sexta-feira, 8 de abril de 2011

Ser madre es padecer en el futuro


Según un antiguo dicho popular “ser madre es padecer en el paraíso”, y en el caso de la elección de la educación de sus hijos, esto es una verdad fundamental. Sobre los hombros de las madres, casi que exclusivamente, reposa la responsabilidad de escoger la escuela de sus hijos, casi siempre hasta los primeros años de la enseñanza fundamental. Y aun pudiendo pagar por eso, es difícil determinar lo que será mejor para ellos, principalmente cuando se sabe que es en esta etapa que están en curso las primeras etapas del desarrollo, que serán responsables de mucho de lo que va a suceder el resto de su vida. Una situación como esa se compara a aquélla a la que estaban sometidos jóvenes de 16 años, tiempos atrás, cuando eran convocados a decidir, sin cualquier base consistente, lo que serían por el resto de sus vidas en términos profesionales. En cualquiera de las dos circunstancias, la probabilidad de error es grande.
Sin un lastro de conocimiento que permita un análisis más profundo, normalmente las madres (o responsables) escogen generalmente escuelas que tienen un nivel de exigencia muy grande. Pero, ¿para dónde apunta ese nivel de exigencia? Invariablemente para la adquisición de enormes volúmenes de contenidos, que transforman la vida de cualquier persona en un infierno, por otro lado no agregan nada en términos de desarrollo de la inteligencia – elemento fundamental hoy y para el futuro. Normalmente el niño es “ahogado” en una enorme cantidad de ejercicios, la gran mayoría dedicada a la “fijación” de elementos que no tendrán cualquier utilidad futura. Hay una sensación general de que “aprender es sufrir” y eso es una falacia montada a lo largo del tiempo, y aceptada hasta los días actuales. ¡En  nuestra sociedad, trabajo aún es considerado un dolor! O sea, la gran mayoría de las personas trabaja en áreas que no les gustan, razón por la cual son tan valorizados los feriados, finales de semana, “happy hours” y otros subterfugios para crear un intervalo entre los momentos de sufrimiento y la vida como debería ser, en el entendimiento de quien piensa así. Escuela ser lugar de sufrimiento no es difícil de incorporar para las personas que sufren trabajando. Pero no precisa ser así. Por todo lo que sabemos en los días actuales, ¡no puede ser así!
Lamentable es no haber un “Curso para ser Madre” o un “Curso para Escoger la Escuela de su Hijo”. Y es fundamental entender el proceso como un todo para poder desarrollar las competencias necesarias para realizar las opciones adecuadas. Ser madre, hoy, es para profesionales, y  buenos profesionales. El problema fundamental es: ¿en qué mundo estarán viviendo nuestros hijos y qué es lo que ellos van a precisar saber en él? Mi padre, el profesor Lauro de Oliveira Lima, piensa que lo que toda madre debería hacer sería leer Ficción Científica para entender lo que podrá estar sucediendo en un futuro ignorado pero previsible y que hasta puede ser proyectado en algunas circunstancias. Eso porque todas las cosas que ya conocemos, y en las cuales creemos firmemente por refuerzo constante, no servirán para formar a las generaciones que están deparándose con el desafío de vivir en un mundo completamente diferente.
Eso porque lo que fue, durante mucho tiempo, “fijado” (palabra que siempre me recuerda el acto de prender alguna cosa en la mente de alguien, usando herramientas medievales) en la mente de los niños y adolescentes, será tarea de los grandes bancos de datos, integrados en nubes (cloud computing) y accesibles desde cualquier lugar, a cualquier momento, por gadgets cada vez más reducidos y portátiles. Los datos estarán disponibles.  La habilidad de tener acceso a ellos va a ser importante y la de utilizarlos, será vital. En la cabeza, habrá lugar para la inteligencia y la creatividad. Esos dos elementos, asociados al desarrollo de la moral del individuo, darán condiciones de sobrevivencia en un mundo que aún no tenemos idea cómo será. Imagine a su hijo hoy, con 5 años y colóquelo veinte años en el futuro. Será un adolescente, caminando para la etapa adulta, y precisará estar apto a corresponder las demandas. ¿Qué va a colocar en su mochila? ¿Todas las informaciones sobre cuáles son los afluentes del Río Amazonas? ¿La Tabla Periódica de los Elementos memorizada? ¿“Os Lusíadas”, memorizado para ser declamado cuando se lo soliciten?
