy lleva el nombre de mi padre Lauro de Oliveira Lima aquí, en Rio de Janeiro (Río das Pedras) e invité a los profesores de cerca de 2600 alumnos a participar de un curso de formación de profesores que nuestra escuela realiza. ¿Cuántas personas aparecieron? Dos profesores y una auxiliar. El caso es grave. El profesor pasa en un concurso público y piensa que no debe estudiar más y después es solamente esperar la jubilación. ¿Ya vieron la corrida para ser profesor de las redes públicas? Será que quieren, realmente, ser profesores o no quieren tener un jefe y ni responsabilidades. ¿Cuántas faltas? ¿Cuántas personas que no hacen nada? El sistema está arruinado.

terça-feira, 21 de julho de 2015

«Escuela en exceso les hace mal a los niños»



«Escuela en exceso les hace mal a los niños». Afirmación de Eduardo Sá, psicólogo. El primer impacto al oír esa aseveración es muy fuerte. ¿Cuál será el mensaje del psicólogo para los padres y profesores? A lo largo de su artículo vamos entendiendo a lo que se refiere. La escuela de la cual él trata, realmente, les hace mal a los niños aunque permanezcan en ella durante poco tiempo. Es una escuela aburrida y sin creatividad en la cual el niño no es el agente de su aprendizaje. Ese tipo de escuela es contraproducente, y los niños deberían ser protegidos de ese tipo de institución. Dice él: «jugar es tan esencial como aprender», pero ¿quién ha dicho que la escuela no debe ser un juego permanente? El juego debe ser el centro de la pedagogía moderna. Podemos aprender jugando. El trabajo de los niños es jugar. Todas las tareas que no sean lúdicas no atienden las características infantiles. Las escuelas, en general, no permiten que los niños tengan contacto con sus pares. Los colocan en bancos, formando filas delante de un maestro/profesor que les da la clase. Ellos necesitan estar en dinámica de grupo conversando con los otros niños. El maestro/profesor debe apenas orientar la actividad.
La familia a la cual se refiere el autor del artículo, anteriormente citado, no existe más en nuestra sociedad. Los padres están trabajando y no tienen tiempo para cuidar de su prole. Los padres son ejecutivos y no están en casa cuidado de los niños. El gran movimiento es transformar a la escuela tradicional en una escuela piagetiana en la cual el papel fundamental es de los niños y jóvenes. El maestro/profesor es el técnico del equipo. No juega, deja que los niños jueguen. Jugar deberá ser parte integrante de todas las actividades y la vida debe ser trabajada a todo momento. La vida de los niños debe estar vinculada a la escuela. Esa debe ser su actividad fundamental. No debería existir la llamada escuela propiamente dicha. ¿Cuál es esa escuela? Es la escuela tradicional que solo se preocupa con la transmisión de conocimientos (contenidos). Es una institución impenetrable con maestros/profesores que se consideran dueños del conocimiento, que aplican muchas pruebas colocando a los niños en un estado permanente de estrés. La escuela debe estar vinculada al mundo. Los niños deberían salir por lo menos de 15 en 15 días hacia afuera de los muros de la escuela. Comparar lo que hacen en la escuela con la vida.
Los deberes escolares son un gran problema. Y, realmente lo son. Se manda para casa todo lo que la escuela no consiguió enseñarles. Pasan, entonces para los padres o acompañantes, el papel de entrenar a los niños. ¿Cómo deberían ser los deberes escolares? Investigaciones para conocer el mundo.  Actividades que los niños puedan realizar sin la ayuda de los padres. Deben llevar a la escuela sus experiencias familiares.  El niño debe ir a la Escuela como si fuera a una fiesta, porque es donde se juega y se descubren cosas nuevas y donde se encuentra con los amigos. Repetir no es el papel de la escuela. Allí debería ser siempre el centro de la creatividad. Todo aquello que es repetitivo ya puede estar en la computadora, no es necesario que el niño lo grabe en su cerebro. Tenemos que optar entre la reproducción o la transformación. Título de un libro del Prof. Lauro de Oliveira Lima en el cual debate modelos de escuelas.
La valoración de la participación de cada alumno está vinculada a su trabajo en dinámica de grupo. Todos deben hablar y oír. Cada niño tiene una experiencia que debe ser transmitida a sus pares. Discutir, conversar, evaluarse mutuamente, ese es el papel fundamental de la Escuela.
Las reglas y las responsabilidades individuales hacen que los niños sean más autónomos y libres. Esa es la escuela que no les hace mal. La participación de los padres debe ser intensa para que los maestros/profesores se sientan apoyados en sus acciones.
En una escuela organizada así, los niños nunca fracasan. Ellos apenas demuestran el nivel en el que se encuentran. Las notas nada dicen sobre el desarrollo, señalan apenas una etapa. El desarrollo debe ser medido a través de las soluciones que el niño produce al resolver los problemas presentados. Cada solución tiene un grado de desarrollo incluido en ella. Lo que se debe evaluar constantemente (observaciones diarias de los niños) es su nivel de desarrollo cognitivo.
Una gran interacción de los padres con la escuela contribuirá al desarrollo de la moral y de esa forma desarrollaremos personas honestas, humildes que no tengan miedo de errar y entiendan que pueden vencer con la ayuda de los demás.
Concluimos, entonces que el modelo actual de Escuela es un modelo muy atrasado y no justifica que los niños permanezcan largos períodos presos en una estructura que no les ofrecerá ninguna de las novedades del siglo XXI. Esa escuela, sí que les hace mal.
Pensamos que el niño debe estar en un ambiente rico en experiencias y que sea siempre lúdico.
Esa escuela autoritaria y que solo se preocupa con contenidos ya está realmente superada, pero está presente en casi todos los rincones del planeta.

