quarta-feira, 8 de junho de 2011

EL IMPONDERABLE THOR

  Si hay una tendencia natural de que las mentes en formación sigan ejemplos, estamos con serios problemas. Durante la semana, oímos jóvenes pensando que es formidable que una persona de su misma edad tenga la posibilidad de ir para São Paulo, en un avión propio, participar de una fiesta y volver para dormir en casa. Sin leer un único libro hasta el fin, copiando resúmenes en internet para hacer las pruebas de la escuela, puede gastar en una noche  6 mil reales, que considera una cantidad modesta comparada con valores como los 60 mil gastados por algunos amigos en una farra. O comentar sobre la satisfacción que tiene con su cuerpo, que cuando no está absolutamente adecuado a lo que considera perfecto, impide cualquier acción intelectual (sic) de su parte.
    Lo más grave es que, probablemente, la exploración de la figura de Thor de Oliveira Fuhrken Batista, primogénito del hombre que ocupa la octava posición entre los más ricos del mundo, no pase de una gran promoción para apoyar el lanzamiento de su boîte Pacha, que será inaugurada en octubre, en Gávea (RJ), con un costo de 11,5 millones de reales.
    El hecho es que, si no hay nada de errado en un país tenga millonarios de este porte, aun así, en  palabras de la propia revista, la situación es absolutamente inusitada. Imponderable. Según el texto, “El universo por donde Thor gravita es, de hecho, un mundo paralelo, donde la lógica tradicional se encuentra en suspenso. Su comienzo dirigiendo los negocios sucede antes haber concluido el curso superior – la matrícula del primer año de economía en IBMEC fue cancelada porque le pareció un estudio muy exigente”. Y más, adelante: “Leer, definitivamente, no está entre sus preferencias. Le gusta leer apenas textos sobre autos y fisiculturismo”.
    Es en ese mundo paralelo que vive el Imponderable Thor. Apenas para recordar, imponderable es “aquello que no tiene peso considerable”, o sea, lo que es indigno de ponderación. Y es por ese camino que vemos otros tantos jóvenes ávidos por una posibilidad de repetir el modelo, sin las obligaciones intelectuales que elevarían su condición humana y social, intentando encontrar el atajo para los grandes placeres, eliminando la necesidad de los sacrificios que serían necesarios.
    Lo que impresiona es una revista como  VEJA/RIO, de gran circulación e impacto, trata del asunto en seis páginas. El contenido es tan sin importancia y la extensión tan grande que realmente todo nos hace pensar en una bien organizada acción de marketing, elaborada por profesionales pagados a peso de oro y con una inversión proyectada de 1 millón de reales. No hay cualquier otro motivo para una materia de este tipo asumir una proporción tan grande. Y debemos agradecer a los dioses del reino de Asgard, de las leyendas escandinavas, que no haya sido vehiculado en la primera página de la revista principal.
    De hecho ser el hijo del hombre más rico de Brasil no lo transforma en un buen ejemplo que deba ser seguido por los jóvenes. Y aún es necesario ver que aunque la revista pretenda pasar la imagen de que todo funciona en su vida, no es así que las cosas suceden. Aunque tener todo ese dinero posibilite que aparezca en la carátula de revistas de gran circulación, hablando de sus músculos y de sus tratamientos de belleza, eso no significa que sea un ícono aprovechable. Con 45 centímetros de bíceps, todo lo que se puede decir es que probablemente es físicamente fuerte... pero y ¿la inteligencia de ese muchacho? ¿Cómo es?
    Debe haber algo equivocado con alguien que, en esa edad, nunca leyó un libro hasta el fin. No debe ser transformado en modelo una persona que, sin mayores esfuerzos, consigue gastar en una noche lo que la mayoría de los brasileños gana en un trimestre... y todavía le parece poco – según su óptica, existen personas mucho más gastadoras que él. ¿Cuáles son los predicados morales de ese joven? ¿Qué piensa, además de lo que el reportaje dice? ¿Alguien está preocupado con eso?
    La MORAL debería ser una cosa bien desarrollada en un joven de su edad, pero esto no aparece en su discurso – o en el discurso para él organizado. Cuando dice que es muy económico en las trasnoches, parece un disparate frente a la realidad del país en que vive, pero eso no es destacado. Frente al salario mínimo del país, es una total falta de respeto su discurso: “tenemos una vida lujosa sí, pero no malgastamos dinero”. ¿Dónde están su padre y su madre para informarle que en este Brasil enorme, existen personas que viven en la miseria más absoluta, y tan excluidos que el Gobierno Federal está ahora queriendo organizar una acción para saber dónde están. Son personas que escapan a cualquier nivel de control social porque nacen, crecen, viven y mueren sin un certificado de nacimiento, sin un registro, sin nada. Brasileños que viven en regiones tan remotas que no cuentan con cualquier asistencia mínima. Conciencia lleva a la mejora del nivel de moral, pero no es este el caso. Así, aunque de forma cosmética, no se menciona un trabajo social en su discurso, y eso sería una dádiva para un país que precisa tanto de distribución de renta y de acciones altamente eficaces en el ámbito de la responsabilidad socio ambiental.
    Una bofetada en el sistema escolar es saber que una persona tan rica y con tanto poder en su mano, puede haber pasado por el mismo sin nunca haber leído un libro. Y que se sirvió del sistema especial, resumido para concluir lo que demanda años de esfuerzo para las otras personas. ¿Cómo llegó al primer año de Economía? Claro que el  primer año de la facultad le debe haber parecido muy difícil, y por eso lo abandonó. Pero la lección que nos da es que, teniendo dinero, la persona “o sale adelante o sale”, y que la falta de estudios no tiene importancia para él ni para sus pares o para sus padres. El hecho es que no es posible que un individuo haya llegado a la universidad sin nunca haber leído un libro. En un esquema educacional responsable, eso sería imposible.
    La situación es de un nonsense tan absoluto que no existen comentarios posibles. Comentar la nada, es lo mismo que enfrentar el viento. El peligro del viento es que, cuando es muy poderoso, provoca destrucción sin tamaño. Lo contrario también es verdad, o sea, si el viento es fuerte, tiene dirección y constancia, puede empujar navíos por distancias considerables, como sucedió con los barcos vikingos que, en determinada época, dominaron el mundo conocido y descubrieron nuevas tierras y riquezas. Es lamentable que el poseedor del nombre de un poderoso dios de la mitología de aquel pueblo no use su “martillo” para abrir camino para su pueblo. Pero, ¿cómo culparlo? Es el resultado de su educación.
    Sin duda, existe un mercado de lujo para personas que van más allá de aquel punto mágico de los millones de millones en sus cuentas bancarias, y que ese mercado se alimenta del imaginario de las personas comunes que veneran el poder oriundo de esa condición. Es de hecho  apenas la punta de la pirámide social que allí se encuentra, minguados millares de brasileños que pueden darse el lujo de comprar un auto de un millón de dólares, una alianza de 30 mil reales, un reloj de 50 mil reales o cosas así. Lo que no se puede es transformar una persona sin cualquier formación consistente en un ídolo para sus pares que están en la juventud, formando su carácter y tomando como base el hecho de que, mismo no estudiando, es posible ser feliz. En el mundo para el cual estamos caminando en velocidad creciente, nada e más falso que eso. Salvo para los dioses de Asgard, como el Imponderable Thor.

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