«Escuela en
exceso les hace mal a los niños». Afirmación de Eduardo Sá, psicólogo. El primer
impacto al oír esa aseveración es muy fuerte. ¿Cuál será el mensaje del psicólogo
para los padres y profesores? A lo largo de su artículo vamos entendiendo a lo que
se refiere. La escuela de la cual él trata, realmente, les hace mal a los niños
aunque permanezcan en ella durante poco tiempo. Es una escuela aburrida y sin
creatividad en la cual el niño no es el agente de su aprendizaje. Ese tipo de
escuela es contraproducente, y los niños deberían ser protegidos de ese tipo de
institución. Dice él: «jugar es tan esencial como aprender», pero ¿quién ha
dicho que la escuela no debe ser un juego permanente? El juego debe ser el
centro de la pedagogía moderna. Podemos aprender jugando. El trabajo de los niños
es jugar. Todas las tareas que no sean lúdicas no atienden las características
infantiles. Las escuelas, en general, no permiten que los niños tengan contacto
con sus pares. Los colocan en bancos, formando filas delante de un maestro/profesor
que les da la clase. Ellos necesitan estar en dinámica de grupo conversando con
los otros niños. El maestro/profesor debe apenas orientar la actividad.
La familia a la cual
se refiere el autor del artículo, anteriormente citado, no existe más en nuestra
sociedad. Los padres están trabajando y no tienen tiempo para cuidar de su
prole. Los padres son ejecutivos y no están en casa cuidado de los niños. El gran
movimiento es transformar a la escuela tradicional en una escuela piagetiana en
la cual el papel fundamental es de los niños y jóvenes. El maestro/profesor es el
técnico del equipo. No juega, deja que los niños jueguen. Jugar deberá ser
parte integrante de todas las actividades y la vida debe ser trabajada a todo
momento. La vida de los niños debe estar vinculada a la escuela. Esa debe ser su
actividad fundamental. No debería existir la llamada escuela propiamente dicha.
¿Cuál es esa escuela? Es la escuela tradicional que solo se preocupa con la
transmisión de conocimientos (contenidos). Es una institución impenetrable con maestros/profesores
que se consideran dueños del conocimiento, que aplican muchas pruebas colocando
a los niños en un estado permanente de estrés. La escuela debe estar vinculada
al mundo. Los niños deberían salir por lo menos de 15 en 15 días hacia afuera de
los muros de la escuela. Comparar lo que hacen en la escuela con la vida.
Los deberes
escolares son un gran problema. Y, realmente lo son. Se manda para casa todo lo
que la escuela no consiguió enseñarles. Pasan, entonces para los padres o
acompañantes, el papel de entrenar a los niños. ¿Cómo deberían ser los deberes
escolares? Investigaciones para conocer el mundo. Actividades que los niños puedan realizar sin
la ayuda de los padres. Deben llevar a la escuela sus experiencias familiares. El niño debe ir a la Escuela como si fuera a
una fiesta, porque es donde se juega y se descubren cosas nuevas y donde se encuentra
con los amigos. Repetir no es el papel de la escuela. Allí debería ser siempre el
centro de la creatividad. Todo aquello que es repetitivo ya puede estar en la
computadora, no es necesario que el niño lo grabe en su cerebro. Tenemos que
optar entre la reproducción o la transformación. Título de un libro del Prof.
Lauro de Oliveira Lima en el cual debate modelos de escuelas.
La valoración de
la participación de cada alumno está vinculada a su trabajo en dinámica de
grupo. Todos deben hablar y oír. Cada niño tiene una experiencia que debe ser
transmitida a sus pares. Discutir, conversar, evaluarse mutuamente, ese es el
papel fundamental de la Escuela.
Las reglas y las responsabilidades
individuales hacen que los niños sean más autónomos y libres. Esa es la escuela
que no les hace mal. La participación de los padres debe ser intensa para que los
maestros/profesores se sientan apoyados en sus acciones.
En una escuela organizada
así, los niños nunca fracasan. Ellos apenas demuestran el nivel en el que se
encuentran. Las notas nada dicen sobre el desarrollo, señalan apenas una etapa.
El desarrollo debe ser medido a través de las soluciones que el niño produce al
resolver los problemas presentados. Cada solución tiene un grado de desarrollo incluido
en ella. Lo que se debe evaluar constantemente (observaciones diarias de los niños)
es su nivel de desarrollo cognitivo.
Una gran interacción
de los padres con la escuela contribuirá al desarrollo de la moral y de esa forma
desarrollaremos personas honestas, humildes que no tengan miedo de errar y entiendan
que pueden vencer con la ayuda de los demás.
Concluimos, entonces
que el modelo actual de Escuela es un modelo muy atrasado y no justifica que los
niños permanezcan largos períodos presos en una estructura que no les ofrecerá
ninguna de las novedades del siglo XXI. Esa escuela, sí que les hace mal.
Pensamos que el niño
debe estar en un ambiente rico en experiencias y que sea siempre lúdico.
Esa escuela autoritaria y que solo se preocupa con
contenidos ya está realmente superada, pero está presente en casi todos los rincones
del planeta.