segunda-feira, 30 de junho de 2014

Transición delicada


La causa de la alegría de los niños es muy simple...

          En la Ley de Directrices y Bases de la Enseñanza (LDB), Brasil mezcló alumnos de varias fases del desarrollo mental y ahora tenemos alumnos que están en el período simbólico, intuitivo, operatorio (concreto y abstracto) dentro de un mismo sistema. Son niños y adolescentes con niveles de pensamiento completamente diferentes y con esa mezcla, la transición se resume apenas a la forma cómo tratamos a los niños. Cuando todo se realiza bien en la Educación Infantil, los niños tienen derecho a dibujar, pintar, jugar y a sentirse felices. Cuando ingresan en la enseñanza Fundamental – actualmente un año antes – reciben, desde el primer momento, el impacto de acciones torturantes. ¡No se juega más! ¡Olvídense de la pintura, de los pinceles, de los lápices de color! Bancos individuales, uno atrás del otro en un ambiente en el cual se exige silencio para concentrarse en las pizarras llenas de materias que deben ser copiadas (¡¡¡copiadas!!!). Si eso no es «visto» como un suplicio por parte de los alumnos algo está errado.
 ¿Por qué la escuela tiene que ser triste y silenciosa? No debería ser siempre «infantil». ¿No debería basarse en el JUEGO?
 Los niños van a vivir en sociedad, y deben aprender a convivir desde la más temprana edad con el otro. Solo aprendemos haciendo, y no es eso que practicamos cuando preparamos a los niños para la vida. La Dinámica de Grupo es la Didáctica de la vida moderna, pero se insiste en «educar para el pasado».
 En un modelo moderno de escuela, los maestros y profesores deberían salir del centro de la actividad para que los niños viviesen en sus «sociedades infantiles», trabajando en dinámica de grupo y construyendo el conocimiento. El profesor sería un orientador y no un «guía del saber enciclopédico». No podemos permitir que los niños y los adolescentes pierdan una parte tan importante de la vida, la expresión artística, porque el dibujo, por ejemplo, les ayuda a comprender el mundo, la realidad y la causalidad. Para tener una idea de su importancia, el dibujo es una de las formas a través de las cuales podemos saber el nivel de desarrollo de los niños y a partir de esos datos estructurar las acciones necesarias.
En el proceso educativo, es necesario observar no solo el dibujo, sino también la pintura, el modelado, la construcción y la dramatización, que son formas de representación que se van perdiendo a lo largo del tiempo en nuestro actual modelo de enseñanza. Perder esas formas de expresión es perder una parte importante del desarrollo humano que generará, en el futuro, un individuo culto. Cine, exposiciones, viajes no son interesantes para aquellos que no aprendieron la importancia del arte. Y eso sucede sistemáticamente. Lo podemos observar en personas que tienen una formación académica amplia y... ninguna cultura. La Vida es más que conocimiento... es todo eso reunido, en un conjunto equilibrado.
   Los padres deben proporcionarles a sus hijos un desarrollo global equilibrado. Pensar apenas en los contenidos es en gran parte una pérdida de tiempo, ya que nos olvidaremos de la mayor parte de ellos a lo largo del tiempo por absoluta falta de utilidad. Pero los intereses culturales no se pierden.
 Dentro de lo que llamamos Educación, existen los paseos, las visitas a otras ciudades, viajes más largos y contacto con otras culturas. Esa parte de la experiencia permanece, es inolvidable, mientras que la parte de la Escuela fue aquella obligación aburrida, aprendiendo cosas de forma poco natural y después haciendo pruebas estresantes que no miden nada. Por algún motivo la Escuela es considerada una cosa terrible que justifica, en muchos casos, la mentira del «estoy sintiéndome mal» para evitar, por lo menos por un día, el contacto con ella. Y lo más curioso es que pensamos que todo eso es normal. Vemos el malestar que el niño siente y pensamos que él es el culpado. Inferir que, porque no quiere ir a la Escuela, no quiere hacer nada... cuando en realidad está usando todo su instinto de sobrevivencia en ese momento.
 ¿Dónde está la felicidad que todos los padres desean para sus hijos? Probablemente, la mayor parte de los padres no sabe realmente qué es esa felicidad. Viviendo muchas veces apenas para trabajar en algo que no les gusta, en un mundo competitivo y con compensaciones apenas financieras, no consiguen percibir la esencia de la felicidad para sí mismos ni para sus hijos.
 Permita que su hijo sea feliz, sabiendo que no debe darle regalos siempre. Eso puede compensar muchas cosas del punto de vista de los padres, pero no es tan importante para los niños. Cuando juega con otros niños ya tiene momento de felicidad espectacular. La causa de la alegría de los niños es muy simple.
 Ser feliz es difícil y es un largo camino que aprendemos desde la infancia. No impida que sus hijos sean felices, para que después no sean adultos ineptos en esa materia esencial.

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