domingo, 28 de junho de 2015

¡"La ausencia de enfermedad" y su cura!

Claro está que con plena consciencia, ningún padre quiere que su hijo se enferme. Pero, he identificado una situación que es, por lo menos, extraña. Algunos padres intentan encontrar, a todo costo, una enfermedad moderna que pueda estar acometiendo a sus hijos. Puede ser THDA, TDA o cualquier otra de esas siglas, que tanto aprecian los especialistas.
Me gustaría decir algo sobre ese asunto, intentando evitar esa SDBDNC (Síndrome de Búsqueda de Enfermedades en los Niños, en español). La primera señal que identificamos en los padres que están realizando esa búsqueda, es que establecieron que el rendimiento de los niños debe estar dentro de un estándar establecido por ellos, y para eso comparan el rendimiento de sus hijos con el de otros niños que identificaron como siendo «modelos»... ¿Y quién dijo que eso es una forma técnicamente correcta de establecer una evaluación? ¿Dónde está escrito que una persona puede «determinar el modelo», sin conocimiento técnico o científico sobre el asunto? Es una intuición... o cualquier otra cosa. El resultado es pésimo, porque las causas de un determinado comportamiento indeseable pueden estar, principalmente en la mala educación dada por la familia - y así el culpable viste la toga de juez o el guardapolvo de profesional de la salud para realizar el diagnóstico, obteniendo los resultados previsibles.
La situación se agrava cuando el niño está bien en la escuela, comportándose normalmente, dentro de lo esperado para su nivel mental, pero la familia se exige realizar el papel de preocupada, queriendo identificar alguna anomalía para poder someter al niño a tratamientos y a otras cosas. Eso no es bueno para ninguna de las partes y es necesario recordar que el análisis errado de la situación es tan malo como el hecho de no analizarla. O sea, debemos estar atentos, pero debemos, también, tener competencia para evaluar las situaciones de forma correcta.
Las distorsiones del comportamiento narradas por los padres, ocurren en el ambiente doméstico, pero ellos quieren que la escuela «vea» esos «problemas», como si los mismos sucediesen durante el día lectivo - ¡lo que, verdaderamente, no sucede! El ambiente es otro, las interacciones son diferentes, la estimulación y la motivación son completamente diferentes, o sea, es otro mundo. Y en dos mundos diferentes, lo que sucede en uno no necesariamente sucede en el otro.
Entiendo que el problema, en general, es de la familia, pudiendo, en muchos casos, tratarse de una enfermedad en estado crónico que nadie haya conseguido detectar. Llevan a los niños a los terapeutas que, no se comunican con la escuela y se apropian de las informaciones dadas por la familia. Lo que era un problema, se transforma en una confusión, con un mayor perjuicio siempre para los niños.
