Me intriga cuando encuentro en una revista de gran circulación un artículo sobre un adolescente que habla 23 idiomas. ¿Será que esto es necesario? Pienso que si los medios de comunicación le dan tanta importancia es porque a los papás les debe parecer un hecho muy positivo.
¿Cuál es la importancia real de este aprendizaje? Los niños en un mundo globalizado deben hablar algunos idiomas, pero ¿¿¿23??? ¿Para qué? El gran problema es que, en nuestra sociedad, el valor está en lo cuantitativo y no en lo cualitativo. La cantidad no marca la diferencia como se piensa. Deje que el niño precise del otro idioma para que tenga un aprendizaje placentero. Solo aprendemos aquello para lo cual tenemos esquema. Precisa haber una necesidad. Presentar situaciones diversas a los niños a través de libros, filmes y dejar que perciban los idiomas y tengan ganas de comprenderlos. Los niños, a veces, pasan años y años en cursos y de salen sin saber el idioma que estaba siendo enseñado, y en un viaje rápido, aprenden lo que no consiguieron en años. Aprender un nuevo idioma puede ser una gran diversión.
No debemos olvidar que existen metodologías para aprender un nuevo idioma. Una forma simple es observar cómo un bebé aprende a hablar. No debemos estar preocupados inicialmente con la representación. Recuerden que un niño habla cuando tiene dos años más o menos y solamente aprende a leer y escribir cuatro años después.
Vemos que las metodologías de los idiomas trabajan todo al mismo tiempo, porque están basadas en la edad cronológica de los niños y no en una nueva estructura que se presenta.
Debemos enseñar los idiomas psicogenéticamente.
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