segunda-feira, 6 de fevereiro de 2012

Separación: formas de actuar con lucidez


La separación y los niños, ¿qué hacer?...

    Se ha convenido que la separación de los padres afecta a los niños de forma grave e irremediable, pero eso no es necesariamente una verdad absoluta. En la mayoría de los casos, las relaciones de los padres están tan desgastadas que el fin de la relación de alguna forma trae calma y organización para el ambiente familiar, lo que ya es algo a favor ya que mejora la calidad de vida para todos, pero principalmente para los niños. Las cuestiones afectivas deben resolverse de la forma más madura posible, sin que las otras cuestiones prácticas de la vida queden pendientes como, por ejemplo, las financieras, porque los niños precisan estar amparados para que la vida continúe independiente de la decisión de sus padres sobre vivir o no juntos. No se puede confundir las cosas, como normalmente sucede, cuando los padres colocan a los niños exactamente entre ambos, sometidos a situaciones para las cuales no tienen estructura ni nivel de desarrollo para comprenderlas y soportarlas. Las secuelas, en esos casos, son muchas. Los niños tienen que ser protegidos, porque no son responsables de la relación de sus padres – por increíble que eso pueda parecer para muchos – y, antes de más nada, los padres aunque separados, continúan a ser sus padres.
Los niños deben ser comunicados de la separación, aunque probablemente ya lo saben debido a su gran sensibilidad. El padre y la madre deben conversar con ellos, y colocar, con claridad, lo que está sucediendo y lo que va a suceder de ahora en adelante. Es importante saber que los niños hasta los 4/5 años no entienden todo. Van a volver a cuestionar, y deben tener sus preguntas respondidas siempre que sea necesario. Después de los 7/8/9 años, ya en el período Concreto del pensamiento, van a entender mucho mejor la situación, y ya teniendo un poco de noción de tiempo, van a sufrir un poco más aún. Que no le parezca natural que el niño se quede callado, porque eso puede ser cómodo para los adultos que no quieren hablar más sobre el asunto pero es pésimo para el niño. Hablen y permitan que ellos hablen sobre el asunto, aunque sea sufrido para quien los oye, porque es en ese momento que hacen el llamado “juego de liquidación”, que ayuda a resolver las cosas que les están pasando. Evite, a todo costo, sentir rabia y decirle a los niños: “ya te dije”, “ya te expliqué”, porque ellos lo saben pero quieren oírlo nuevamente para ver si tienen una noticia diferente.
Tanto la casa de la madre, como la del padre, en esta nueva etapa de la vida, deben ser organizadas para los niños, porque ellos tendrán ahora dos ambientes diferenciados para vivir. Pero, como el niño es único, evite que tenga cosas muy diferentes en cada una de sus “nuevas casas”. Debe llevar los juguetes que quiera y traerlos cuando regrese, de un lado para el otro, lo mismo sucediendo con las ropas y objetos personales. Eso debe ser así hasta que se fije en algunas cosas de cada casa.
Un cuidado muy grande debe ser tomado para que el niño no modifique su nivel social entre una casa y la otra, porque ellos no entienden porque en la casa del padre hay una televisión maravillosa y en la de la madre la televisión es antigua, sin la tecnología que está acostumbrado a ver cuando visita al padre. Y viceversa.
 Es importante también evitar “comprar” al niño, porque en el futuro podrán quedarse muy tristes si el niño les ve (padre o madre) como un banco. Denle afecto y permitan que el niño conquiste todo lo que quiera, porque la separación los transforma en “pobrecitos”. ¡Ellos continúan con sus padres! Eviten hablar mal del otro delante de los niños, porque pueden no querer más a quien fue su compañero, pero el niño lo quiere y no le gusta, realmente, verlos alejados. No empeore aún más las cosas...
   Finalmente, cuidado con aquella antigua manía de “prohibir” al niño de comentar la separación en su ambiente, con los amigos, en la escuela y condominios, porque eso resulta en problemas, con seguridad.
Sé que es muy difícil para los adultos, pero es necesario que veamos que los niños tienen toda una vida por delante, y nuestra seguridad y protección les indicarán  los mejores caminos.