Todo eso parece ser falta de responsabilidad, porque si un niño está, realmente, enfermo precisa de un diagnóstico y de terapias, con seguridad, pero es necesario que eso sea compartido con la escuela, ya que es allí donde él tiene la mayor vivencia. Pero, como la Escuela, en nuestra sociedad, es altamente desmoralizada, no se la considera capacitada para para realizar los análisis y evaluaciones del comportamiento infantil. ¡No se reconoce la seriedad de todo el trabajo realizado durante años si la escuela no «acepta la enfermedad» que los terapeutas y padres determinaron que existe!
Reflexionando sobre todo eso, con la experiencia de más de 40 años y con toda la vivencia que pesa sobre mis hombros, solo consigo imaginar, que de una forma transversal, las personas piensen que es mejor identificar las «enfermedades» en los niños, para que el  fracaso solo pueda ser atribuido a ellos y no a sus padres. De esa forma, la culpa está en el «defecto de fabricación» con que el niño llegó al mundo... lo que hace que todo sea más fácil para los que tienen el poder de diseminar la idea.
Se mantiene así, aquel discurso de que «somos óptimos, vencedores, campeones, pero infelizmente nuestro hijo tienen eso, aquello y otro problema, y no rinde en la escuela... ¡Los padres van enfermando a muchos niños que aunque no precisen de tratamiento, los llevan a los terapeutas que durante largos años buscan la cura para la usencia de enfermedad!
Mi pregunta es ¿¡todos van a permanecer callados, sin defender a los niños!? El porcentaje de niños enfermos es mínimo si comparado con el número de adultos enfermos, y con esas enfermedades los adultos van creando una generación de niños «enfermos» de falta de atención. Sí, porque un niño sin atención se enferma, un niño perseguido se enferma, un niño sin cariño se enferma, Un niño sin límites se enferma... La gran mayoría de las «enfermedades infantiles» son creadas por los adultos que decidieron no educar a los niños. Tener un hijo es una construcción diaria que genera un ser integral. No existe una fórmula pronta, pero lo que se sabe es que ellos son el resultado final de la combinatoria de la familia de la cual forman parte.
¿¿¿Es difícil educar ??? ¡Sí! Pero es posible. Todo los días, su hijo es otro hijo, porque los desarrollos cognitivo y emocional son construidos diariamente. La afectividad también obedece al mismo ritmo. ¿Usted quiere ser un «buen padre»? No se ilusione... da mucho trabajo. Aprenda a conversar con su hijo, busque lecturas sobre el asunto, reuniones y cursos actualmente disponibles. Nunca piensen que son «experts» en el asunto, porque eso no existe. Los comportamientos de los padres son muy diversificados y los ajustes tendrán que ser también amplios y atender una gama enorme de maneras de actuar.
Pero, principalmente, identifiquen lo que quieren para sus hijos, porque si solo desean buenas notas en el boletín escolar, eso no resolverá los problemas del futuro. Aprender a ser padre es una tarea difícil, pero vale la pena. Voy a continuar hablando sobre este asunto en un próximo artículo.

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sábado, 6 de junho de 2015

¿Evolución o Revolución?


