Estamos pensando siempre en la evolución de la educación, pero no en este
caso. No tenemos más tiempo para alcanzar los resultados mundiales. Estamos muy
por debajo de lo que deberíamos si comparamos el nivel de la educación con nuestro
nivel económico en el mundo. Ahora debemos tener coraje e proponer una revolución
del sistema educacional. Tenemos que decir NO a todo lo que está establecido. Todo
lo que se hace dentro de la clase paró en el tiempo y en el espacio. De nada
sirve esa escuela, no es posible salvarla. Vamos a ponerla de cabeza para abajo
para encontrar nuevas soluciones. Está todo atrasado. Contenidos del siglo pasado,
métodos de siglos atrás, edificios inadecuados, currículos fuera de la era
digital, muebles individuales, libros que se refieren a los contenidos sin
aplicarlos en el mundo real, etc., etc.... Enumeraría todo lo que hay dentro de
una escuela y que no precisamos más. ¡¡¡La pizarra aún está presente!!!! Y los profesores
se gradúan en institutos que no reflejan los tiempos futuros. ¿Qué precisan los
niños y adolescentes para aprender? Y ¿en cuánto tiempo? Los profesores no
saben. Los gestores deben realizar cambios urgentes que ni siquiera piensan que
sean importantes para el desarrollo de la nación, para el desarrollo sostenible.
Todo lo que se enseña a los niños ellos no lo aprenden o lo olvidan después
del refuerzo recibido en la escuela. Ponga a los niños de vacaciones, realice las
tareas que ellos hicieron y vea los resultados. Os asustarán.
A los niños y principalmente y a los adolescentes no les gustan las escuelas.
Nadie se preocupa con ese hecho y piensan que es un problema de cada uno y no de
la institución Escuela. El tiempo que dedican a la escuela y a los deberes escolares
es mínimo y obligatorio. Quieren librarse de ese peso, rápidamente. La Escuela es
un peso para los jóvenes.
La formación deficiente de los profesores no permite que ellos comprendan el
desarrollo de sus educandos e intentan enseñar, inútilmente, todo lo que recibieron
como currículo. La psicología genética nos enseña qué y cuándo los niños pueden
aprender, pero eso no se les enseña a nuestros profesores que continúan repitiendo
palabras sin sentido para sus alumnos. Al finalizar cada período, estipulado
por los profesores (bimestres, semestres o año), aplican las «pruebas» como
verificación de lo que no consiguieron enseñar.
En nuestro país, los exámenes son más importantes que el aprendizaje. Si los
alumnos consiguen buenos resultados en las pruebas parece que aprendieron, pero
si son confrontados con la misma evaluación, al año siguiente, se verifica el desastre.
No aprendieron nada.
Los jóvenes terminan la escuela sin los conocimientos mínimos necesarios
para la vida práctica. Muchos no saben leer. Leer es realmente interpretar algo
escrito, no apenas juntar letras, fonemas y deletrear palabras. Eligen sus
carreras basados en la ausencia de algunas disciplinas como, por ejemplo: matemática,
física o química. Casi no leen y no saben escribir en su lengua materna. ¡Y pensar
que pasaron más de 9 (nueve) años en la Escuela!
¿Será que los profesores y los gestores de educación no notan que los enormes
currículos que presentan a los alumnos no son asimilados como conocimiento? Son
desechables porque no se aplican a la vida real. Cuando salen de la escuela se
libran de los exámenes y nunca más van a necesitar de muchas cosas los hicieron
sufrir al «aprenderlas».
Todas las escuelas siguen el modelo fast
food – Totalmente estandarizadas. Cuando huyen del modelo patrón, las escuelas
corren el riesgo de que los padres no las acepten porque no saben cómo será el
futuro y muchas veces piensan que el tipo de escuela que cursaron fue un buen
modelo para ellos. Los padres no les dan mucha atención a sus hijos, solo saben
los resultados parciales. No analizan los sufrimientos que esas escuelas les
causan debido a las angustias y a la depresión. Cuántos niños enfermos, tomando
remedios y con diagnósticos dudosos que deberían ser dados a sus escuelas. Los
padres en el siglo XXI, aún buscan escuelas basados en el contenido que ofrecen,
aunque sepan que los niños y adolescentes no van a usar esos «conocimientos». No
están aún atentos al desarrollo de la inteligencia porque piensan que ella es innata.
¡¡¡Gran ilusión!!!! Es interesante que muchos padres no saben nada sobre lo que
estudiaron en la enseñanza fundamental o en los preparatorios y aun así exigen
que sus hijos sean sometidos a esa tortura.
El Proyecto Escolar para una escuela que sea realmente del futuro debe basarse
en el desarrollo de la Inteligencia. Los conocimientos están ahí, disponibles en
todos los medios de comunicación digitales. Lo que debemos hacer, realmente, es
enseñarles a leer a los niños. Crear el hábito de lectura será la gran formación.
¿No sabe qué enseñar? Provoque a los niños con preguntas y enigmas. Ellos, seguramente,
saben qué es aprender. Vamos hacia el Futuro.
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