Roberto Amaral |
Es un material tan bonito que no pude resistir y lo coloco aquí en el blog, para el conocimiento de todos. Aquí está.
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Lauro de Oliveira Lima: El educador como agente de transformación, artículo de Roberto Amaral
Por razones aun esperando ser descifradas, Lauro, aunque teórico y formulador, no sería un académico stricto sensu, porque no privilegió a la Universidad y por la misma fue siempre visto como un “gauche”.
Roberto Amaral es profesor universitario, es vicepresidente nacional del Partido Socialista Brasileño, ex-ministro de C&T y autor de diversos libros entre los cuáles Socialismo, vida, muerte y resurrección (Editora Vozes). Artículo publicado en “O Povo”, de Ceará:
Fortaleza de los años 50 y mediados de los 60 era una ciudad pequeña, recatada y mediocre. Sin opinión pública (aunque tuviese prensa), sin vida cultural (el Liceu ya decayera y la Universidad aún no conquistara su podio), política rastrera, sin cualquier fundamentación ideológica, dividida entre el reaccionarismo rural del PSD y el reaccionarismo urbano de la UDN. Debate, ninguno. Vida editorial, ninguna.
Reinaban el provincianismo tacaño y las elecciones de 'mises' y 'príncipe de los poetas'. Vida social era la vida de los clubes playeros y los cotilleos de una crónica mundana que ya nacía anacrónica.
El sindicalismo no importunaba. El empresariado privado se reducía a un comercio raquítico, y los gobiernos, pedían limosnas en frecuentes rondas por la Corte, dependían de las buenas relaciones de sus jefes con Catete*. Fuerte era la presencia de un Clero conservador, involucrado con la política, con sus “Índexes” de políticos, de libros y de películas.
El periódico de la arquidiócesis indicaba, diariamente, las películas que sin pecado podían ser vistas y los libros que podían ser leídos. Vida artística, mínima. Los que insistían en mantener cualquier tipo de actividad creativa estaban a la espera de la primera oportunidad que la suerte le proporcionase para la aventura de Río de Janeiro.
En esta mi ciudad ya antigua, intelectual era servidor del sistema, funcionario o no del gobierno. Pero progreso hubo: el 'Ita' ** fue sustituido por un DC-3 de la PANAIR...***
Fue en esta Fortaleza, apacentada en la indolencia, que apareció el genio innovador de Lauro Oliveira Lima, para después transferirse, primero para Brasília, donde enriquecería a la administración de Paulo de Tarso en el MEC (Ministerio de Educación y Cultura), y después, para Río, su exilio persistente, cubierto, inicialmente, por la oscuridad de 1964.
Fue en esta Fortaleza de las tertulias que Lauro, dirigiendo el entonces “Ginásio Farias Brito” (de Ary de Sá Cavalcante y João César), escandalizó la siempre tonta clase media al abrir un desfile de 7 de Septiembre**** con una franja en la que se leía: "No hay alumnos problema, hay padres problema".
En esta misma Fortaleza, aún en esos años 50, diría para educadores conservadores: "Cuando el alumno no aprende es el profesor que no supo enseñar".
Hablo de un educador cuyo papel transformador crece cuando conocemos el medio en que se construyó, al enfrentarlo. Hablo, principalmente, del hombre de acción, el trazo distintivo de este intelectual. Hablo del pionero. Dejo para otros la correcta valoración de su obra escrita.
Dejo para otras reflexiones al autor de “Escola secundária moderna”, obra que revolucionó la enseñanza en nuestro país.
Antes de casi todos sus contemporáneos entendió que la llave del futuro estaba en la educación infantil, y temprano se dedicó (en Fortaleza, primero en el colegio Farias Brito y después con o su “Ginásio Agapito dos Santos” también formando normalistas, y en Río de Janeiro con su “Chave do Tamanho”) a preparar sus a pequeños estudiantes para la vida, enseñándoles (y a sus papás en la medida de lo posible) a pensar y, por eso, a crear.
Dejo para otros comentaristas al introductor de Piaget y su epistemología genética en Ceará y en Brasil. Hablo de su pedagogía propia: formar ciudadanos innovadores. Esa es su arte: moldar el futuro, construyendo al hombre pensante. Esto es lo que lo distingue y siempre me apasionó.
Por razones aun esperando ser descifradas, Lauro, aunque teórico y formulador, no sería un académico stricto sensu, porque no privilegió a la Universidad y por ella fue siempre visto como un gauche.
Nada alteraría el destino/saga de todo pionero: enfrentar lo establecido, revolver la 'orden natural de las cosas', enseñar con la acción que es siempre posible intervenir en la realidad, y nada más profundo que intervenir mediante la enseñanza.
Por eso mismo, una de sus más notables salas clase serían las páginas de este “O Povo”, donde, como Kleber Santos, estaba accesible para todos los hambrientos de humanismo, la contestación antes restricta a la cátedra, porque en él la cátedra y el periodismo serían apenas formas distintas de luchar por la misma causa: los cambios.
(O Povo, Ceará, 10/4)
(N del T)*Palacio de Catete sede del gobierno.
**Navío de Cabotaje que transportaba pasajeros y cargas
*** Compañía aérea pionera en Brasil. ****Conmemoración de la Independencia
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