Estamos pensando siempre en la evolución de la educación, pero no en este caso. No tenemos más tiempo para alcanzar los resultados mundiales. Estamos muy por debajo de lo que deberíamos si comparamos el nivel de la educación con nuestro nivel económico en el mundo. Ahora debemos tener coraje e proponer una revolución del sistema educacional. Tenemos que decir NO a todo lo que está establecido. Todo lo que se hace dentro de la clase paró en el tiempo y en el espacio. De nada sirve esa escuela, no es posible salvarla. Vamos a ponerla de cabeza para abajo para encontrar nuevas soluciones. Está todo atrasado. Contenidos del siglo pasado, métodos de siglos atrás, edificios inadecuados, currículos fuera de la era digital, muebles individuales, libros que se refieren a los contenidos sin aplicarlos en el mundo real, etc., etc.... Enumeraría todo lo que hay dentro de una escuela y que no precisamos más. ¡¡¡La pizarra aún está presente!!!! Y los profesores se gradúan en institutos que no reflejan los tiempos futuros. ¿Qué precisan los niños y adolescentes para aprender? Y ¿en cuánto tiempo? Los profesores no saben. Los gestores deben realizar cambios urgentes que ni siquiera piensan que sean importantes para el desarrollo de la nación, para el desarrollo sostenible.
Todo lo que se enseña a los niños ellos no lo aprenden o lo olvidan después del refuerzo recibido en la escuela. Ponga a los niños de vacaciones, realice las tareas que ellos hicieron y vea los resultados. Os asustarán.
A los niños y principalmente y a los adolescentes no les gustan las escuelas. Nadie se preocupa con ese hecho y piensan que es un problema de cada uno y no de la institución Escuela. El tiempo que dedican a la escuela y a los deberes escolares es mínimo y obligatorio. Quieren librarse de ese peso, rápidamente. La Escuela es un peso para los jóvenes.
La formación deficiente de los profesores no permite que ellos comprendan el desarrollo de sus educandos e intentan enseñar, inútilmente, todo lo que recibieron como currículo. La psicología genética nos enseña qué y cuándo los niños pueden aprender, pero eso no se les enseña a nuestros profesores que continúan repitiendo palabras sin sentido para sus alumnos. Al finalizar cada período, estipulado por los profesores (bimestres, semestres o año), aplican las «pruebas» como verificación de lo que no consiguieron enseñar.
En nuestro país, los exámenes son más importantes que el aprendizaje. Si los alumnos consiguen buenos resultados en las pruebas parece que aprendieron, pero si son confrontados con la misma evaluación, al año siguiente, se verifica el desastre. No aprendieron nada.
Los jóvenes terminan la escuela sin los conocimientos mínimos necesarios para la vida práctica. Muchos no saben leer. Leer es realmente interpretar algo escrito, no apenas juntar letras, fonemas y deletrear palabras. Eligen sus carreras basados en la ausencia de algunas disciplinas como, por ejemplo: matemática, física o química. Casi no leen y no saben escribir en su lengua materna. ¡Y pensar que pasaron más de 9 (nueve) años en la Escuela!
¿Será que los profesores y los gestores de educación no notan que los enormes currículos que presentan a los alumnos no son asimilados como conocimiento? Son desechables porque no se aplican a la vida real. Cuando salen de la escuela se libran de los exámenes y nunca más van a necesitar de muchas cosas los hicieron sufrir al «aprenderlas».
Todas las escuelas siguen el modelo fast food – Totalmente estandarizadas. Cuando huyen del modelo patrón, las escuelas corren el riesgo de que los padres no las acepten porque no saben cómo será el futuro y muchas veces piensan que el tipo de escuela que cursaron fue un buen modelo para ellos. Los padres no les dan mucha atención a sus hijos, solo saben los resultados parciales. No analizan los sufrimientos que esas escuelas les causan debido a las angustias y a la depresión. Cuántos niños enfermos, tomando remedios y con diagnósticos dudosos que deberían ser dados a sus escuelas. Los padres en el siglo XXI, aún buscan escuelas basados en el contenido que ofrecen, aunque sepan que los niños y adolescentes no van a usar esos «conocimientos». No están aún atentos al desarrollo de la inteligencia porque piensan que ella es innata. ¡¡¡Gran ilusión!!!! Es interesante que muchos padres no saben nada sobre lo que estudiaron en la enseñanza fundamental o en los preparatorios y aun así exigen que sus hijos sean sometidos a esa tortura.
El Proyecto Escolar para una escuela que sea realmente del futuro debe basarse en el desarrollo de la Inteligencia. Los conocimientos están ahí, disponibles en todos los medios de comunicación digitales. Lo que debemos hacer, realmente, es enseñarles a leer a los niños. Crear el hábito de lectura será la gran formación.
¿No sabe qué enseñar? Provoque a los niños con preguntas y enigmas. Ellos, seguramente, saben qué es aprender. Vamos hacia el Futuro.