Despertando en su hijo el gusto por el estudio.


El gusto por el estudio es un hábito que debe ser construido...


¡ESTUDIAR! palabra funesta para muchos cuando debía ser un placer. ¿Cómo llegamos a esta situación? Y son generaciones que piensan que la obligatoriedad de estudiar es una cosa horrible, por los más diversos motivos, pero siempre conduciendo las cosas para la impresión de que “estar a la moda” es no estudiar, huir del estudio ... Así todo se complica, pero podemos actuar en el sentido opuesto también y, quién sabe, en el futuro, todo cambia. Y es necesario que  cambie, porque de lo contrario el futuro será muy complicado en una sociedad del conocimiento que evoluciona de forma impresionante a cada día.

Pero, ¿cómo conseguir que a su hijo le guste estudiar? No estamos aquí hablando de los “deberes de casa”, sino de ESTUDIAR realmente. Deberes generalmente son aburridos, una continuación de lo que fue visto en la escuela y que no despierta el necesario interés, siendo realmente una de las peores “obligaciones”. Para empezar a estimular a los niños  y adolescentes a estudiar, crie un ambiente propicio, con material para este fin, y organice un horario determinado y fijo, para que todo suceda realmente. No permanezca junto a su hijo, haciendo, con él, la tarea. Permita que haga lo que consiga, y lo que falte tiene que ser visto por la escuela, que deberá verificar la secuencia de desarrollo para poder completar los déficits, en caso de que los haya. La escuela es la responsable por el aprendizaje, y le cabe a ella crear la motivación.

Mesa, lápiz, bolígrafos, pintura, tijera, revistas, periódicos y libros además de la computadora pueden ser facilitadores de esta actividad. Verifique siempre al finalizar el día lo que realizaron, no para cobrar, sino para mostrar el interés que usted siente por lo que está aprendiendo en la escuela. ¿Usted sabe cuáles son los conocimientos que serán desarrollados durante el año escolar? Pregunte para estar actualizado al conversar con su hijo. Comente los asuntos con noticias del día a día, haga comparaciones. No sea “didáctico”, porque es muy aburrido cuando los padres intentan enseñar, pareciendo que no lo hacen. Hable cuando sea necesario, directamente sobre el asunto en cuestión. Si usted no lo sabe, pregúntele a su hijo, pero sinceramente. Los niños se irritan mucho cuando los adultos les quieren dar a entender que no saben para que ellos parezcan sabidos. Los niños tienen mucho más consciencia que los adultos que los cercan piensan. Ellos notan perfectamente cuando están siendo engañados.

Crie el hábito de estudiar y promueva diariamente un pequeño horario para aprender cosas que no están directamente vinculadas al programa de la escuela, porque en estos casos el niño va a buscar el conocimiento directamente vinculado con su interés. Suscribir revistas, hacer colecciones, comprar libros sus intereses serán una indicación de lo que puede estudiar. Los libros no precisan ser sólo de literatura, pueden ser de conocimientos específicos como: el sol, la luna, naves espaciales, la Tierra, dinosauros, planetas, árboles, fenómenos, desiertos, descubrimientos, invenciones, ciudades, etc... No se preocupe en dar asuntos. Al principio, son temas genéricos y poco a poco van a especializarse y cambiarán de asunto y se transformarán en generalistas. Muéstreles apenas los caminos dando subsidios para el estudio. Algunos programas de televisión o una investigación en la computadora pueden ser elementos disparadores.

Entienda que crear un hábito exige tiempo y precisa de ritmo. No sucede de la mañana para la noche. Elogie y muéstrele que está interesado por lo que estudia.  Muestre todo lo que está sucediendo en el mundo relacionado con lo que él escogió para estudiar. Coloque un mural en el cuarto o en un corredor de la casa para fijar noticias y fotos sobre lo que está estudiando. Todos los integrantes de la familia deben saber cuál es el tema que le interesa al niño. Coloque en el cuarto un pizarrón para que pueda escribir o hacer anotaciones. Sugiera también un cuaderno de memorias intelectuales donde podrá anotar o pegar recortes de todo lo que desee sin correcciones o interferencias de los adultos.

