Hiperactividad es un tema recurrente entre padres y escuelas. Se habla mucho sobre este tema, pero a veces de forma equivocada. Antes de cualquier cosa, debemos saber qué es la hiperactividad y cuál es la forma de diagnosticarla en nuestros niños.
No la diagnostique usted mismo. Busque un especialista, porque este tiene todas las condiciones de hacer testes y verificar lo que efectivamente está sucediendo y podrá orientar un tratamiento adecuado. La hiperactividad tiene varios grados, y cada uno de ellos deberá recibir una atención diferenciada. Muchas veces la actividad del niño puede ser confundida con hiperactividad. Recuerde que el déficit de atención está siempre combinado con la hiperactividad.
Los niños hiperactivos son inteligentes, pero a veces no rinden lo suficiente debido a los cambios constantes de actividad y a que la falta de centración no les permite que concluyan las tareas.
Normalmente, la hiperactividad es más percibida cuando el niño ya tiene 4/5/6 años, debido a la exigencia de escolaridad y porque los padres ya están buscando que el niño no realice más tantos movimientos senso- motores. Pero un bebe ya puede revelar algunos síntomas. Observe al niño, pero sin prejuicios. Tenga una visión crítica y coloque a su hijo siempre en contacto con otros niños. No se olvide que el comportamiento de los padres va a generar el comportamiento de los niños de aquella familia. No podemos olvidar que el modelo puede ser reproducido en los niños, aunque ellos no tengan ningún comprometimiento.
Es importante destacar que todos los trastornos pueden ser tratados. Cuando ellos vienen conjuntamente con la hiperactividad, los padres y las escuelas deben tener orientaciones específicas para trabajar con estos niños/adolescentes. No intente impedir que el niño o adolescente con síntomas de hiperactividad se mueva, controlando la acción a todo momento. La idea es darle actividades para que realicen movimientos con resultados positivos. Recuerde de observarle atentamente para ver la duración de las actividades de su hijo y procure que reciba atención para sus necesidades. Las actividades para estos niños deben tener una duración de 5 o, como máximo, 10 minutos. Cualquier actividad más demorada no traerá un resultado satisfactorio.
Un niño hiperactivo debe recibir órdenes rápidas y cortas, y no intente explicarle el porqué de las órdenes dadas. Sea sucinto y objetivo. No se olvide de elogiarle y evite rezongarle llamando la atención sobre la hiperactividad. Recuerde que él no consigue controlar su agitación.
Si usted está irritándose mucho con el comportamiento de su hijo es el momento de buscar un especialista. Llamo la atención nuevamente – no lo diagnostique, permita que un especialista lo haga.