Nos dieron una PISA (paliza)
“Pisa” (paliza), en el “lenguaje” de los nacidos en el estado de Ceará, significa que los padres les pegan a sus hijos. Dar una “pisa” significa dar una paliza, colocar al “gurí” en su lugar. Y fue, exactamente, eso lo que el resultado del examen PISA le hizo a Brasil, que aparece en el 53º lugar, entre los 64 países evaluados.
No vamos aquí a discutir lo que no se discute. Estamos mal, y ya lo sabíamos. No vamos a alcanzar las metas proyectadas aunque que continuemos subiendo aún después de lo que dijo nuestro Ministro da Educación, que consideró que hicimos bastantes cosas en esta década. Lo más grave es que nadie piensa con creatividad para superar esta marca de atraso que nos acompaña desde siempre. Tenemos aún analfabetismo, lo que ya es muy grave y millares de brasileños dicen que la matemática “no les entra” en las cabezas. ¿Qué vamos a hacer? ¡Todos piensan que hacer con que la enseñanza sea más eficiente es obligar a los jóvenes a saber de memoria los contenidos específicos de cada año! Esto no resuelve el problema. Ni con un milagro, que Brasil suele fabricar, no conseguiremos llegar a los índices estipulados por los modelos internacionales. Y aunque consigamos llegar, estaremos mal. ¿Por qué? Simplemente, porque esos índices miden contenidos adquiridos y no desarrollan la inteligencia. Tenemos que centrarnos en el desarrollo cognitivo de nuestro pueblo. Cuando un estudiante dice que la matemática no le entra en la cabeza, no tiene la menor noción de que está afirmando que no sabe pensar, ya que la matemática no es un contenido: es el propio pensamiento. Nada de lo que pensamos está fuera de la matemática. Estamos siempre haciendo una actividad matemática en nuestro cotidiano. Clasificamos, o seriamos, u ordenamos. Toda hipótesis que levantamos es matemática y toda la gramática también es matemática.
Tenemos que analizar porque los alumnos, sabiendo leer, no saben interpretar un texto. Eso sucede porque no hay lógica en el pensamiento, leyendo apenas los fonemas. Es una lectura totalmente funcional. Una pregunta repetida ¿cuál es la causa para que el número de periódicos, revistas y libros impresos no aumente en nuestro país? ¿Por qué nadie lee? La lectura debería ser la base de todas las escuelas y actividades. Pero los profesores actúan como si la prensa aún no hubiera sido inventada. No se discute nunca metodología, sólo estadísticas. El nivel de nuestro alumnado no mejorará con las estadísticas, pero éstas son útiles para darnos la dimensión del bajo nivel actual. Tenemos que formar a los profesores/maestros, Pero, ¿cómo hacerlo sin darles cualquier incentivo para su carrera? La gran mayoría está constituida por aquellos que no tuvieron oportunidad en otras áreas y terminan optando por esta profesión tan desmoralizada y bastante sacrificada. Los mejores van para áreas más conceptuadas y mejor remuneradas. Los profesores tienen el coraje de colocar un plástico en sus coches que dice “¡Venceré aun siendo profesor”! El gran problema es cómo mejorar la cualificación, la autoestima y la percepción del valor de nuestra sociedad para una actividad profesional tan importante y estratégica para el crecimiento de nuestra nación. ¿Alguien ha pensado en esto con seriedad?
No habrá escuela o sistema escolar realmente dignos de evaluación en alto nivel mientras no tratemos, cuidadosamente, de la mejora de las condiciones de los profesores/maestros. En una analogía simple, ¿cómo es posible que un restaurante sea conocido por su buena comida si los cocineros son mediocres? La Educación está dentro de nuestros alumnos, pero sólo aparece cuando las pruebas se realizan. Debería ser evaluada todos los días. Cada profesor sólo debería salir de la sala de aula después de realizar la evaluación de la actividad que ejerció, para que se preocupara con lo que sucedió durante aquel momento mágico. Es fácil decir “yo di la clase, los alumnos no quisieron aprender”. Fácil, pero con un alto costo para todos los participantes, siendo el precio más alto el pagado por los alumnos. Punir y reprobar alumnos porque “no quisieron aprender” es la forma usual de llevar adelante el proceso. Realmente, ¿cuál es la punición del profesor/maestro por no conseguir ejercer su función? El profesor/maestro debe enseñar; cuando no enseña, ¿qué debería hacerse?
Nuestro Ministro de Educación, Fernando Haddad, está satisfecho con el progreso de estos 10 años. Nosotros, brasileños, no. No, porque nuestra enseñanza es una de las peores del mundo. En el ranking entre 65 países estamos en 57ª posición en matemática y en la 53ª en lectura. Y en ciencias, 53ª. ¿Cómo podemos producir tecnología? ¿Cómo podemos incentivar la Innovación, discurso diseminado entre agencias de fomento, ONG, entidades y empresas diversas? Aun habiendo algunas escuelas “un poco mejores”, las escuelas públicas, que representan, realmente, nuestro sistema, son pésimas. No podemos, digo nuevamente, mantener un sistema ortodoxo de enseñanza si pretendemos llegar al nivele el cual los países desarrollados ya están. Precisamos un cambio de paradigma, porque no vamos a tener la cantidad de dinero que era esperada del PIB. La nueva presidenta Dilma ya dijo que no la tendremos. El MEC va a tener que trabajar con lo que ya tenía y sólo en 2020 tendremos cambios del orden de 5% a 7%. Es así que notamos la importancia que se le da a la educación en nuestro país. Tenemos todas las estadísticas mostrando una situación caótica, pero nadie encuentra la fórmula mágica para hacer los cambios que deben y precisan ser radicales. ¿Será que nadie entiende que sin educación NO HAY DESARROLLO SOSTENIBLE?
Educar al pueblo es la tarea más socialista que existe. Pueblo educado construye la democracia y produce dinero. Señora Presidenta, deje de pensar tanto en economía y piense más en educación. Sólo así tendremos una gran nación respetada por nuestros iguales.
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