Recuerde que estudiar es muy bueno y todos pueden ser estudiosos, bastando para eso  que la familia cree el ambiente favorable. No permita el niño crie el modelo mental de que sólo se estudia aquello que nos es impuesto, porque eso endurece su percepción del mundo.

La Escuela y la Familia



Existen algunos fenómenos que sólo se explican después de mucha investigación sobre cosas que son obvias. Uno de ellos es el hecho de que la familia (y por lo tanto toda la sociedad) ha cambiado constantemente a lo largo de los años, y la escuela permanece congelada en sus estructuras. ¿Cómo eso puede suceder? ¿Por qué existe esa combinación? La única explicación plausible es que la familia deja, a cargo de la escuela, lo que llama de educar. Una especie de “carta blanca” para hacer lo que quiera, ya que nadie sabe, realmente, qué hacer. El problema es que, definitivamente, la Escuela no está habilitada para esa tarea, y eso está quedando más y más claro a cada día.

La escuela, a lo largo de su camino, siempre fue una trasmisora de conocimientos y quiere continuar así, a pesar de toda la tecnología que modificó este papel que le pertenecía solamente a ella. La familia a su vez se reestructuró de diferentes formas y ya no tiene aquel modelo del siglo XIX, donde la madre - la “reina del hogar”  - permanecía en casa, con la tarea de resguardar a los hijos y transmitir las normas básicas de educación. Hoy las madres son tan profesionales como los padres y están lejos de casa tanto como la figura masculina. Y los padres hoy no están tan presentes, como queda en evidencia al observar el número de separaciones de parejas que aumenta cada vez más. En otros casos, la llamada “producción independiente” asumida por las mujeres elimina la figura paterna del contexto doméstico. Entonces ¿cómo organizar el nuevo papel de la Escuela en tiempos de cambios?

La Escuela ahora tiene que desarrollar a los niños y adolescentes para que sepan pensar y buscar el conocimiento, que está al alcance en los medios electrónicos. La Escuela debe llevar a los niños de la “dependencia” total a la independencia. Es un nuevo modelo, que aún deberá ser asimilado por las familias, que saldrá de sus estructuras formateadas en los siglos XIX o XX, pero que aún no consiguen ver a la Escuela con este nuevo papel. Es muy difícil aceptar el cambio, porque lo que conocemos es más fácil aceptar, aunque sepamos que no es lo mejor.

Una escuela para los nuevos tiempos debe ser un elemento creativo, modificador del niño y de su familia. Y como la familia tiene una enorme dificultad para modificarse, la resistencia a nuevos modelos se aplica a todo, incluso a la escuela. O hasta más a ella, porque la familia intenta, de todas las formas, mantener su equilibrio, aunque precariamente. Cuando el modelo de la escuela exige una mayor participación de los padres en el proceso, la desconfianza se instala, porque el sistema tradicional casi que ignora la presencia de los mismos – salvo cuando las cosas llegan a un punto irremediable. La familia se siente sobrecargada y los suficientemente ocupada  para entregar a la escuela todas las responsabilidades del proceso educacional – cognitivo y emocional – de sus hijos, pero eso no funciona, como puede ser fácilmente constatado.

La sociedad se modificó y los niños, actualmente, están expuestos a una gran cantidad de informaciones, y siendo así, nuevas reglas y valores deben ser establecidos. Los derechos que los niños  adquirieron son aún muy confusos para las familias. Tienen exageraciones y negligencias, todo mezclado. Abandono y sobreprotección   aparecen juntos y mezclados, muchas veces dentro de una misma familia.  Normalmente la sobreprotección es la falta de crédito (no creer en los dicen) que la familia les da a los niños y adolescentes,  sin dejar que crezcan para la sociedad. Lo mismo sucede en las Escuelas que piensan que los niños precisan ser vigilados, no permitiendo que se formen las sociedades infantiles. Parece haber un complot entre las familias y la Escuela para no permitir que los niños se desarrollen.

