sexta-feira, 8 de abril de 2011

Bullying: ¿reaccionar o evitar?


Vi en internet, como millares de otras personas deben haberlo visto, dos adolescentes agrediéndose. Uno de ellos le pega al otro sin motivo aparente y éste, después de varias agresiones, se defiende y tira al agresor al suelo. Una pelea que podría ser considerada común si no fuera por las entrevistas que vinieron a público después.

El padre y la hermana del chico que se defendió fueron entrevistados y sus posiciones fueron graves y deben ser analizadas con atención.
La hermana sabía que su hermano, hace mucho tiempo, sufría bullying en la escuela. No hizo nada para evitar que esta situación continuase, no fue a la escuela, no denunció lo que estaba sucediendo, no lo apoyó, solamente le dijo que tenía que defenderse. Y dijo que ella también ya habría sufrido bullying  cuando estudiaba.
El padre, este un caso mucho más grave, no sabía nada de lo que estaba sucediendo a su hijo. ¿Cómo esto es posible?  Demostró que no conversa con su hijo y no tiene ningún vínculo con la escuela que su hijo frecuenta. ¿Será qué conoce a los amigos de su hijo?  ¿Sabría que su hijo, realmente, no tenía amigos? ¿Cuál es la expectativa de este padre en relación a su hijo?  Curiosamente, ninguna de estas preguntas le fue formulada. El reportero ya tenía una opinión formada para pasar para el público, y dirigió las preguntas para los puntos de su interés.
Debemos analizar la causa por la cual tantas personas en todo el mundo consideraran que este adolescente es un héroe. ¿Por qué la prensa no entrevistó a los educadores involucrados para preguntarles cómo no notaron lo que estaba pasando dentro del ambiente escolar? Viendo la entrevista del agresor, notamos que también debe sufrir bullying en la escuela. Parece un niño también con problemas y muy confundido.  Su padre (soltero) está altamente movilizado por el hecho ocurrido y por la angustia de saber que su hijo puede ser estigmatizado, ya que millares de personas se colocaron a favor del agredido que se defendió. ¡Una completa confusión! Pero vamos a intentar entenderla.
La base del bullying es esencialmente el prejuicio. Los adolescentes se refieren los unos de los otros como “aquel gordo”, o “aquel flaco”, y con otros epítetos. Son prejuicios que deberían comenzar a desaparecer alrededor de los 7/8 años. Comienzan a surgir a los 4/5 años (período simbólico/intuitivo) y con la entrada en las operaciones concretas deben ir desapareciendo. Pero lo que vemos son adolescentes altamente prejuiciosos, probablemente porque sus familias son también prejuiciosas. Ningún adolescente permanece con un prejuicio si no tiene el refuerzo de su familia.  Negligencia es otro hecho que da espacio para la permanencia de prejuicios, porque es una posición mental en la cual nadie reprime o presenta otras posiciones para que haya un cuestionamiento por parte del adolescente. Para promover el desarrollo de la moral, tenemos que trabajar con los niños en dinámica de grupo, para que pasen de la heteronomía (recibir órdenes externas) y puedan llegar a la autonomía (crear las órdenes).
No sé si estoy entendiendo, pero lo que me impresiona es que millones de personas piensan que el adolescente es un héroe porque se defendió. Ya imaginaron si esto pasara con todas las personas y devolviéramos las agresiones que sufrimos todos los días. ¿Será que él debería defenderse? ¿Dónde estaban los adultos? ¿Dónde estaba la familia? ¿Dónde estaban los Profesores?
Hay un momento para todo (desarrollo). En las primeras etapas del desarrollo, los niños devuelven las agresiones porque, del punto de vista de la moral, sólo entienden “diente por diente ojo por ojo” – hacen algo conmigo tienen la retribución. Pero con el desarrollo, los niños y adolescentes van entendiendo que existen normas y, que el habla, puede utilizarse como defensa en muchas situaciones. Además, ya es posible discernir lo que fue hecho de propósito y lo que fue hecho sin intención (el famoso “sin querer”). En las primeras etapas del desarrollo mental, que van hasta los 4/5 años, todo se interpreta como siendo “por querer”. No existe la causalidad (no entiende). Cuando el niño cae, alrededor de los tres años, quiere pegarle al suelo por pensar que tuvo  intención de lastimarlo.  Después de esta etapa comienza a notar que, a veces, puede lastimarse sin que haya intención.
Cuando vemos esta aprobación incondicional de devolver la agresión, todo nos lleva a creer que las personas están pensando como niños de 7/8 años de edad de desarrollo moral. Y ¿por qué este atraso? Porque nuestra sociedad es muy atrasada. Precisamos aún de personas vigilando o leyes altamente delimitantes de posturas, para no hacer cosas contra el prójimo y contra la sociedad, aun cuando el sentido común debería prevalecer evitando ese tipo de cosas. Y aun así, es complicado hacer con que sean cumplidas.
Deben preguntarse entonces ¿qué se debería hacer?
Evitar que la situación se establezca, creando condiciones para que haya desarrollo de la moral del adolescente. Eso exige la interferencia de los adultos, de los padres, de los hermanos mayores y de los educadores (profesores y gestores escolares). Orientación, atención a las familias y a los principales involucrados – niños y jóvenes. Orientación en clase y observación del comportamiento. Utilización de metodologías de combate a esa práctica tan diseminada, el bullying.
 Llegamos, por lo tanto, a la siguiente conclusión: o desarrollamos la moral o no hay solución. Escenas como esta se repetirán e incluso otras peores podrán ser vistas. Si no creamos una estructura sólida en nuestra sociedad, vamos a continuar haciendo enmiendas y reparos en la base del navío, pero este se va a hundir.
Beta

Nenhum comentário:

Postar um comentário