sábado, 16 de maio de 2015

Movimientos Sociales

Estamos en un período crítico de movilización en nuestro país. Casi nadie sabe para cuál lado va. Y nosotros, educadores, ¿cómo vamos a orientar y cómo vamos a conversar con los niños y adolescentes? Los niños perciben poco la sociedad. Viven en sus sociedades infantiles, pero los adolescentes ya deberían tener esa preocupación social. Los ánimos están muy exaltados y es difícil decidirse por la derecha o por la izquierda, si es que aún existen. Lo importante es analizar todo lo que está sucediendo y recordar que cada caso es un caso. Lo que queremos para nuestro país es de una importancia vital. Nunca confunda eso con nuestros deseos individuales. Tenemos que saber perder en lo individual para ganar en lo colectivo. Esa es la regla para vivir en sociedad. Aún no tenemos esa cultura, pero llegaremos a ese momento educando a los niños para la cooperación.
En las calles tenemos que decir lo que estamos sintiendo y mostrar soluciones generales. Siempre que radicalizamos corremos el riesgo de proponer soluciones insatisfactorias para la gran masa. Cada uno sabe un poco y tenemos que aprender a convivir con los contrarios. Los efectos de las soluciones encontradas van a demorar a aparecer. Los cambios deben ser estructurales y cada uno de nosotros es responsable de una parte de esos cambios. Si cada uno de nosotros no cambia nada va a suceder. ¿Usted quiere cambiar? ¿Tiene noción de los cambios que sucederán en su vida? Pequeños cambios van a generar un gran movimiento social, pero todos debemos empezar. ¿Usted puede no usar su coche durante un día por semana? ¿Puede economizar el agua que gasta en casa? Y ¿la energía eléctrica? Intente hacer una lista con más o menos 20 cosas que serán su responsabilidad. Ese movimiento puede parecer pequeño, pero hará que cada uno de nosotros sea más responsable de cambiar la estructura de la sociedad. No son solamente las grandes causas que transforman. ¿Qué hace con su basura? ¿Sabe cuánta basura produce? Son tantas las preguntas que pasaríamos días relacionándolas.

Vamos a las calles, pero con la conciencia de que no son los otros que deben hacer los cambios o modificarse, somos nosotros. Incluso en nuestros pensamientos. ¡Cuántas veces, con muchos prejuicios, criticamos los prejuicios de los otros!

segunda-feira, 4 de maio de 2015

Leer Cuentos e Historias para los Niños

¿Hasta cuándo? ¡Siempre! No termina nunca. Debemos leer historias siempre para los niños y adolescentes. Lo que variará son los temas y la complejidad de los cuentos e historias.
Este tiempo es un momento de afecto porque los padres están próximos de sus niños. ¿Será que conseguiremos tiempo para contarles el todo el mundo a los niños? Elija los libros y vaya contándolos gradualmente. Organice un programa de lectura y sus niños le agradecerán. Escoja libros de acuerdo con la edad de los niños y vea la posibilidad de abordar el desarrollo moral a través de los mismos.
Después de la lectura, haga comentarios, pregúntele a los niños, pero ¡cuidado para que las preguntas no parezcan un interrogatorio! No espere que el niño comprenda totalmente lo que fue leído. El mensaje será comprendido poco a poco. Establezca un horario permanente para la lectura. Los niños deben sentir que pueden preguntar a cualquier momento y no les canse. El tiempo de los niños no es el mismo que el de los adultos. Los niños tienen un tiempo de concentración de más o menos 10/15 minutos hasta los 7/8 años. Después puede leer durante un tempo mayor. Termine la lectura cuando el niño todavía está interesado. Hasta esa edad fantasee bastante lo que está leyendo. Después de los 7/8 años los cuentos e historias deben tratar sobre el miedo, el misterio y en la adolescencia sobre romances. No se olvide que siempre es bueno escoger los clásicos. Organice una relación con lo que le gustaría que su hijo conociera y así obtendrá su guía.
Recuerde que todo depende de los hábitos y si creó ese hábito en la infancia obtendrá los frutos en la adolescencia.
Sean padres contadores de cuentos e historia. Vean si las escuelas tienen esa preocupación. El pensamiento simbólico va a depender de esas historias. Amplíen el mundo de sus niños. No dejen pasar ningún día sin contar un cuento. El desarrollo de la inteligencia de su niño le agradecerá.

