segunda-feira, 28 de março de 2011
FUERA DE LOS MUROS DE LA ESCUELA - DAY CAMP
¿Por qué las familias no apoyan la salida de los niños para fuera de los muros de la escuela? ¿Cuál es el significado que las mismas tienen para los padres? ¿Por qué es tan difícil, en Brasil, que los padres apoyen las investigaciones de campo que los niños y adolescentes deben realizar? En los países más desarrollados, es fácil observar que los alumnos tienen un gran porcentaje de sus actividades fuera de los muros de la escuela, yendo a museos, exposiciones, cines, parques, industrias y visitando sus ciudades como un todo. En el caso de Japón, visitan el país, viajando con sus profesores en varias excursiones, que pueden llegar a cerca de 50 días fuera de los muros de la escuela.
Estas actividades son, generalmente, organizadas por las escuelas, grupos sociales, iglesias y Boy Scouts con el objetivo de mostrar a los niños y adolescentes el mundo que los rodea. Y, ¿cuáles los objetivos? En primer lugar está la socialización de los niños y seguidamente la autonomía, ya que ellos, normalmente, circulan con los padres o responsables, sin tener que cuidarse u observar solos sus desplazamientos, no teniendo por lo tanto, en su cotidiano, la necesidad de tomar decisiones. Los niños y adolescentes tienen mucha dificultad de entender el sistema monetario de sus padres, y no saben el costo del transporte, alimentación y otros ítems que siempre son resueltos por los adultos. Cuando los niños tienen contacto con la moneda, utilizan siempre las notas de valores altos por no tener idea si el dinero da o no para lo que quieren adquirir. Y vemos, muchas veces adolescentes que, del punto de vista escolar, ya están en series avanzadas, pero que no saben hacer cuentas simples, apenas porque no usan rutinariamente con el dinero. Vemos niños muy pequeños en la feria calcular el vuelto y recibir el pago para sus padres (feriantes) con facilidad. Es la experiencia física. Manosean el dinero constantemente.
Las actividades fuera del ambiente escolar son de gran importancia para que se desarrolle la percepción del espacio, tiempo y a causalidad, ya que todos sus caminos son siempre guiados, no teniendo, en ningún momento, que cuidar de sus propias cosas, poner atención o escoger lo que van a hacer o comer. Están siempre siendo conducidos y cuidados por adultos sobreprotectores. Con el grupo (colegas y profesores) tienen oportunidad de lo que llamamos, toma de decisiones. Los niños y adolescentes precisan, poco a poco, aprender a tomar pequeñas decisiones que serán de crucial importancia para el futuro de cada uno de ellos, y eso sólo acontecerá si se ejercitan con sus educadores, en situaciones reales. Quien no tomó pequeñas decisiones no aprendió. Y como es una construcción, hay un momento ideal para iniciar el proceso, evitándose que las dificultades surjan tardíamente. ¿Cómo puede un adolescente entrar en la etapa adulta sin esas experiencias? El mundo no para y ellos deben aprender. ¿Cómo un adulto sin experiencia en toma de decisiones alcanzará la etapa adulta, donde en todo momento surgen esas situaciones? Los niños, en general, no conocen su ciudad ni los monumentos más destacados, no conocen los museos y no participan efectivamente de las acciones culturales que están a su alrededor. Debemos recodar que ellos no conocen los medios de producción y muchas veces ni son llevados a los supermercados, porque son considerados inútiles en esta tarea doméstica. Muchas veces son llamados de promotores de gastos innecesarios, lo que es un error que puede crear un adulto desorientado en esa área por la simple falta de contacto con la realidad doméstica de abastecimiento usual. Los niños y adolescentes no saben los productos que son consumidos en sus casas, siendo apenas de los adultos esta decisión. Los adolescentes no saben cuál es el gasto de su casa para tener luz, gas o teléfono. Los niños podrían saber precios, valor calórico, peso, volumen, fabricación... cuanta experiencia desperdiciada en una actividad que podría ser simple y hasta placentera para todos los involucrados en la misma. Pero los adultos piensan que están protegiendo a los niños, limitándolos en sus experiencias.
Los niños y adolescente son llevados a fiestas, cines y shoppings, como si eso fuera toda la vida social posible. Viven en sus condominios sin control objetivo y sin actividades, entregados a su propia suerte. Los padres y responsables deberían promover visitas a las casas uno de los otros y paseos donde reuniesen un grupo de colegas para que la socialización pueda desarrollarse. El hombre no es un animal social, pero puede y debe transformarse en uno. Por eso es tan compleja la socialización. Individuos con el pensamiento innatista piensan que los niños, naturalmente, van a buscar otros para convivir. Para un interaccionista, como Piaget, estas relaciones deben ser construidas, gradualmente, en niveles crecientes.
Resta, entonces para las escuelas, la misión de promover estas salidas de sus muros, para que sus alumnos, orientados y en grupos, puedan percibir su ciudad y su país, para después percibir el mundo. Tenemos la obligación de mostrarles cómo funciona el mundo a su alrededor.
Me parece interesante e ineficaz que algunas organizaciones promuevan debates sobre cuestiones ecológicas para los niños y adolescentes, sin que ellos conozcan los problemas relativos al tema o hayan visto una comunidad con cloaca abierta en las calles, por ejemplo. No podemos olvidar que para ellos, eso no existe, ya que en sus casas no se habla de este problema. ¿Será que los niños de las clases más favorecidas saben que muchas y muchas casas de Brasil no poseen agua encanada? ¿Luz? o ¿Gas? Y estamos hablando de contaminación, biodiversidad, reutilización, preservación, quemadas, extinción de animales, etc... Pero, ¿qué será eso, que ellos no ven en libros y que llega a su conocimiento a través de vídeos de Youtube? Vamos a mostrar a los niños el mundo REAL, porque ellos van a pensar que esas cosas son apenas virtuales y que no suceden en el mundo en que viven. ¿Cómo van a creer que el agua del planeta se va a acabar si no la preservamos, si ellos piensan que el agua viene para su casa casi que por un milagro? (¡es sólo abrir el grifo y está allí!).
No debemos olvidar que Piaget dice que aprendemos a través de la lectura de la experiencia. Vamos a llevarlos a conocer el mundo, con cuestionarios para preguntar y pensar sobre los asuntos que están estudiando en la clase. Las clases deben reflejar la realidad. No podemos trabajar teorías huyendo de la realidad.
Los jóvenes tampoco conocen los medios de transporte de su ciudad. Viven en su mayoría en sus coches particulares (niños de la clase media), ya que los niños de las clases menos favorecidas no van a ningún programa cultural (cine o shopping). Sus padres piensan que son innecesarias las actividades culturales y sus escuelas no promueven estas experiencias.
Sugiero, entonces, que las escuelas promuevan sistemáticamente actividades fuera de sus muros para generalizar la educación de los jóvenes. La educación no se construye, solamente, de contenidos escolares. EL MUNDO también tiene que ser mostrado a los niños y adolescentes.
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