sexta-feira, 5 de agosto de 2011

LA PSICOPEDAGOGÍA DEBERÍA LLEGAR A LOS CAMPOS DE FÚTBOL



Es urgente que los dirigentes de los clubs de fútbol comiencen a preocuparse con sus atletas, ya que con el desarrollo cognitivo y afectivo comprometido el rendimiento tiende a caer y las acciones personales se descontrolan. Es natural que estos jóvenes, que salen de comunidades carentes, con muchas dificultades económicas – y en nuestro país, esto significa también dificultades educacionales - tengan su desarrollo altamente comprometido.
Nuestro sistema educacional está un caos, muy desorganizado en relación a la trasmisión de contenidos y al desarrollo de la moral. En los currículos, no surgen como áreas a ser trabajadas. Los profesores ni saben sobre lo que estamos hablando. Pero es necesario desarrollar la moral para vivir en una verdadera democracia. Es importante desarrollarla en todos nuestros jóvenes, pero en los atletas es indiscutible la urgencia, ya que ellos despiertan admiración y se transforman en ídolos y modelos, que presentan comportamientos que son copiados. Ídolos tienen la obligación de presentar un comportamiento ejemplar, para que sus fans puedan seguirlos sin riesgos para sí y para los otros. Tenemos que establecer un programa urgente para disminuir los problemas que han aparecido con estos jóvenes atletas.
Los crímenes siempre existieron y van a continuar cada vez más refinados y pavorosos si no trabajamos la educación de nuestro pueblo. Educación es la solución para varios tipos de problemas que vemos en nuestros días. Las posiciones de Brasil, en los índices mundiales de evaluación de Educación, están muy bajos, pero apenas reflejan el hecho de que no enseñamos los contenidos que deberían ser presentados y no dan una visión real y global del desarrollo de los alumnos. Vamos a proponer a los dirigentes de los clubs de fútbol que organicen un gran encuentro para discutir la estructura de formación de sus atletas y un programa en el cual se realizarían trabajos en dinámica de grupo para discutir temas vinculados al juicio moral de situaciones vivenciales, que enfrentan en sus vidas.
Las familias de esos jóvenes también deberían ser asistidas, para comprender la transformación radical de la clase social que ocurre debido al cambio repentino del poder económico de sus hijos, ahijados, sobrinos. El trabajo debería ser vinculado con la actividad profesional, ya que desarrollan un trabajo colectivo. ¿Cómo pueden jugar juntos sin respetar a los compañeros cómo deberían?
Es interesante asistir un juego y ver cómo un atleta puede cometer una falta e intentar verificar si el árbitro no la percibió lo que evitaría la punición aunque haya realizado un acto irregular. Por la moral de la cooperación no debería cometerla y una vez cometida él mismo debería señalar su falta para ser punido y sabiendo que eso perjudicará a su grupo de compañeros. Pero no es lo que sucede, porque los jóvenes atletas intentan esconder sus faltas. Cuando comenten una falta grave, intentan disimularla y, a veces, intentan simular faltas que no existieron para conseguir ventajas.
Todos estos ejemplos son graves del punto de vista del desarrollo moral. Tenemos que llevar a estos jóvenes al período de la moral de la cooperación. Algunos no llegaron ni siquiera a la moral del deber, que los niños adquieren normalmente alrededor de los 7/8 años. Una de las características de esta etapa es pensar que tienen razón siempre, que las reglas impuestas le están siendo cobradas con más rigor que a los otros. Es una centración, lo que significa mirar sólo para sí mismo, no consiguiendo ver el punto de vista del otro. Piaget creó varias pruebas para observar los niveles de esta centración, que caracteriza el pensamiento intuitivo antes de los 7/8 años de edad mental. A los 6/7/8 años se inicia el pensamiento concreto, ya con lógica, sustituyendo lo que antes era solamente la lógica de las acciones. Todas las reglas del juego, aunque conocidas por todos, deben siempre ser rediscutidas para ver si existe alguna les parezca más o menos importante y cuál es la punición para los que las quiebran.
Las reglas constituyen una realidad social bien caracterizada, independiente de los individuos. Debemos tener en cuenta que los individuos se adaptan poco a poco a las reglas y las observan de acuerdo con su edad mental. Tenemos que saber también si toman conciencia de las reglas, qué tipo de obligaciones resultan para cada uno, siempre de acuerdo con la edad. La regla colectiva es, inicialmente, algo exterior al individuo y, por consecuencia, sagrada. Observar el juego es realizar una toma de consciencia muy importante para que no evoquen cada uno sus imágenes preferidas, sin importarse con las del otro. Todos deben concluir que fue el mismo juego, pudiendo realizar algunas actividades de dinámica de grupo para que eso sea comprobado. El grupo debería alcanzar un estado de equilibrio que sería el estado de la cooperación, en el cual los individuos se consideran cómo iguales, pueden controlarse mutuamente y alcanzar, así, la objetividad. De esta forma el capitán del equipo, que sería el líder emergente, debería ser escogido por el grupo a cada juego como forma de evaluar y recolocar las cualidades de cada uno en evidencia. Las habilidades individuales no deben constituirse en un objetivo en sí, sino en un colectivo y la cooperación permanece hasta en las intenciones del grupo. Concluimos usando una afirmación de Piaget que dice: “La regla colectiva, en consecuencia, surgirá como producto tanto de la aprobación recíproca de dos individuos como de la autoridad de uno sobre el otro”.

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