segunda-feira, 15 de dezembro de 2014

ÉTICA


Nuestra sociedad, evidentemente, está enferma. La educación está tan atrasada que vemos conductas morales de la más baja calidad. La moral del deber (ojo por ojo y diente por diente – 7/8 años de edad mental) es la tónica social. Muchos adultos se comportan y responden a las situaciones como niños. Tenemos que mejorar la educación para mejorar la sociedad. La escuela continúa en la inercia y ese es el retrato de nuestro país. Si la sociedad es deshonesta es natural que la escuela también lo sea porque ella es su reflejo directo. Nuestra escuela es deshonesta. Las notas, la frecuencia, los contenidos, todo es una total abstracción. Realmente nadie puede creer en lo que se hace allí. Los alumnos terminan los preparatorios sin saber leer y escribir. ¿Cómo puede haber sucedido eso? ¿Cómo pasó de clase, todos los años? Fue todo un fraude y los profesores, directores, alumnos y la familia transigieron con las mentiras. Nadie denuncia porque piensan que con eso sacan ventaja. El alumno no aprendió, el profesor no enseñó pero recibió su sueldo todos los meses. ¿Eso es honesto?
Los profesores en nuestras escuelas continúan dando clases en las pizarras pensando que eso va a influenciar a sus alumnos y cambiar el nivel de la educación. Eso está sucediendo hace muchos años y la escuela continúa deformando a sus alumnos en vez de formarles. ¿Los alumnos hacen las pruebas y nada saben y continúan? ¿Quién les autoriza? Vea, que es un sistema todo combinado.
La ética y la moral continúan siendo un artículo de lujo en nuestras escuelas. Los profesores no consiguen enseñar porque no saben cómo hacerlo y a veces no creen que pueda hacerse. Un profesor que falta, pasa gran tiempo de la case pasando la lista de 50 alumnos cuando solo tiene 50’ para dar su clase no podrá hablar sobre ética con esos alumnos.
Un profesor que usa la prueba para coaccionar a sus alumnos y mantenerlos quietos y dentro de la clase tampoco podrá hablar sobre moral con ellos.
El discurso de nuestras escuelas es diferente de su práctica. ¿Alguien cree en el discurso «Formar ciudadanos conscientes?» No es posible, vemos que nuestra población no tiene la menor consciencia social. ¿Qué está sucediendo? Dicen una cosa y realizan otra. Lo que sucede es que se dan contenidos básicos y mínimos. No tenemos, en nuestro sistema, respeto por los alumnos y sus familias. El sistema es perverso y es en él que los niños y jóvenes pasan la mayor parte de su tiempo.
Nuestra escuela es un retrato del país, entonces no cambiará. Precisamos dar un choque educacional para que después del cambio educacional tengamos un cambio estructural en la sociedad.

La sociedad depende de la Escuela.

segunda-feira, 8 de dezembro de 2014

Director Escolar

Este desconocido. ¿Usted conoce al director de la Escuela de su hijo? ¿Es un líder educacional?  ¿Es apenas un gestor? ¿Qué espera de esta función tan olvidada?
Lauro de Oliveira Lima dice en el capítulo sobre la función del director en su libro «Escola Secundária Moderna» – «Debe el Director tomar como antípoda, en su actuación dentro de la escuela, al Comisario de Policía o al Comandante de Soldados. La función policial es necesaria, pero no le incumbe al educador ejercerla. Muchos directores no están desarrollando su vocación...»
Los directores que no consiguen asumir la función de líderes no ejercen su función, dice Lauro que no es director sino que ejerce una función en la dirección. Él debe ser el ordenador general de todas las funciones dentro de la escuela y de las relaciones fuera de la misma. Para que la escuela tenga una unidad es necesario que el director forme el «espíritu de la escuela» donde todo esté coordinado. Todas las funciones en la escuela deben ser observadas por quien la dirige.
El director debe tener un liderazgo emergente y debe formar un grupo con todos aquellos con quien trabaja. Un grupo que tome decisiones, donde a cada momento uno de sus miembros asuma el liderazgo. Un grupo maduro no obedece, delibera, asume papeles y en ese momento asume una parte de las funciones del jefe.
Una escuela debería ser una organización democrática para poder enseñar la democracia y para eso cada uno de sus miembros deberá tener la oportunidad de asumir el liderazgo en algún momento. Si un miembro no tiene, en ningún momento, la posibilidad de liderar no pertenece a una organización democrática. El director tiene la función de crear en su escuela ese tipo de organización.
El director no puede ausentarse, en ningún momento, del sector pedagógico permitiendo que cada profesor o técnico haga algo que no sea comunicado al grupo. La planificación debe ser orientada para que evidencie el «espíritu de la escuela». Toda la comunidad va a percibir la unidad.
El director debe delegar funciones a todos que deben ser ejercidas y verificadas por todos los miembros de la comunidad escolar. Nunca confunda deberes impuestos con responsabilidad. Ejercer un deber es cumplir lo que fue determinado por el jefe ya la responsabilidad es una meta con los compañeros.

La función del director está totalmente olvidada solo siendo recordada por el sistema profesor x alumno. Los directores fueron colocados como meros gestores administrativos abandonando, por falta de competencia, incluso, su función primordial que es dirigir la escuela, democráticamente.