La pregunta frecuente es: ¿Qué libros elegimos? La literatura universal está a su disposición. La literatura brasileña ofrece muchas cosas maravillosas. Para empezar todo lo que tenga acción, después de los dos años, para los simbólicos, la magia, después los misterios, el terror también es bienvenido. Sienta cuál es el interés de sus niños. No demore mucho. ¡No se olvide de Monteiro Lobato!

domingo, 26 de abril de 2015

Finanzas

Trabajar las nociones de valores financieros con los niños tiene una importancia fundamental. Cuando el niño a los 6/7/8 años conserva el número empieza o debería empezar su vida financiera. Es lógico que no es lo que sucede normalmente. Los padres u otros adultos continúan dándoles de todo a los niños y evitando que ellos compartan la vida financiera con la familia. Los niños generalmente no administran ningún valor monetario y por ese motivo les piden siempre todo a sus padres o a otros adultos. ¿Qué está faltando para que las familias entiendan que el niño aprende a través de la acción? No hay un día determinado en el cual él sabrá administrar los valores. Debe, desde pequeño, ir manipulando pequeñas cantidades para su día a día hasta el día en que, realmente, entre en la sociedad.
¿Qué pueden aprender a administrar los niños desde pequeñitos?  Su merienda, revistas de historietas, caramelos y pequeños deseos. El dinero deberá ser dado siempre como fruto de un esfuerzo especial realizado por el niño. En mi casa mi Papá estipuló que ganábamos dinero cuando leíamos y resumíamos libros. Él nos pagaba de acuerdo con nuestra producción intelectual. Quien leía más, tenía más dinero y podía utilizarlo de la forma que le pareciera mejor. Cada familia puede organizar la forma de entregar el dinero a los niños. Dejen que los niños sientan que cada objeto tiene un valor estipulado por la sociedad. Y él aprenderá a hacer trueques.
Vamos a entender que los niños no son objetos y forman parte de la familia como un miembro que debería ser participante. Todo lo que los niños tienen les es dado y escogido por los adultos sin que él participe efectivamente. El mundo infantil tiene, también, su lado real. Que el niño permanezca fuera del sistema se justifica hasta el pensamiento simbólico 4/5 años, pero después de esta etapa se inicia, lentamente, la inserción social. Ahora su hijo no puede más hacer todo lo que quiera, pegarle a las personas, decir cosas desagradables a los otros… Los padres que aceptaban que sus hijos reaccionasen pegándoles (a los propios padres) ya comienzan a sentir que no es posible que eso continúe sucediendo.
Educar a un niño tiene varias vertientes y veo que la parte financiera es la última cosa que los padres piensan que deben trabajar. Los niños no saben nada sobre los valores. Ellos no entienden de dónde proviene el dinero y no saben qué hacer con él. Lo usan apenas para resolver el problema inmediato.  Tenemos que trabajar la alcancía, los trueques, las donaciones y todo lo que se refiere al sistema financiero.

Denles el dinero y hagan cuentas con ellos diariamente. El pensamiento matemático está en funcionamiento. Recuerde que su hijo no sabe quién paga el agua que se consume en su casa. Por ese motivo gasta sin la menor organización, no sabe que la energía eléctrica que entra en su casa también deberá ser paga. ¿Y el teléfono? Ese, él piensa que es mágico y que está siempre a su disposición. Iniciar ese trabajo desde la más temprana edad es muy importante para la formación del pensamiento.

