sábado, 22 de janeiro de 2011

'Vodka en el ojo' Primera víctima


Universitario imita moda iniciada en YouTube y ahora tendrá que pasar por trasplante de córnea.
Vi en un post de Facebook, recientemente, publicado por Walter de Mattos Junior, un comentario sobre esa práctica auto destructiva que fue incorporada por los jóvenes brasileños. La materia fue publicada en la revista VEJA, y después de leer el post, entendí de que se trataba, lo que me motivó a escribir la  siguiente materia.

¿Qué está sucediendo con los jóvenes que quieren vivir experiencias cada vez más radicales?
El gran problema es la confusión entre los conocimientos formales adquiridos por los jóvenes y su desarrollo moral. La moral no se desarrolla siguiendo la misma línea. Normalmente, se atrasa, totalmente, el desarrollo MORAL, siendo que es éste el factor crucial para que el joven tenga capacidad de juzgar acciones del tipo que estamos discutiendo (colocar vodka en los ojos para emborracharse más rápidamente). El hecho de que el joven está cursando la universidad no garantiza, que ha alcanzado el nivel más alto de desarrollo moral. Para que esto suceda es necesario todo un trabajo dedicado al conocimiento de las reglas, análisis y construcción por parte del individuo. Sólo se llega al nivel de la moral de la cooperación a través del trabajo de Dinámica de Grupo. El proceso es lento y organizado, debiendo el joven aprender a trabajar con los compañeros juzgando sus acciones y las de los otros.
La moral tiene tres grandes etapas: la inicial es la Anomia, cuando los niños (de 1 año hasta 2 ó 3 años) no entienden que existen reglas que todos deben seguir. El momento siguiente es el de la Heteronomía, donde todas las órdenes vienen de afuera y los niños entienden que existen las reglas, pero alguien debe controlar su cumplimiento (2;3;4 hasta 7;8;9 años). Se observa  que algunas personas paralizan su desarrollo en esta etapa para el resto de sus vidas. Existe el peligro de que no desarrolle el período siguiente. Si el joven tiene que tener control externo (familia, escuela/profesores, jefes) es difícil que se decida por uno u otro. Estará siempre esperando que le digan lo qué debe hacer. Lo que está correcto y lo que está errado ¿Cómo puede un joven en estas condiciones estar en una universidad, manejar un coche, tener dinero, ser jefe? Son situaciones que todos enfrentan, pero sin alcanzar un nivel de moral más elevado (autonomía)  no actúan de forma objetiva y coherente. En la  heteronomía, recibe las órdenes externas y las cumple si tiene alguien determinándolas. Caso no haya quien ordene, existe el riesgo del individuo caer en la anomia. No podemos olvidar a las personas que hacen cosas absurdas porque están cumpliendo ÓRDENES. No notan que las órdenes, si son absurdas, deben ser discutidas y no cumplidas si infringen leyes mayores. Sólo los niños siguen las reglas con los ojos cerrados, porque piensan que los adultos que las construyen saben todo mejor que ellos. Cuando descubren la fragilidad de los adultos y la posibilidad de error, pasan a querer discutirlas e incluso a no cumplirlas. La moral de la  heteronimia es la  de “diente por diente - ojo por ojo”. Todo lo que le hacen debe ser retribuido con la misma moneda. Así surgió la expresión “pagar con la misma moneda”. Observe el peligro que corren esos jóvenes cuando sueltos en una ciudad donde es fácil llegar a la violencia. Si tiene este comportamiento de venganza no puede juzgar la justicia de la acción. Y eso, acarrea problemas enormes para la propia sociedad que lo crió, porque tiene como retorno la posibilidad de conflicto casi inevitable.
Los niños, además de aprender las reglas, van evolucionando hasta que  aprenden el llamado juicio moral, que es muy complejo y debe ser trabajado para que sea incorporado a la acción general del sujeto. Los jóvenes que no se desarrollan en grupo acaban formando un bando y no un grupo, actuando siempre en el nivel más bajo posible.
La 3ª. Etapa es la de la Moral de la Cooperación, que se caracteriza por la Autonomía. El individuo entiende que puede y debe construir las reglas que deben ser seguidas por todos. En este período está apto para participar totalmente de la sociedad y comprende la constitución de su país, por ejemplo. Sabe convivir en sociedad, condominio, escuela, respetar reglas de tránsito, entre otras. ¡Imagine un sujeto en la etapa de la moral del deber manejando su coche (o cualquier otro vehículo)!. A cada momento, se pregunta cuál es el motivo por el cual debe obedecer las señales de tránsito. Pregunta: “¿si no viene ningún vehículo, por qué no puedo pasar?  Nadie está viendo, no hay un guardia, ¿por qué no prosigo?” Esto explica los accidentes que ocurren por imprudencia, por ejemplo, y que pueden ser atribuidos en gran parte al nivel de desarrollo moral de los conductores. Todos pueden solicitar la libreta de conductor si aprueban los exámenes simples organizados por los órganos responsables. Nadie se preocupó con el nivel de desarrollo moral, que es el factor que transforma “su coche en un arma”.
Las bebidas alcohólicas son vendidas presentando la cédula de identidad del comprador, comprobando que es “mayor de edad” - cuando se la solicita - pero nadie sabría decir si aquella persona realmente tiene responsabilidad para estar bebiendo. Este “juego” con vodka prueba que no. Y observen que los conocimientos formales que son atribuidos a esos jóvenes son muy pocos, porque cursaron la enseñanza media y ya están en la Universidad, condición que permitiría evaluar el grado de imbecilidad de una actitud como esa. ¿Cuál será la biología que estudiaron? ¿Y la química? ¿Será que estudiaron o memorizaron algunos nombres y fórmulas para pasar en los exámenes de ingreso a la facultad? ¿Será que estas cuestiones no despiertan la atención de nuestros educadores, administradores escolares, políticos y dirigentes? Estos jóvenes no saben NADA. Vamos a modificar el paradigma y enseñar inteligencia en vez de enseñar contenidos. Todas estas cuestiones que aparecen en los grandes medios de comunicación nos muestran que nuestro sistema educativo es lamentable, ya que estos jóvenes deben haber estudiado en la enseñanza privada que es vista como mejor que la pública. Podemos, entonces, concluir que la situación es pésima. Están todos preocupados con una corrida que ya está perdida antes de partir.
O modificamos la forma de encarar la educación o vamos a lamentar aún muchos hechos en nuestra sociedad.
Beta

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