quarta-feira, 13 de janeiro de 2016

Valores e ética.


Es muy grave lo que está sucediendo en nuestra sociedad y eso debe estar influenciando el comportamiento general de la comunidad.
Los padres no están controlando a sus hijos y permitiendo que hagan lo que quieran. Los niños van para ambientes públicos e incomodan a todos sin que nadie reclame porque piensan que hacerlo sería políticamente incorrecto. «Los niños deben hacer lo que quieran». Errado. Vivimos en sociedad y somos regidos por leyes que debemos obedecer y los niños deben ir incorporándose a la sociedad y aprender a vivir respetándolas. Esos niños serán adolescentes sin normas sociales y entonces comenzarán las reclamaciones. Debemos saber ver que nuestros hijos crecen.
Los niños cuando son llevados a ambientes especiales (teatro, cine, fiestas, ballet) presentan un comportamiento totalmente aleatorio. Corren, no respetan el espectáculo, comen, beben, conversan alto, usan el celular y se pelean. No notan que hay otras personas y no reciben reprimendas de los adultos que los acompañan. Me gustaría interferir y hablar con esos adultos y decirles que están criando vándalos para la sociedad futura, pero mi hija piensa que puedo estar exponiéndome porque las personas no creen en la educación.
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo están esos niños en sus escuelas? ¿Será que son muy represoras y por eso los padres liberan todo? O ¿será que los alumnos hacen lo que quieren porque están pagando? No sé, pero la situación es muy seria.
Vamos a educar a los niños desde la más temprana edad. Negar un juguete, negar un deseo. La frustración también forma parte de la vida y del desarrollo cognitivo y afectivo.
Si los padres no consiguen educarlos, ¿cómo esos niños van a entrar en la sociedad competitiva? Todo parece muy gracioso hasta los 4/5 años, después se transforma en algo un poco incómodo hasta que en la adolescencia es insoportable y en la vida adulta la persona es vista como pesada. La profesionalización de sus hijos va a depender de los límites adquiridos cuando eran pequeños.
Dejar todo en las manos de la escuela no funciona porque la mayoría de ellas se preocupa con la enseñanza de contenidos y está preocupada con la cantidad de cosas que el alumno sabe y no con las relaciones con los colegas.
Las situaciones se suceden y los niños no reciben ninguna reprimenda. Gritan en ambientes donde no deberían, corren y les pegan a los jóvenes y a las personas de edad. No se disculpan y sus padres no dicen nada. Interrumpen las conversaciones de los adultos para poder ser escuchados (no esperan) y simplemente los adultos le dedican toda su atención como si fuesen el centro del universo. Eso no es amor, es desamor. Los padres no están preparando a los niños para vivir en sociedad.

Es urgente educar a los niños con amor e inteligencia, caso contrario, ellos sufrirán mucho en la vida.

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