quarta-feira, 25 de fevereiro de 2015

JUGAR


«El mejor juguete para un niño es otro niño» J. Piaget

¿Cuántos son los padres y profesores que realmente creen en lo que Piaget dice en esta frase?  Basta observar a los niños en su día a día para llegar a esta conclusión. Promover el encuentro de los niños es fundamental. Los niños prefieren sentirse muy cansados y continuar jugando. «El hombre solo es hombre de hecho cuando juega.» Friedrich Schiller
«Los juegos de los niños deberían ser considerados como sus actividades más serias.» Montaigne
«Si queremos entender a nuestros hijos, debemos entender sus juegos.» Bettelheim
Teniendo en cuenta estos autores debemos darles a los niños juguetes y juegos que promuevan la cooperación y las actividades lúdicas entre ellos. Los niños deberían estar permanentemente jugando. Es a través de los juegos que los niños comprenden los diversos problemas de la vida. El período simbólico inicia la fase de los juegos en los que el niño juega con la realidad y con los símbolos. Ya consigue jugar con la fantasía y no necesita objetos reales para que estas se concreten. Los héroes, las hadas, las princesas están presentes en su imaginación.
Jugando, los niños aprenden que existen algunas reglas que dependen de la suerte y otras de las probabilidades y también reglas de conducta que deben ser seguidas. Los juegos son fundamentales para que los niños entiendan cómo las reglas funcionan. Solamente con los juegos aprenden a ganar y a perder. Solamente los juegos van a enseñarles eso y debemos tener mucho cuidado para enfatizar el placer de jugar y no la victoria.
Para los niños todo sirve para jugar. La propia organización de los juguetes y de la casa puede ser una gran diversión. Estimule a los niños a crear sus propios juguetes y más tarde cuando tengan 4; 5 años estimúlenlos a comenzar a construir las reglas de los juegos.

Tengan entre los juguetes juegos de construcción, rompecabezas y juegos con reglas desde los más simples a los más complejos.

quarta-feira, 18 de fevereiro de 2015

En la Frontera de la Mediocridad



Un nuevo año escolar empieza y nuevamente la falta de esperanza. No hubo cambios sustanciales. Se cambian ministros y cargos, pero nada que modifique el sistema general y no salimos de la mediocridad. Si Brasil empezara ahora a colocar la educación entre sus prioridades, aun así estaríamos atrasados para competir con el mundo globalizado. La visión de los administradores es muy distorsionada. Nos entusiasmamos con algunos pocos estudiantes que pasan en los exámenes y se clasifican pero los miles que no lo consiguen parecen no existir. Aún los estudiantes que pasan en las pruebas organizadas por el sistema obtienen notas muy bajas si las comparamos con los estudiantes de todo el mundo. No conseguimos alcanzar a los países desarrollados. Los mejores alumnos están nivelándose por debajo y están en la línea de la mediocridad. Nuestros alumnos que pasan en los exámenes internacionales están junto a los peores alumnos de los países desarrollados. Tenemos que enfrentar este problema de frente. De nada sirve organizar exámenes nacionales y decir que mejoramos si al compararnos con los estudiantes del mundo somos los peores.
¿Cuáles son las soluciones que debemos buscar? La primera sería la vigilancia que debería ejercerse sobre los profesores. Ya ocurre en muchos países y nuestros profesores además de tener una formación deficiente no explican su trabajo, no se les exige productividad, nadie sabe lo que se está enseñando dentro de las clases y los resultados presentados por los alumnos no son considerados como ineficiencia de sus profesores. ¿Quiénes son la mayoría de los profesores? Son los profesionales que nadie más quiere en el mercado. ¿Quién acompaña los currículos que fueron propuestos? Nadie. Los libros pueden terminar el año en blanco que no habrá ninguna punición ni ninguna evaluación de lo que no se hizo.
Debemos buscar maestros brillantes, a semejanza de lo que hicieron en Taiwán reuniendo en sus cuadros docentes algunas de las mejores cabezas del país. En Brasil decimos que los sueldos son la causa, pero todos los sueldos de nuestro país son muy bajos para todos los profesionales restando apenas una nata con sueldos diferenciados. La mejora del sueldo debe ser buscada, pero en conjunto con la mejora de los profesionales que se dedican a la enseñanza.
Ya tenemos una metodología científica que debería ser enseñada a nuestros profesores. Ellos aún están en el siglo XIX y no adoptaron ni el uso de libros, ni la dinámica de grupo. Continúan dando clases expositivas y utilizando hasta 15 minutos para pasar la lista. ¿Cuántos minutos dura realmente una clase? ¿Alguien sabe? Perdemos mucho tiempo con la organización y disciplina.

Vamos a capacitar a nuestros profesores y colocar a nuestra escuela en el siglo XXI.