domingo, 8 de junho de 2014

Estar concentrado – ¿La tecnología degrada nuestra concentración?



No es déficit de atención, sino el sentimiento de rechazo por las actividades que no le interesan en la clase

Estamos en una época donde todos utilizan la tecnología. ¿Será verdad que la misma no permite que los niños se concentren? Esta afirmación no parece objetiva ya que los niños consiguen jugar durante largos períodos y no parecen desconcentrados. La idea de que los juegos concentran, pero que enseñan actitudes violentas, como sugiere Daniel Goleman (Inteligencia Emocional) carece de fundamentación científica. ¿Pueden imaginarse cómo estarían los niños que utilizan esos juegos?  Muchos adultos agresivos y sin límites en nuestra sociedad nunca utilizan esos juegos clasificados de violentos. Y muchos niños que juegan todos los días son dóciles y amables con sus colegas y con sus familias.
Los ejemplos que se citan para decir que los niños no se concentran en clase sugieren que los niños usan el celular y no están atentos a lo que dice el profesor, pero ¿quién dice que el profesor debe estar hablando siempre (dando clase)? Los niños deben estar en actividad con los otros niños en permanente dinámica de grupo lo que será mucho más atrayente que cualquier teléfono o tablet. “El otro” provoca mucho más retos. Los adultos no son compañeros para los niños, deben ser los animadores que traen las propuestas desafiadoras. El profesor que aún piensa que debe “dar clases” está totalmente fuera de la nueva era. No podemos aceptar que un niño permanezca en la clase sin estar en actividad.
El niño esté en desarrollo y precisa acciones para que su desarrollarse. Las clases actuales están apenas basadas en la percepción y no es a  través de la misma que se da el aprendizaje. Aprendemos haciendo. Por esta causa los niños precisan realizar actividades dinámicas.
Estar concentrado es fundamental, y los niños se concentran. Vean un bebé vertiendo agua en una piscina o tanque de arena. Pueden permanecer durante muchos minutos muy concentrados.
Las escuelas no tienen foco al querer que los niños permanezcan durante horas sentados oyendo la disertación  de una profesora sobre un asunto sin el menor interés para ellos. Vamos a buscar el foco para volver a presentar tareas interesantes para los niños.
Los adultos viven intentando mantener la concentración para producir más y mejor en sus tareas profesionales. ¿Por qué pierden el foco? Uno de los motivos es que no les gusta lo que hacen. Lo mismo ocurre con los niños.
Por eso estamos concluyendo que no existe el déficit de atención diagnosticado en muchos niños. Lo que existe son actividades que no les interesan, que no estimulan su inteligencia.

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