Una cosa interesante de observar es que la madre, en muchos casos, escoge la forma de educar considerando su perfil personal y sus creencias y valores y no los de su hijo. No funciona. Cada individuo tiene sus peculiaridades, pero ¿cómo explicar eso? Hay aún una fuerte tendencia de considerar a la genética en esos casos, lo que ya se mostró poco eficaz. En verdad el perfil de madre precisa ser más estudiado por todos, y si eres madre precisas definir cuál es el tu perfil y si deseas modificarlo. Eso va a ayudarte bastante en la interacción, para reconocer tus características. Existen muchos perfiles, y a continuación puedes verificar en cuál te reconoces:
- Exigente: Aquélla que determina un modelo y no cede aunque que esté viendo que no es posible cumplir las metas.
-Indulgente: Aquélla que cede a todas los deseos de sus hijos aunque no concuerde completamente con lo que está sucediendo.
-Resistente: Aquélla que resiste bastante a ceder, tiene principios y aunque el niño sea perjudicado no cambia de opinión.
-Rendida: Aquélla que aunque pensando que no está haciendo lo más adecuado, hace lo que los hijos quieren aunque se sienta perjudicada.  Puede comprar objetos que tendrá dificultades para pagar.
-Habilidosa: Aquélla que hace  concesiones, pero  dirige a los hijos hacia donde ella quiere. Piensa que debe  convencerlos en vez de darles una orden directa.
-Guerrera: Aquélla que lucha de todas las formas para atender los deseos de sus hijos. Aunque con sacrificios de la familia.
-Amorosa: Aquélla que piensa que todo lo resuelve con cariño y que las cosas estarán bien se ella es afectiva con los hijos.
-Negligente: Aquélla que dice y no cumple, deja a los hijos esperando y no llega nunca. No se preocupa con lo que los hijos piensan sobre ella.
-Perfecta: Aquélla que sabe todos los modelos y no quiere que nada salga de su dominio.
-Adolescente: Aquélla que abandona, que quiere estar vestida como sus hijos y con la programación de ellos. El “no” nunca se usa.
-Protectora: Aquélla que piensa que sus hijos tienen siempre razón, los otros son mal educados y están siempre causando daños a sus hijos.
-Agresiva: Aquélla que pelea y discute con sus hijos delante de los otros a veces humillándolos, no espera para dar las puniciones con equilibrio.
-Equilibrada: Aquélla que juzga las acciones con calma y pune rigurosamente por los hechos sucedidos.
-Religiosa: Aquélla que quiere transmitir su fe a los hijos, independiente de sus opciones.
-Madre-Abuela: Aquélla  que actúa como una abuela. Les da siempre la razón a los hijos y coloca los problemas en  otros niños. No acepta ningún tipo de represión a los hijos.

Estos son algunos tipos que recordé. En mi gran actividad de atención a los padres en la Escuela fui levantando los tipos para poder ayudarlos a actuar mejor con sus hijos. Conseguir que un hijo sea autónomo e inteligente es una tarea que tiene que ser compartida por la escuela y la familia. Ve si te reconoces, si combinas con varios tipos.  Si encuentras otro perfil mándame decir. Manda tu comentario.
Beta

Um comentário:

  1. estoy muy feliz de ser madre, creo que la frase la comparto mucho y es todo una tema la educacion a los hijos.. mi nena tiene 15 años. ahora estamos buscando salones para fiestas y todo es un camino por recorrer

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