La familia debe entender que sus hijos no son sus propiedades y los adultos no deben descargar tensiones y  frustraciones cuando están con ellos. Deben saber administrar dificultades, ansiedades, conflictos y resistencias. Son factores que ocurren y deben ser vistos y entendidos para resolverlos. Los niños no están queriendo competir con sus padres, quieren saber cuáles son las órdenes establecidas y cuáles deben realmente ser obedecidas. Permitan que los niños demuestren sus sentimientos. Los adultos también deben  demostrarlos  para que los niños no piensen que estas personas son súper mujeres o súper hombres. Cuidado para no confundir al niño con sentimientos antagónicos.

Llegamos entonces al gran impase. ¿Cómo modificar la Escuela si la familia busca un modelo arcaico que ella, sus padres y abuelos ya conocen? Es la sociedad que a través, se sus  exigencias, obliga a realizar estas modificaciones. Esperamos que esta demanda sea urgente.

quarta-feira, 18 de janeiro de 2012

¿Quién puede cuidarlos más y mejor?




                 La sociedad está preparada para los niños? ¿Tenemos en nuestras casas un lugar que sea, realmente, destinado a ellos? No, es la respuesta más frecuente. Normalmente, los niños permanecen relegados a sus pequeños cuartos, donde casi nunca existe un lugar para jugar.
                Claro está que esto no sucede por maldad, sino por desconocimiento de las necesidades infantiles, de lo que efectivamente puede influenciar su desarrollo. Si los padres no saben el nivel mental de sus hijos, ¿cómo van a saber organizar su cuarto? También es difícil saber cómo reorganizar el ambiente para acompañar el desarrollo del niño y del adolescente. Lo que más se ve es el padre viendo a su hijo como se fuera un “adulto en miniatura”, lo que es totalmente equivocado.
                Una información importante para los padres es que deberían cambiar, por lo menos cinco veces, la configuración del cuarto durante el crecimiento del niño, porque lo que existe en un cuarto de un bebé (Nivel Senso-Motor) no le interesa a un niño que esté en el Nivel Intuitivo, con 4/5/6 años. Son niños completamente diferentes y con intereses totalmente diversos. Los juguetes cambian, las camas cambian y los libros también. Entonces, para educar a un niño es fundamental saber lo que ese niño piensa. Nuevas preguntas deberían surgir, como, por ejemplo saber si precisa de una mesa, qué juegos deben ser comprados, quién debe acompañar ese proceso...
                El período diario donde el niño pasa la mayor parte del tiempo es dedicado a la Escuela, donde encuentra su mejor juguete, según Piaget: otros niños. Pero ¿y el período en que no está en la escuela? Ya discutimos el papel de las cuidadoras aquí en el blog, principalmente por su falta de formación, lo que causa problemas. La falta de conocimiento es más grave en el trato con los niños pequeños. Los padres, en los días actuales, realizan una alta actividad productiva, en un mundo competitivo y dinámico, inestable y evolutivo, lo que casi elimina la posibilidad de un foco mayor en esa delicada situación. Entiendo que hoy, por fuerza de lo que fue dicho anteriormente, nos lleva a la figura de los abuelos, que durante mucho tiempo fueron dejados de lado por ser considerados antiguos. El cambio del concepto se da por varios motivos, siendo el principal el hecho de que las personas están siendo abuelos cada vez más jóvenes. Los hijos tienen hijos cada vez más jóvenes, y eso creó una nueva condición, que precisa ser bien aprovechada por las familias. Es necesario que los hijos de padres con más edad evalúen bien cómo fueron adecuadamente educados, a tal punto de ocupar puestos tan importantes que no les deja tiempo para cuidar de sus propios hijos. Y siendo así, ¿qué les impide de repetir el modelo anterior que funcionó tan bien? ¿Cuál es el problema de que un hombre saludable – o mujer – de 60 años, bien informado, bien instruido, con tiempo disponible, salga en busca de la mejor escuela para su nieto? Seguramente, por el alcance de los medios de comunicación actuales, sería mucho más capacitado para actualizarse, encontrar nuevos modelos de educación, investigar a fondo la escuela de su nieto, y ofrecer resultados superiores en términos de calidad de la elección. Frente a los desafíos, es un hecho casi natural que el hombre busque encontrar los medios de enfrentar los problemas que le son presentados por la vida. Seguramente los abuelos tendrían una respuesta fantástica para dar, si fueran invitados a hacerlo. Y con tiempo para trabajar en el asunto.
                Tenemos que entender que cuidar de los niños exige competencia, no importa la cantidad de tiempo que lleve. No podemos descuidarnos. Los niños absorben con mucha rapidez las enseñanzas que se les da y no es sólo el sentido común que atiende a esa situación. Hoy, sabemos mucho sobre el psiquismo humano y sobre la forma cómo los niños reaccionan durante su desarrollo. Por ejemplo, sabemos que los prejuicios comienzan a formarse alrededor de los 4/5 años y es vital que exploremos situaciones que no permitan la aparición de los mismos. ¿Cómo hacerlo? Seguramente no quiere un hijo que tenga prejuicios, pero cómo no pasar los nuestros para él? ¿Qué cuentos contarles, por ejemplo. Ya sabemos que existen cuentos para todos los niveles de desarrollo mental, y no podemos cometer el error de contar un cuento esperando que haya algún resultado, cuando el mismo no es adecuado al nivel mental del oyente. Los niños antes de los 6/7/8 años no entienden cuentos que no tengan una secuencia muy clara. En los juegos sucede lo mismo. Muchas veces el niño, al no entender una regla, parece tener un comportamiento caprichoso, pero lo que sucede es una total falta de entendimiento de la misma. Saber cuándo y cómo una acción dio resultado para el aprendizaje es fundamental para una educación de calidad.
                Conocer al niño, saber el momento y actuar de acuerdo con él es la esencia del proceso educacional. Y hoy, precisamos más que nunca de personas que se dispongan a entender esto para que nuestros niños puedan ser viables en el futuro.

