¿Hasta cuándo? Siempre. Debemos contarles cuentos a los
niños y a los adolescentes. Lo que variará serán los temas y la complejidad de los
cuentos.
Este es un tiempo de afecto donde
los padres necesitan estar próximos de sus hijos. ¿Será que conseguiremos tiempo
para contarles el mundo a nuestros niños? Escoja los libros y vaya contando los
cuentos gradualmente. Organice un programa de lectura y sus hijos les agradecerán.
Escoja libros adecuados para cada edad y vea la posibilidad de abordar el desarrollo
moral.
Después de leerles el cuento, pregúnteles
sobre lo que han entendido y exprese sus comentarios. No espere que el niño
comprenda totalmente lo que le ha leído. Lo comprenderá poco a poco. Cree un
horario permanente de lectura, en un ambiente informal, permita que ellos hagan
preguntas, pregunte usted también, pero no de forma cansadora. El tiempo del
niño no es como el tiempo del adulto. La concentración infantil es de más o
menos 10/15 minutos hasta los 7/8 años, después puede aumentar un poco más.
Termine la lectura antes que el interés del niño se agote. Fantasee bastante lo
que está leyendo hasta esa edad. Después de los 7/8 años los cuentos deben
estar relacionados con el miedo, misterio y en la adolescencia introduzca los
romances. No se olvide que los clásicos son siempre interesantes. Organice una
lista de libros que quiere que su hijo conozca.
Recuerde que todo depende de un
hábito y si usted lo crea en la infancia tendrá sus frutos en la adolescencia.
Sean padres contadores de cuentos.
Vean si las escuelas tienen esa preocupación. El pensamiento simbólico va a depender
de esos cuentos. Amplíe el mundo de sus niños. No deje pasar ningún día sin
contar un cuento. El desarrollo de la inteligencia de su hijo le agradece.
Ahora la pregunta frecuente. ¿Qué
libros elijo? La literatura universal está totalmente a su disposición. La
literatura brasileña ofrece muchos cuentos maravillosos. Para los pequeños deben
ser cuentos con bastante acción, después de los dos años, para el período
simbólico la magia, después los misterios, cuentos de terror también son
bienvenidos. Sienta el interés de sus hijos. No demore mucho tiempo. ¡Ah, no se
olvide de Monteiro Lobato!
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