domingo, 12 de maio de 2013
Alfabetización a los 8 años
Ocho años… una edad mágica para los legisladores, porque trataron de una cuestión altamente compleja – el momento de alfabetizar – como un elemento meramente burocrático. Sí, porque lo que dice si un niño está o no pronto para ser alfabetizado no es la fecha de nacimiento, sino su nivel de desarrollo mental. ¿Cuándo van a entender eso? Sí, ocho años no fue una apuesta muy lejana de la realidad, porque es entre los 6 y 8 años que los niños conservan el número, siendo esta la estructura mental que les proporciona las condiciones de alfabetización lógica. Si en este caso fue una decisión correcta, por mera casualidad, en todos los demás no lo es, o sea, estipulan la edad de lo que debe ser enseñado y no quieren saber si eso va a funcionar o no. El ser humano adora sistematizar, porque este es un modelo que funcionó en gran parte de la historia de la humanidad, pero es necesario que esto no se realice compulsivamente, corriéndose el riesgo de cometer barbaridades meramente porque “tiene que ser así”, y pronto. Quien dice si un niño está pronto para aprender o no algo es su nivel de desarrollo mental, nada más. Lo que sucede, la mayor parte de las veces, es que obligan a los niños a entender una cosa para la cual no tienen esquema. Es como obligar a una persona que no está en buena forma física a escalar una montaña. ¡La posibilidad de todo salir mal es enorme! Pero eso no se considera en Educación.
En el caso de la alfabetización, por ejemplo, el gran consejo é trabajar el pensamiento matemático, porque a partir de este el niño sigue adelante sin problemas. Pero, los niños terminan muchas veces el curso fundamental sin saber las cuatro operaciones. ¿Fracciones? Ni pensar... Nadie parece saber que existe el pensamiento infralógico y que precisa ser trabajado para crear un pensamiento matemático consistente. O sea, marcan la edad para alfabetizar, marcan la edad para enseñar matemática, y nada funciona porque está todo desasociado cuando debería ser totalmente vinculado. El cerebro humano no entiende lo que los calendarios escolares quieren decir y se comporta de la forma más natural posible desarrollando cada etapa de acuerdo con sus posibilidades. Y cuando no hay colaboración para eso, va como le es posible.
Algo es cierto: alfabetizar a un niño para que después no lea es simplemente criminal. Padres, profesores, directores, todos deberían estar comprometidos con ese enorme esfuerzo de alfabetización, porque todo lo que viene “después” depende de eso. Una alfabetización inadecuada genera no-lectores, que sin la lectura no irán muy lejos
Al final de cuentas, alfabetización es solamente un know-how. Tenemos que preocuparnos en saber cómo vamos a usar la lectura a partir de ahí, en pro del desarrollo de la inteligencia.
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