quinta-feira, 12 de janeiro de 2012

RESPONSABILIDAD: ASUMA LA SUYA


¿Sabe decir NO? 

   Llegamos a casa, cansados después de un día de trabajo, con todos los problemas del mundo delante de nosotros, y viene nuestro hijo y nos dice que precisa conversar. Nos sentamos en el sofá y nos colocamos a disposición para la conversación.
 - Decidí algunas cosas para que mi vida sea como yo que quiero, y te voy a decir ahora lo que he pensado. ¿Preparada?
 - Puedes decírmelo, hijo.
 - Primero, no tomo más remedios para la bronquitis. El gusto es horrible, y me parece mejor tomar el remedio para el reumatismo que toma la abuela que tiene gusto de cereza.
 - Muy bien, ¿qué más?
 - No voy más a la fisioterapia porque me parece que el brazo que me fracturé está bien, e incluso voy a sacarme el yeso hoy cuando me bañe, como vi en internet.
 - Muy bien hijo, tú sabes lo que haces.
 - Y voy a pasar un tiempo en la casa de un amigo que vive en una choza para entender unas cosas que no aún no entendí. No me esperen en la Navidad.
 - Está bien hijo, Tú decides. La responsabilidad es tuya.
 ¿Es fácil así no? Pero imagino que las cosas no se desarrollarían de esa forma, porque las decisiones estarían siendo tomadas por alguien que, a los 10 ó 12 años no tendría condiciones de medir las consecuencias de sus actos.
 Sin embargo, al contrario de lo que podría suceder 20 años atrás, he visto muchos, muchos padres, permitiendo que los hijos decidan sobre la escuela en que estudiarán. Es una transferencia de responsabilidad grave, porque  determina el futuro de nuestros hijos y ellos no tienen la menor condición de hacer la opción más adecuada. Sería lo mismo que permitir que las cosas se desarrollasen como en el diálogo anterior, u obligar al niño a escoger su médico. Nuestro papel como padres y responsables es exactamente el de suplir aquello que los niños no tienen condiciones de hacer. Por eso existe la figura jurídica de “abandono de incapaz”, cuando exponemos niños a situaciones que no pueden resolver solos y corren riesgo de vida por esta causa.
 No hay, prácticamente, ninguna diferencia entre dejar a un niño trancado en el coche cuando vamos a hacer compras y permitir que decida sobre su futuro en un momento en que no tiene condiciones. Porque, después de tomado el camino, años después, cuando se constate el desastre, será muy tarde para intentar modificar la situación.
 El hecho es que, normalmente, reaccionamos rápidamente y de forma eficaz cuando vemos alguna consecuencia física, como una fractura o una lastimadura, o aún una tos o fiebre. Sin embargo, cuando estamos enfrentando el sufrimiento psicológico, las reacciones son más lentas o casi inexistentes. Y el sufrimiento existirá, en algún momento, si el niño hace la opción, y no el adulto. Si nosotros ya erramos bastante por falta de conocimiento, de tiempo, de interés objetivo, imagine alguien que no tiene los elementos mínimos para tratar del asunto con consistencia.
 Bueno, como educadora, recomiendo enfáticamente una postura firme en ese momento, con una decisión madura y orientada de los padres. La falta de valores y determinación traerá problemas, más temprano o más tarde. Llega un momento en que tenemos que, como padres, ser firmes y decir “¡vas a hacer eso”! Sino será más fácil decirle al hijo, cuando todo salga mal, “fuiste tú quien decidió”. Pero esto no es asumir la responsabilidad y tener que arcar con las consecuencias de la misma forma.
 Vamos escoger para nuestros hijos y decirles que tenemos la convicción de que es lo mejor para ellos en aquel momento. Escuela no es un ítem de consumo como ropa o zapatos, sino el elemento más importante en su formación. Es en la escuela que va a desarrollar las cosas esenciales, como la MORAL o la ÉTICA. Sólo la educación tiene el poder transformador en una sociedad. No elija la escuela apenas por la apariencia, vea principalmente la ideología.

