Al convivir con familias, principalmente, con los niños, percibí una situación que me llamó la atención por lo inusitado: la pérdida de “prestigio” de los papás (los elementos masculinos de las parejas). ¿Será que nuestra sociedad está afirmándose como matriarcal? Por ejemplo, el día de la Madre, los niños se movilizan, van a la escuela felices para preparar los regalos que les entregarán en la fiesta, emocionados. Revistas y periódicos se desdoblan para presentar reportajes de alto contenido emocional, con fotos bellísimas de escenas repletas de amor, cariño, protección, ternura, cuidados, etc.
El Día de los Padres, la misma media habla muy poco sobre este evento. Los espacios son limitados, las materias hablan más sobre los padres que efectivamente actúan como tales, dándoles una característica diferenciada. Ser PADRE, en la acepción del término, parece ser una situación especial, lo que nos hace pensar que, la mayor parte de los hombres no cumple, en promedio, con esa condición. Leí una materia que enaltecía el hecho de que algunos padres están “asumiendo” a sus hijos aunque sea tardíamente, registrándolos para alterar la documentación de los niños, que inicialmente estaban registrados solamente con el nombre de la mamá. Un tipo de rescate de la paternidad, aunque tardío.
Me pareció importante colocar estos hechos sin juicio de valor, principalmente, para llamar la atención para un hecho que se repetirá y para el cual yo, como educadora y directora de escuela, tengo que estar atenta, ya que estas ocurrencias están en el DNA de la familia, siempre en transformación.
En las separaciones de parejas, hecho frecuente en la época actual, muchas veces los padres sienten que no tienen obligaciones emocionales durante la crianza de los niños del punto de vista afectivo. Suplen las carencias básicas, pagan la pensión, proveen elementos de sobrevivencia y algunos hasta las mejores condiciones de vida. Los niños son cuidados por la madre, que mantiene el contacto directo y el vínculo emocional con todo su proceso de desarrollo. De este hecho surgen nuevas lecturas por parte de aquellos que dependen de los adultos para sobrevivir tanto física como emocionalmente – nuestros hijos. Por esta causa, las madres muchas veces tratan con menor intensidad y cuidado la imagen del padre, distante por la separación o por las condiciones de trabajo. Ya presencié varios casos en los cuales el niño dice que no convive con el padre, aunque este viva en la misma casa. Cuando preguntada sobre el asunto, la respuesta es: “mi papá trabaja mucho”. Esta es la lectura del niño, aunque del punto de vista social el acuerdo sea otro. El hecho es que, la ausencia del padre hace que la madre sea el elemento clave de todo el proceso de formación de un niño.
¿Cómo esto altera toda la estructura de la vida futura y de las relaciones familiares? Realmente habrá eventos en el futuro que serán consecuencia de este proceso. Y más adelante, de nada servirá reclamar. Después de construido... no habrá medios de revertir el cuadro. ¿Será una buena opción cambiar la crianza de su hijo por el trabajo? ¿Por qué queda a cargo de la madre la responsabilidad de la crianza de los hijos por lo menos hasta la adolescencia?
Sola en esa tarea, es un modelo sin contrapunto, siendo que posteriormente entra la figura paterna para crear constreñimientos. No es posible olvidar que, en la adolescencia, gran parte de la personalidad ya estará formada y, del punto de vista del desarrollo mental, estos adolescentes ya estarán entrando en la etapa final del proceso de las Abstracciones.
En un determinado momento, los padres son normalmente solicitados a colocar orden donde la madre, por cualquier motivo, falló. Y normalmente esto no se da a través del afecto, sino a través de la represión. Frente a esta situación, no es difícil entender porque los niños y adolescentes desvían toda su atención para las madres. Por estas razones, discutir el papel de la familia es fundamental, porque el mismo está modificándose bastante en los últimos tiempos debido a las transformaciones de la propia sociedad.
Finalmente, los padres precisarán realizar un gran esfuerzo para continuar teniendo un papel mayor que el de proveedor. Será necesario rescatar el afecto de sus hijos. Y eso lleva tiempo, requiere atención y exige empeño. Es un trabajo que no puede ser postergado, porque cuando se quiera asumir la función, puede ser demasiado tarde.
Nenhum comentário:
Postar um comentário