domingo, 21 de abril de 2013

Escuela y Trabajo

Observo siempre y me llama la atención, la relación existente entre la Escuela y el Trabajo. Una especie de “relación directa” aceptada con naturalidad pero que no estoy segura si es verdadera, porque considero que la Escuela debe ser totalmente lúdica, llevando a la creatividad, al interés por la investigación, al desarrollo de estructuras que resulten en la capacidad plena de ser inteligente. El trabajo, a su vez, tiene una rigidez que no promueve estas situaciones.
Cuando vemos en la prensa el histórico de personas exitosas, en general, se verifica si ellas fueron o no “buenos alumnos”. Mi pregunta es: “¿las escuelas, de una forma general, preparan al individuo para el trabajo?”. Creo que las escuelas precisan encontrar su posición dentro de la sociedad, existiendo como un campo neutro de desarrollo de la inteligencia y, en consecuencia, de la creatividad. La profesionalización debería ser un momento específico, en el momento adecuado, cuando serían ofrecidos cursos específicos para orientar para el trabajo. Confundir las cosas no resulta en el desarrollo de la inteligencia ni en la formación para el trabajo.
Escuela es algo diferente. Debería ser un campo para pensar, porque solo tenemos que enseñar a pensar. El conocimiento está en el universo de los niños, que sabiendo pensar, van a encantarlo. Los cambios en el mundo de hoy son tan rápidos que, siempre que “enseñamos” algo, vemos que está desactualizado en menos de seis meses o antes. ¿Cuál es la Química que debemos enseñar? ¿Y la Física? Ya estamos viendo que ni la ortografía parece tener más valor en las evaluaciones que se realizan. ¿Para qué aprender materias “enyesadas”? Vamos a enseñar a LEER y a PENSAR.
Entiendo que la internet debe estar dentro de las escuelas, para que los niños tengan un referencial para sus vidas. Los muros de las escuelas no pueden estar cerrados para el mundo, porque los niños, de hecho, forman parte de ese mundo – y en general, están mejor informados que sus profesores.
El hecho es que el Trabajo tiene la preocupación de formar sus cuadros y para eso es necesario que la escuela ofrezca personas inteligentes y creativas. Solo así daremos el gran salto que Brasil precisa y merece dar.

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