La Elección de Sofía: la decisión cruel



Esta fue una película que despertó mi atención y que quedó grabada en mi memoria, por el dramatismo de tomar una decisión que puede definir la vida de quien amamos. ¿Cómo puede una madre escoger entre sus hijos, decidiendo su futuro? Aunque, en ciertas circunstancias eso sea inevitable, siempre es cruel.
   La vida nos coloca en situaciones sorprendentes, para las cuales no estamos preparados por lo inusitado de las mismas. Escoger una escuela es una de aquellas cosas que pueden alcanzar un nivel de complejidad muy grande, y considero esa una situación tan seria que ya escribí anteriormente un artículo sobre eso. Pero vuelvo al tema porque tiene un significado especial para mí, como educadora, y creo que para muchos que están criando a sus hijos.
 Existe un período del año en que el movimiento de búsqueda de la nueva escuela es un asunto prioritario. Pero la discusión generalmente gira alrededor del precio de la escuela, y no de otros elementos que, en realidad, son los más importantes. Para la gran mayoría, escuela es COSTO y no INVERSIÓN, lo que significa que en principio, la decisión final permanece comprometida con valores que a largo plazo son los menos importantes.
 Tengo presente que el Estado debería ofrecer enseñanza gratuita para toda la sociedad, con la misma calidad, enfocando el desarrollo de nuestros niños y adolescentes, pero es fácil constatar que eso no sucedió, no sucede y no sucederá en un futuro próximo , infelizmente. Y vamos desperdiciando esa enorme masa de capital intelectual año a año, generación a generación. Para conseguir algún diferencial, las familias hacen esfuerzos sobrehumanos para optar por la calidad y no por el precio. La decisión es difícil, frente a las limitaciones impuestas por innumerables ocurrencias, pero lo que queda claro a medio y largo plazo es que Educación es la mejor inversión que podemos hacer para nuestros hijos. Y la Escuela es el canal para ver en un futuro no muy distante, el acierto de la decisión.
 ¿Por qué tantas familias prefieren mostrar un lindo automóvil mientras sus hijos frecuentan una escuela de calidad dudosa y precios módicos? Un símbolo de estatus en detrimento del futuro de los hijos... Visto sobre ese aspecto, es increíble, ¿no?
 Mis padres, a lo largo de toda la vida, fueron muy enfáticos al afirmar para sus siete hijos, que no tendríamos ninguna herencia que no fuera la escolaridad y cualquier cosa que quisiésemos estudiar. Aun para los hijos ya adultos, y casados y padres de hijos, siempre pagaron los estudios tales como universidad, posgrados, cursos de perfeccionamiento y todo lo que fuera a llevarnos a un nivel superior en términos culturales e intelectuales. No nos dieron coches o apartamentos, porque la vida siempre fue difícil y en una determinada etapa, terriblemente problemática, con las persecuciones del régimen militar impidiendo que mi padre consiguiese un empleo que fuera medianamente remunerado. Pero, al final todos fueron bien criados y bien educados.
 Hoy, papá es bien viejecito (completó 90 años en 2011). Mamá falleció hace 30 años. Él tiene seguridad de que lo que hizo fue lo que pensó ser lo mejor y que todos los hijos hoy, están con sus vidas organizadas e intelectualmente activos y productivos. Y frente a ese ejemplo, me pregunto por qué el mundo cambió tanto, tengo la esperanza que sus valores sean retomados en algún momento por la sociedad - sí, porque no fueron sólo él y mi mamá que tuvieron actitudes como esa.  El hecho es que está claro que, para obtener mejores resultados en términos de ofrecer un futuro mejor para nuestros hijos, precisamos escoger lo mejor en términos educacionales, aunque dejemos de comer en restaurantes de moda o dejemos de tener “un coche”.
