quinta-feira, 3 de fevereiro de 2011

Educando para un futuro desconocido

“Para Jean Piaget, la Ciencia era el aspecto actual de la evolución, y la Educación no debería contrariar la tendencia de la Biología para la permanente evolución. Con Piaget, la Educación adquirió un nuevo objetivo: desafiar las nuevas generaciones al criticar al sistema y las formas socioculturales estratificadas, para perfeccionarlas. Ya que “la rebeldía de la juventud es un síntoma de su salud mental” (Lauro de Oliveira Lima).

Cuando Lauro creó el método psicogenético se preocupó en no dejar de lado ningún aspecto relevante de la multiplicidad de las líneas de desarrollo. Como podemos percibir por primera vez en la historia de la educación, el objetivo es el comportamiento global (motor, verbal y mental) del alumno y no los contenidos (currículos y programas). Lauro fue enfático para no dejar dudas, ya que este aspecto del contenido en su método es apenas el trigo mueve la máquina de moler. La máquina sí es importante, porque es la inteligencia.

Estamos, en el método psicogenético, siempre cuestionando a nuestros alumnos sobre todo lo que hacen y preguntado cómo llegaron a aquel razonamiento.  Si el niño o adolescente no sabe explicar (lo que sería una toma de conciencia) por qué realizó determinada acción para obtener aquel resultado, probablemente la inteligencia no fue puesta en funcionamiento.

Siempre cuestionando el papel de la escuela en la formación del niño, Lauro de Oliveira Lima comenta que, durante más de dos mil años, desde Grecia hasta nuestros días, la escuela se dedicó al binomio ejercitación y evaluación, con el propósito de grabar en la memoria de los alumnos los conocimientos presentados. Pero perdió, totalmente, la función de grabar, frente a las nuevas tecnologías. A partir del descubrimiento de la prensa, que muchos profesores aún no incorporaron, la función de almacenar tiene otro depósito. Lo que debía realizarse mentalmente, ocupando la mayor parte del tiempo de la llamada “enseñanza”, pasó a ser función de  medios y equipamientos. Decenas de nuevos medios de  guardar los conocimientos está disponible actualmente, realizando con mucha más eficiencia esa tarea: fotografías, películas, HDs de terabytes, pendrives cada vez mayores y, por último, los ambientes de backup en “cloud computing”, poniendo, prácticamente, cualquier información, casi que instantáneamente, a disposición del usuario. Por otro lado, la tecnología ha conseguido construir máquinas que sustituyen, con ventaja, muchas de las habilidades humanas.

Dice Lauro: “Por eso, me parece que ya no tiene mucho sentido dedicar veinte años de vida a la tarea de almacenar conocimientos que pueden ser prontamente obtenidos en los bancos de datos, y a adquirir habilidades (cálculo, p.ej.), donde las máquinas nos superan.” Entonces, ¿qué sobra para la Escuela? Desarrollar la inteligencia para que los niños puedan utilizar todos los datos que están a su disposición. El lema de Lauro para la escuela es ENSEÑAR A APRENDER. Y es con esta perspectiva que entra la inmensa obra de Piaget, que dedicó la vida a descubrir cómo funciona la inteligencia.

La orientación de Lauro es que los profesores y padres estudien ficción científica para entender el universo dónde sus hijos y alumnos vivirán. No debemos educar para el aquí y ahora. Los jóvenes saben más del futuro que los adultos.

Es del Prof. Lauro de Oliveira Lima el pensamiento:
“El conflicto de generaciones es el conflicto entre el HÁBITO y la INTELIGENCIA en FORMACIÓN; el ADULTO representa el HÁBITO, y el JOVEN la CREATIVIDAD. El conflicto de generaciones revela, así, un complot de los adultos contra la INVENCIÓN y el DESCUBRIMIENTO. Así se frustra la “INTENCIÓN” del proceso EVOLUTIVO que es fabricar un animal cuyo comportamiento sea siempre INVENTADO (libertad).
Beta

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