domingo, 1 de julho de 2012

¿A quiénes queremos formar?



Conciencia del efecto formador de nuestras acciones sobre los niños
“Quien se propone a educar admite, implícita y necesariamente, que la naturaleza humana, en su sentido sociológico, se puede modificar; que la constitución  progresiva de la personalidad se procesa con amplia plasticidad, permitiendo que el educador interfiera  en el proceso, faltando saber apenas la forma y la profundidad de esa intervención; que se puede guiar el crecimiento y la maduración  para alguna “forma” que corresponda a determinado ideal del hombre. Siendo ideal, esta “visión de hombre” es una aspiración que se apoya en la constatación de las posibilidades de perfeccionamiento progresivo, visible en la naturaleza en general.” Lauro de Oliveira Lima – Educar para la Comunidad.
Sabiendo esto nosotros, los educadores y padres, debemos saber el efecto formador que nuestras acciones tendrán sobre los niños y adolescentes. Los padres, entonces, no pueden, como los profesores, desconocer los niveles de desarrollo por los cuales sus hijos van a pasar para poder atender las solicitaciones que cada nivel requiere.
Viendo un bebe recién nacido, tenemos consciencia de que el desarrollo es gradual y lento. Tenemos que ofrecer las condiciones y aguardar que el niño realice las asimilaciones y acomodaciones necesarias a su nivel. Los bebes no saben ni como alimentarse en el pecho al nascer. Saben hacer el movimiento de succión como un reflejo y debemos aguardar que aprendan a  alimentarse aunque sacrifiquen mucho a sus madres.
Sabemos que tenemos la constitución biológica que no va a ser alterada y que apenas va a interactuar con el medio. Las modificaciones van a estar a cargo de lo psicológico y sociológico.
Para tener un buen desarrollo, precisamos definir, de forma objetiva, qué hombre queremos formar, para que todo nuestro esfuerzo vaya en una sola dirección. No debemos olvidarnos que esta visión deberá ser traducida en acciones. Todo lo que hacemos será observado por los niños que estamos educando. No podemos tener padres transgresores con niños intentando desarrollarse correctamente. Los niños van a copiar lo que están viendo en sus padres y educadores. Por eso la gran importancia de que los padres conozcan cuidadosamente la ideología de las escuelas que escogen para sus hijos. La idea inicial era que la escuela apenas transmitía conocimientos, por este motivo no tenía la menor importancia la ideología, pero hoy sabemos que la influencia de las escuelas es mucho mayor. Las familias no están más en casa educando a sus hijos. Están en el mercado de producción y, muchas veces, dejan a cargo de terceros esta educación y, cuando son muy esclarecidos, a cargo de las escuelas.
Todas las personas que trabajan con niños van a tener una interferencia en grados diferenciados en su formación. Tenemos entonces que saber con quiénes nuestros hijos van a convivir.