¿Y la “Elección de Sofía”? Bueno, la historia me vino a la memoria cuando vi una familia compuesta por la mamá y dos hijos, siendo sometida a ese dilema. La mamá sólo va a poder pagar la escuela de uno de los hijos, y tendrá que matricular al otro en una escuela pública, que como se sabe, es un caos lamentable. Claro está que existen las llamadas “escuelas de referencia”, pero esas no cuentan porque seguramente son poquísimas y no absorben al contingente enorme que llega hasta sus puertas desesperado. Incluso, en esas escuelas, se realiza un sorteo de vacantes previamente destinadas a profesores y funcionarios. El problema de esa madre es tener que matricular uno de los hijos en una escuela pública inaceptable para una persona de clase media, que haya conseguido mantener a los niños en una escuela particular hasta aquí.
 Quien, por cualquier motivo haya visitado una escuela pública, tiene una idea de lo que estoy hablando. Imagine la mirada de alguien que ya tuvo condiciones de pagar por escuelas de nivel A para sus hijos. Atención deficiente, falta de informaciones consistentes, tratamiento sin calidad… la antítesis de lo que se preconiza como modelo de atención en cualquier organización seria. Y, entonces, la persona que siempre tuvo alguna posibilidad de pagar… entra en desespero. Y con razón. Y permanece la pregunta: ¿por qué los menos favorecidos financieramente tienen que pasar por una situación como esa? ¿Cuando las escuelas públicas van a ser suficientemente buenas para todos - sean personas con poder adquisitivo alto, sean personas sin condiciones de pagar? El hecho es que hoy, sin duda, los que pueden pagar tienen una educación diferenciada para mejor, mientras que no hay alternativas para los otros - que son la gran mayoría de la población brasileña. ¿Por qué un empresario puede organizar una escuela de alto nivel, mientras el Estado, con todo el dinero recaudado, no consigue hacer lo mismo, disponiendo de recursos estratosféricos?
 Viendo esa madre, que va a tener que tomar esa decisión a corto plazo (¡las clases ya están empezando!), comencé a pensar sobre este asunto. ¿Cuál de los dos hijos será el electo para el sacrificio? ¿Quién deberá ser colocado en las manos del Estado? Esas preguntas se aplican a muchos casos porque con un mercado que oscila por tendencias cada vez más peculiares, profesionales bien remunerados durante toda su vida, pueden ser victimados por cambios inesperados y tener los rendimientos mínimos necesarios para la sobrevivencia. O menos. Y en el proceso, que alcanza a todos los centros de costo de la casa, unos optan por vender la casa de campo o playa. Otros por vender el coche de lujo y comprar uno más modesto. Otros dejan de pagar los gastos comunes o cortan el plan de salud. Pero todos analizan la mensualidad de la escuela como algo que puede ser resuelto colocando a su hijo en la escuela pública… lo que es muy serio. Considero que la idea del Senador Cristovam Buarque tiene sentido en este momento: ¡obligatoriedad de que los hijos de políticos estudien en escuelas públicas! Puede ser utopía, pero es una excelente idea, porque esa clase estaría totalmente atenta al problema, como nunca antes lo estuvo. ¡A nadie le gustaría ofrecer a sus hijos una imitación de educación!
Finalmente, el sufrimiento de esa y de tantas otras madres conscientes, pero sin condiciones financieras de arcar con los costos de la educación, podría ser mitigado. ¿Cuánto cuesta estudiar en Brasil? Depende. Si está entre los 20% más ricos de la población, va a llegar al final de 20 años de colegio y facultad con una formación de aproximadamente R$ 250 mil. Lo que significa cerca de R$ mil por mes. En esa cuenta está previsto el dinero que sacamos de nuestro bolsillo para pagar las mensualidades y la contribución que el gobierno hace (con inversión en universidades estatales y deducciones de impuesto). Ahora, si usted forma parte de los otros 80%, su educación recibirá una inversión mucho menor: equivalente a R$ 116 por mes. Este es el gasto total del país por alumno para mantener las escuelas públicas, donde no se pasa mucho tiempo. En media, esa parte de la población completa sólo 5 años de estudio formal, generalmente entre los 7 y los 11 años de edad.
¿Cuál es la sugerencia y solución para nuestros problemas educacionales? Las sugerencias del Prof. Lauro de Oliveira Lima están en los más de 30 libros escritos durante más de 40 años. ¿Será que algún día nuestros dirigentes del área de educación van a dedicarse a leerlos?

