quarta-feira, 25 de fevereiro de 2015

JUGAR


«El mejor juguete para un niño es otro niño» J. Piaget

¿Cuántos son los padres y profesores que realmente creen en lo que Piaget dice en esta frase?  Basta observar a los niños en su día a día para llegar a esta conclusión. Promover el encuentro de los niños es fundamental. Los niños prefieren sentirse muy cansados y continuar jugando. «El hombre solo es hombre de hecho cuando juega.» Friedrich Schiller
«Los juegos de los niños deberían ser considerados como sus actividades más serias.» Montaigne
«Si queremos entender a nuestros hijos, debemos entender sus juegos.» Bettelheim
Teniendo en cuenta estos autores debemos darles a los niños juguetes y juegos que promuevan la cooperación y las actividades lúdicas entre ellos. Los niños deberían estar permanentemente jugando. Es a través de los juegos que los niños comprenden los diversos problemas de la vida. El período simbólico inicia la fase de los juegos en los que el niño juega con la realidad y con los símbolos. Ya consigue jugar con la fantasía y no necesita objetos reales para que estas se concreten. Los héroes, las hadas, las princesas están presentes en su imaginación.
Jugando, los niños aprenden que existen algunas reglas que dependen de la suerte y otras de las probabilidades y también reglas de conducta que deben ser seguidas. Los juegos son fundamentales para que los niños entiendan cómo las reglas funcionan. Solamente con los juegos aprenden a ganar y a perder. Solamente los juegos van a enseñarles eso y debemos tener mucho cuidado para enfatizar el placer de jugar y no la victoria.
Para los niños todo sirve para jugar. La propia organización de los juguetes y de la casa puede ser una gran diversión. Estimule a los niños a crear sus propios juguetes y más tarde cuando tengan 4; 5 años estimúlenlos a comenzar a construir las reglas de los juegos.

Tengan entre los juguetes juegos de construcción, rompecabezas y juegos con reglas desde los más simples a los más complejos.

quarta-feira, 18 de fevereiro de 2015

En la Frontera de la Mediocridad



Un nuevo año escolar empieza y nuevamente la falta de esperanza. No hubo cambios sustanciales. Se cambian ministros y cargos, pero nada que modifique el sistema general y no salimos de la mediocridad. Si Brasil empezara ahora a colocar la educación entre sus prioridades, aun así estaríamos atrasados para competir con el mundo globalizado. La visión de los administradores es muy distorsionada. Nos entusiasmamos con algunos pocos estudiantes que pasan en los exámenes y se clasifican pero los miles que no lo consiguen parecen no existir. Aún los estudiantes que pasan en las pruebas organizadas por el sistema obtienen notas muy bajas si las comparamos con los estudiantes de todo el mundo. No conseguimos alcanzar a los países desarrollados. Los mejores alumnos están nivelándose por debajo y están en la línea de la mediocridad. Nuestros alumnos que pasan en los exámenes internacionales están junto a los peores alumnos de los países desarrollados. Tenemos que enfrentar este problema de frente. De nada sirve organizar exámenes nacionales y decir que mejoramos si al compararnos con los estudiantes del mundo somos los peores.
¿Cuáles son las soluciones que debemos buscar? La primera sería la vigilancia que debería ejercerse sobre los profesores. Ya ocurre en muchos países y nuestros profesores además de tener una formación deficiente no explican su trabajo, no se les exige productividad, nadie sabe lo que se está enseñando dentro de las clases y los resultados presentados por los alumnos no son considerados como ineficiencia de sus profesores. ¿Quiénes son la mayoría de los profesores? Son los profesionales que nadie más quiere en el mercado. ¿Quién acompaña los currículos que fueron propuestos? Nadie. Los libros pueden terminar el año en blanco que no habrá ninguna punición ni ninguna evaluación de lo que no se hizo.
Debemos buscar maestros brillantes, a semejanza de lo que hicieron en Taiwán reuniendo en sus cuadros docentes algunas de las mejores cabezas del país. En Brasil decimos que los sueldos son la causa, pero todos los sueldos de nuestro país son muy bajos para todos los profesionales restando apenas una nata con sueldos diferenciados. La mejora del sueldo debe ser buscada, pero en conjunto con la mejora de los profesionales que se dedican a la enseñanza.
Ya tenemos una metodología científica que debería ser enseñada a nuestros profesores. Ellos aún están en el siglo XIX y no adoptaron ni el uso de libros, ni la dinámica de grupo. Continúan dando clases expositivas y utilizando hasta 15 minutos para pasar la lista. ¿Cuántos minutos dura realmente una clase? ¿Alguien sabe? Perdemos mucho tiempo con la organización y disciplina.

Vamos a capacitar a nuestros profesores y colocar a nuestra escuela en el siglo XXI.