¿Qué vemos actualmente cuando evaluamos la mayor parte de las escuelas? Reproducción de un modelo... y de un modelo muy antiguo. La escuela dejó de evolucionar hace más de un siglo, y pocos se preguntan el porqué. Pero es muy probable que haya dejado de actualizarse debido a la poca importancia que le damos - todos nosotros, padres, maestros/profesores, políticos, etc. Para los políticos, cantidad es lo que importa, porque proporciona inauguraciones en serie durante un mandato. Lo que sucede dentro de esas estructuras prediales… poco importa. Lo que la población quiere es que haya más escuelas, no más calidad en la Educación.
¿Y para los padres? Lo importante es que sus hijos estén “dentro” de aquellas escuelas. Nuevamente, lo que sucede allí tampoco importa mucho, desde que no sea una cosa muy, pero muy grave.
¿Para los maestros/profesores? Bien, ellos tienen que hacer algo allí dentro, y no reciben los medios o las condiciones necesarias para hacerlo la mayor parte de las veces. Los más devotados consiguieron una forma de cumplir su papel. Los más cínicos, pasan el tiempo allí dentro. Los deshonestos sufren una enfermedad funcional (verdadera o no) y toman una licencia para estar lejos de aquel “infierno”. Ganando el sueldo, naturalmente.
¿Para qué sirve todo esto? Para los niños, que se desplazan de madrugada desde tan lejos para escuelas tan malas… sólo se puede prever que nada sucederá, y que sus vidas no serán en nada diferentes de la de sus papás – o podrán ser peores.
Mientras tanto, alegría: ¡una nueva escuela va a ser inaugurada aquí cerca! ¡Qué bien!
Eso demuestra una pobreza política enorme. Lo que normalmente vemos es cuando la “pobreza económica” se manifiesta, porque esta es concreta, nos alcanza dolorida y rápidamente a todos. Pero el mayor problema es la pobreza política, según mi entendimiento, porque esta es silenciosa, invisible de inmediato. En ésta es que vemos a las personas contentándose con limosnas que reciben de gobernantes, como si estas fuesen soluciones definitivas. En el nordeste de Brasil existe un dicho popular que dice: recibir limosna “o mata de vergüenza o vicia al ciudadano”. Es un hecho.
Realmente determinadas acciones gubernamentales deberían ser solamente paliativas, como es el caso de los frentes de trabajo. Se realiza la acción emergencial, ¿pero en algún momento el ciudadano vuelve a tener una vida digna para poder mantenerse y a su familia? Cuando vivimos de “bolsas”*, nos acomodamos a las limosnas. Es fácil, es simple, resuelve… o no. Pero está sucediendo algo… cualquier cosa. Si se mantiene esa situación, acabaremos viciando a la población, y vicio, como se sabe, es difícil de combatir....
Entonces no es suficiente abrir escuelas, dando “bolsa escola”*, bolsa educação”* o lo que sea. Es necesario dar EDUCACIÓN de verdad. La escuela debería tener, sí, un papel transformador, educando al pueblo para estar alineado con su tiempo y en condiciones de avanzar siempre. Aún hay tiempo para esto.
Podemos todos reducir la pobreza política de nuestra población. Y es muy necesario hacerlo en este momento de la historia de nuestro país y del mundo.
Beta
Nenhum comentário:
Postar um comentário