A mis queridos lectores


Feliz 2012 para todos


Mis queridos lectores,
   No tengo agradecimientos suficientes para ustedes. Fueron parte de mi vida durante el año de 2011 leyendo, comentando y dándome aliento para que continuase a mantener el blog siempre actualizado y con temas que, creo, les interesaron a todos en algún momento y agregaron algo a la vida de cada uno. El sentimiento, al escribir estas palabras, es muy bueno. Y créanme, es una realización para mí.
 Tuvimos más de 100.000 visitas hasta hoy, lo que me da la percepción de que estoy cumpliendo mi papel como educadora, ayudando un poco a los padres, alumnos, estudiantes del área, interesados en mejorar la Educación en nuestro país y aquellos que, de alguna forma, quieren más calidad de vida en su día a día.
 Fuimos visitados por internautas de más de 20 países, publicamos cartillas, divulgamos la obra del grande educador brasileño, Lauro de Oliveira Lima, ofrecemos alternativas para modelos tradicionales de enseñanza y mantuvimos encendida la llama del cambio en las estructuras educacionales. Finalmente, vivimos intensamente, juntos, ese período que termina, y renovamos la energía para cumplir otra etapa en 2012.
   Por todo eso, MUCHAS GRACIAS, de corazón. Y queda aquí la promesa de redoblar los esfuerzos para que los blogs sean vehículos dignos de su atención en este año que está comenzando.
Beta